Cuando la ciudadanía se expresa
Durante los últimos años hemos observado en América latina y el mundo cómo se han exacerbado ideologías más radicalizadas y excluyentes, tanto en la sociedad como en expresiones políticas que han llegado al poder, aun por la vía democrática, es decir que estos grupos no son grupos marginales sino también élites poderosas. El caso de los movimientos neofascistas en Europa; Trump en Estados Unidos; Bolsonaro en Brasil son ejemplos de esto.
El sistema democrático al mismo tiempo está sumamente debilitado: el lawfare, la persecución y proscripción a dirigentes y fuerzas políticas, las presiones para condicionar a los organismos electorales y demás artimañas judiciales son ejemplos de cómo se condicionan los escenarios electorales en la actualidad. No obstante, las elecciones siguen siendo el único vehículo de expresión de la voluntad popular y el fraude no logra triunfar sobre la decisión ciudadana, cómo nos enseña el restablecimiento democrático en Bolivia con las elecciones del pasado 18 de octubre y la victoria de una mayoría sobre una minoría privilegiada en el plebiscito chileno.
El 7 de Febrero se realizarán las elecciones generales en Ecuador. Según la mayoría de las encuestas ningún candidato superará el 50% de los votos o el 40% con una ventaja de diez puntos sobre el segundo por lo que se espera una segunda vuelta el 11 de abril. Se eligen también 137 Asambleístas Nacionales.
La posible victoria de Andrés Arauz, candidato de Rafael Correa, por la coalición progresista Unión por la Esperanza, sería clave para pensar un nuevo equilibrio regional. La posibilidad de reactivar la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) como contrapeso de la Organización de Estados Americanos (OEA), que ha tenido un rol principal y explícito en acontecimientos lamentables para la historia democrática de nuestra región, como es el golpe de estado en Bolivia en noviembre de 2019.
Desde el punto de vista económico, también es clave que la región vuelva a tener una estrategia conjunta de inserción, en un mundo donde cada vez más los países poderosos presionan para hacer acuerdos bilaterales.
El calendario electoral que se inaugura este domingo continúa el 28 de febrero con El Salvador que elige diputados del Congreso, diputados al Parlacen, 262 alcaldes y sus consejos municipales. Esta elección es clave para la consolidación o no de un gobierno personalista y autoritario como es la presidencia de Nayib Bukele. Actualmente el gobierno cuenta con 11 de los 84 curules mientras la oposición tiene 35 (Arena); 23 el FMLN; 9 PCN y 3 PDC. El mandatario de 39 años ha protagonizado episodios como la militarización del congreso salvadoreño para exigir la aprobación de un préstamo llegando inclusive a llamar a la población a la insurrección popular. En las últimas semanas Bukele puso en discusión la firma de los acuerdos de paz celebrados en el país latinoamericano en 1992, fundantes del actual sistema político-partidario del país.
El 7 de marzo Bolivia tendrá elecciones departamentales, regionales y municipales. Se eligen gobernadores departamentales y alcaldes. A 5 meses de las elecciones presidenciales este proceso pondrá en juego la gobernabilidad del Movimiento al Socialismo (MAS), y el intento de la oposición de consolidarse en el Oriente: Luis Camacho, quien estuviese al frente del golpe de Estado a Evo Morales, se presenta como candidato a gobernador por Santa Cruz. Por otro lado, la interna del MAS se agudiza, como se evidencia con la salida de Eva Copa, ex presidenta del senado de Bolivia, del Movimiento y su inscripción como candidata a la Alcaldía por la Ciudad del Alto por la agrupación Jallalla La Paz. Según algunas encuestas se presenta como la favorita para ganar la Alcaldía.
El 14 de marzo se realizan las primarias en Honduras de cara a los sufragios generales del 28 de noviembre. El país centroamericano atraviesa una grave crisis política y humanitaria. Desde 2009 con el golpe al ex presidente Manuel Zelaya el equilibrio democrático no parece haberse restablecido. Luego de 2 elecciones fraudulentas; masivas caravanas migrantes; y un alto índice de pobreza (el segundo país más pobre en América Latina) la elección de este año es una esperanza para el restablecimiento de la democracia y de un Estado presente.
