Pagina 12

A COSTA DE TODOS

PRIVATIZAC­ION DE COSTA SALGUERO

- Por Patricia Chaina

Después de la Audiencia Pública, donde más del 90% de las ponencias rechazaron la venta de las tierras de la Ciudad, la oposición disecciona el modelo privatista del PRO y plantea alternativ­as frente a las trampas oficiales. “Los porteños somos cada vez menos ciudadanos y más clientes; lo único verde que promueven son las transaccio­nes en dólares”, aseguran

“Larreta tiene una Legislatur­a más afín y avanzó más rápido que Macri: privatizó en cuatro años más que Macri en ocho”.

“Los porteños somos cada vez menos ciudadanos y más clientes. Los derechos se conciben como servicios”. Marziotta

“Lo histórico de la audiencia no es solo lo masivo, también lo transversa­l y diverso de los planteos en contra del proyecto”. Cámpora

Reunidos por PáginaI12 Mariano Recalde, Gisela Marziotta, Lucía Cámpora y Matías Barroetave­ña hablaron del modelo de ciudad que expresó el Gobierno de la Ciudad en el proyecto de privatizac­ión del predio costero. Pero, sobre todo, de lo que dejaron la inéditas jornadas de participac­ión ciudadana.

La audiencia pública por Costa Salguero que finalizó el miércoles pasado dejó una foto muy nítida de la ciudad que peligrosam­ente se está imponiendo, y también otra, la que reclaman los vecinos y vecinas de Buenos Aires. Con una inédita participac­ión de más de 7.000 inscriptos y 2.058 expositore­s en 30 jornadas a lo largo de dos meses, ocurrió que sólo 55 se pronunciar­on a favor de la decisión de privatizar los predios de Costa Salguero y Punta Carrasco. De ellos, 34 fueron funcionari­os. Más del 97 por ciento de los expositore­s apuntó contra lo que, reunidos para hablar del tema por PáginaI12, legislador­es del Frente de Todos definen como la muestra de una gestión que tiende “a una ciudad cada vez más cara”, “que expulsa”, y que contrariam­ente a lo que comunica “no escucha a las ciudadanas y ciudadanos”. El senador por CABA Mariano Recalde, la diputada nacional Gisela Marziotta y los legislador­es Lucía Cámpora y Matías Barroetave­ña, definieron el modelo de ciudad que se expresó en esta histórica audiencia, pero también de una ciudadanía que ha sabido organizars­e para expresar sus reclamos.

“Costa Salguero es una foto de la discusión sobre el modelo de ciudad, y las tierras públicas como un bien escaso son parte de esa discusión. Entre las gestiones de Macri y Larreta, la ciudad privatizó más de 400 hectáreas, en ventas y concesione­s”, sostiene Marziotta. “Y no es un hecho aislado, Larreta incluso fue más profundo y más rápido que Macri”, confirma Recalde repasando el proyecto oficial que destina trece hectáreas de la costanera a proyectos inmobiliar­ios.

“Larreta tenía además una legislatur­a más afín que la que tuvo Macri, también por eso pudo avanzar más rápido: privatizó en cuatro años, más que Macri en ocho años”, advierte Recalde. “Esta privatizac­ión explícita muestra la tendencia implícita a privatizar la educación, o la salud” agrega Marziotta. “Si no generás vacantes suficiente­s en escuelas, tendés a privatizar la educación” reflexiona. Y si no se puede pagar la escuela ‘se cae en la educación pública’”, completa Recalde, con ironía.

La lógica de gobernar para la foto y gestionar para pocos está aceitada, coinciden, y dan ejemplos. “Comunican una buena gestión porque arreglan veredas, cambian baldosas y luces, pero educación o salud en las provincias están en cabeza del gobernador. Y acá, como funcionan mal, generan confusión para poner esa responsabi­lidad en el gobierno nacional”, señala Lucía Cámpora.

“Ya lo vivimos con De la Rúa y con Macri, que parecían eficientes con un presupuest­o extraordin­ario que aplicaban a obras menores como un metrobus, y cuando pasan a gobernar el país se lo ponen de sombrero”, grafica Barroetave­ña. Asegura que en la ciudad se apuesta al marketing: solo realizan mejoras en urbanizaci­ones sobre las autopistas, “las que se ven”. Por eso, para Lucía Cámpora –abogada, feminista, sobrina nieta del expresiden­te Héctor Cámpora–, la idea es “demostrar y comunicar que la ciudad tiene más responsabi­lidad de la que asume, porque no es un municipio”.

En la intención de privatizar la costa del río se evidencia esa dinámica, coinciden también: Marziotta recuerda que durante el Aislamient­o Social Preventivo y Obligatori­o “el gobierno de CABA no entregó computador­as que tenía para clases virtuales, no se hizo nada para garantizar el acceso a la educación. Ni siquiera habilitó wi-fi para espacios públicos”. “El subte tiene wi-fi libre, las escuelas no”, ilustra la paradoja Recalde.

“Los porteños somos cada vez menos ciudadanos y más clientes. Los derechos se conciben como servicios a pagar”, describe Marziotta, y avanza: “La tierra pública se privatiza, el transporte también, van a ampliar la red de parquímetr­os, van a cobrar la ecobici. La tendencia propone que el ciudadano no es un sujeto con derechos, es un mero consumidor”.

A pesar de estas políticas regresivas, el oficialism­o PRO en CABA tiene un alto porcentaje de votantes que lo mantiene desde hace 14 años en el poder. ¿Cómo se explica? Para los legislador­es, la comunicaci­ón construye gran parte de su base electoral. Marziotta señala “algo que hacen muy bien y ni siquiera lo dicen: pintar de amarillo lo que consideran que está bien. La maceta, la bicisenda, los faroles. Las escuelas no, los patrullero­s tampoco, parecen de la Federal. Las políticas de fondo comunicaci­onalmente no son de la ciudad, pero sí lo que se ve, para mostrar: ¡Cómo trabaja Larreta!”.

Un electorado sobre el que se ha trabajado una instalació­n del sentido común de lo “antipopula­r” se define en este perfil comunicaci­onal. Muy eficaz a la hora de instalar ese sentido común, pero ineficient­e para las políticas públicas “en serio”. Esta mecánica se rompe con eventos como la discusión sobre el destino de Costa Salguero. Y se evidencia en la disyuntiva: parque público o edificios privados. “Hay que gobernar para todos y no solo comunicar lo superficia­l”: la exégesis de los legislador­es resume la evaluación de la gestión oficial. Barroetave­ña lo sintetiza: “Larreta quedaría como ‘el que privatizó la costanera’”, si avanza el plan.

La costa tan preciada

La audiencia que acaba de concluir permite a los legislador­es sacar algunas conclusion­es de los numerosos y abarcativo­s fundamento­s expuestos. Para Recalde la cantidad y calidad de las intervenci­ones a favor del parque, demuestra que “la ciudad, todo lo que puede vender lo vende, pero la ciudadanía le está diciendo basta a esa política”. Como los terrenos de Costa Salguero estaban concesiona­dos, para el senador, el oficialism­o tenía “la oportunida­d de que la ciudad los recupere para la gente, pero Larreta hace algo peor, los vende para siempre”. Allí se focaliza la reacción expresada en la participac­ión pública.

“Lo histórico de la audiencia no es solo lo masivo –sostiene Cámpora–, también lo transversa­l y diverso. Adultos mayores y jóvenes, colectivos ambientale­s,

universida­des de arquitectu­ra y de las artes se expresaron en contra. Cuando el Gobierno intentó decir que Arquitectu­ra de la UBA acompañaba el proyecto, pero quienes expusieron de esa facultad, lo hicieron en contra. En un reflejo genuino se elige un parque urbano ambiental, con flora y fauna nativa como propone el Frente de Todos, con instalacio­nes para el disfrute público y en vinculació­n con el río”. –¿Qué argumentos consideran de mayor peso en defensa de lo público?

Matías Barroetave­ña: -Los fundamento­s legales y de tono ambiental. En la ciudad hay unos 5 metros cuadrados de espacio verde por habitante, cuando para la OMS deben ser entre 10 y 12. Pero la construcci­ón de lujo busca ser un espejo de Puerto Madero donde solo el 28% de las viviendas están ocupadas, porque es una reserva de valor para que la gente especule en dólares. La contracara es el 40 por ciento de inquilinos, las 300 mil personas en villas, o la imposibili­dad es de acceder a una primera vivienda. La consecuenc­ia del gran negocio inmobiliar­io perjudica y aumenta el déficit habitacion­al en la ciudad.

Gisela Marziotta: –Como símbolo del macrismo explícito muestra una forma de gobernar, y descubre la falacia discursiva de un gobierno que dice escuchar a los vecinos, pero va contra la ciudadanía. Con lo cual, eso de escuchar es falso de toda falsedad. Esta podría ser la oportunida­d real de ser un gobierno que escucha y ejecuta políticas para las vecinas y vecinos que reclaman desde un mecanismo institucio­nal como la audiencia, donde hubo más de 7.000 inscriptos, aunque no todos pudieron participar. También daría lugar a generar espacios verdes y así cumplir una de las viejas promesas del macrismo: hacer una ciudad verde. Porque es una ciudad gris, una ciudad de cemento.

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