Luego de haber tenido tres presidentes en 2020, el 11 de abril Perú tendrá elecciones generales. La grave crisis institucional se evidencia en una multiplicidad de candidaturas sin una clara preferencia del electorado. Luego de los escándalos de corrupción que destapó la crisis de Odebrecht, el sistema político institucional parece seguir en una profunda crisis. La carencia de un sistema de partido solido pareciera no mostrar mucha esperanza de cara al corto plazo, pero asoman liderazgos que levantan las banderas de la ciudadanía descreída de la clase política como Verónika Mendoza y generan expectativa.
Luego del “Sí al Apruebo” el 11 de abril Chile tiene comicios municipales, gobernadores regionales y miembros de la convención constitucional y el 21 de noviembre las presidenciales. En el camino a la constituyente se han presentado más de 2.200 candidaturas independientes lo que implica un gran desafío para los partidos políticos tradicionales de cara a las elecciones presidenciales ya que evidencia el gran descrédito del sistema político actual y la crisis de representación que los partidos políticos no ha logrado revertir. Una alerta, el Servel acepto listas que no incorporar la alternancia en el orden de las candidaturas establecido en la Ley de Paridad.
El 6 de junio en México se realizarán las elecciones federales y locales; esta decisión significará un gran desafío para Manuel López Obrador ya que la oposición busca formar una gran coalición para disputarle poder territorial y afianzarse para las próximas presidenciales. Los tres partidos tradicionales de amplio espectro ideológico el PRI, el PAN y el PRD han conformado una alianza histórica para desafiar el armado político de Morena.
Si se mantiene el actual calendario electoral el 8 de agosto habrá Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) en Argentina. Instancia que de consolidarse servirá para dirimir divergencias tanto en la coalición gobernante como en la opositora. Si la propuesta de algunos gobernadores triunfase se pasará directamente a las elecciones legislativas donde se pondrá a prueba la aprobación de los dos años de gestión en pandemia del gobierno de Alberto Fernández y la responsabilidad asumida por la oposición.
Por último, el 7 de noviembre Nicaragua irá a las urnas. Daniel Ortega busca posicionar a la vicepresidenta Rosario Murillo en medio de una crisis política e institucional que ya tiene más de dos años y ha provocado grandes críticas en la región.
I* Directora del Observatorio Electoral de la Conferencia Permanente de América Latina y el Caribe (Copppal). @
“Tenemos que pensar en un modelo alternativo de desarrollo al neoliberalismo”. Bajo esa premisa el Grupo de Puebla llevó a cabo su quinto encuentro el viernes, donde de manera virtual sus miembros discutieron y aportaron ideas para la redacción de un manifiesto. Más de 60 presidentes, exmandatarios, funcionarios y referentes del progresismo coinciden en la necesidad de fomentar la unidad regional y advierten que la pandemia de coronavirus dejó expuestas las enormes desigualdades que atraviesan a América latina. Frente a ese escenario, proponen democratizar el acceso a las vacunas y evalúan distintas vías para encarar la reconstrucción económica.
Un extenso debate reunió al presidente Alberto Fernández y a líderes regionales como los expresidentes de Brasil, Dilma Rousseff y Luiz Inácio Lula da Silva, el ecuatoriano Rafael Correa y el colombiano Ernesto Samper.
Con el lema “Latinoamérica cambió”, la coordinación del Vº Encuentro del Grupo de Puebla estuvo a cargo del excandidato presidencial chileno Marco Enríquez-Ominami. Desde su fundación en julio de 2019, el Grupo de Puebla se consolida como una de las alianzas más activas de Iberoamérica. Sin embargo también surge, puertas adentro, la imperiosa necesidad de pasar del mero debate de ideas a la acción.
“El principal sufrimiento de la región fue la destrucción de su unidad como continente. Se rompió la Unasur y los canales comunicantes que durante años sirvieron para lograr que el continente se desarrolle en armonía y democracia”, aseguró Alberto Fernández, encargado de inaugurar la cumbre virtual. “Es esencial que América latina vuelva a integrarse y vuelva a discutir.
“Que no haya tanques en la calle, invasión de domicilios, cierre del Congreso y tortura explícita no significa ningún tipo de blandura.”
Unidos podemos lograr mucho más que separados”, subrayó el mandatario argentino.
A su turno, la expresidenta de Brasil Dilma Rousseff advirtió que la democracia en su país está “totalmente corrompida”. Pero la responsabilidad no es solo del presidente Jair Bolsonaro, porque él sería “producto de esa corrosión” que ya lleva varios años.