El líder indígena
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Con el capital político de las protestas de octubre de 2019 –cuando se convirtió en uno de los líderes más mediáticos de la protesta indígena contra el Gobierno de Moreno– Yaku Pérez, el activista y exgobernador, aspira por primera vez a la presidencia de Ecuador con un discurso ambientalista y ecuménico que busca captar a los ecuatorianos cansados de la polarización en el país.
Tiene 51 años y se define como “próximo a una izquierda flexible” y militante del “comunitarismo”. Nacido en la comunidad de Cachipucara, en la provincia andina de Azuay, Pérez pasó su infancia en una hacienda donde sus padres eran peones. Ya a los cinco años se encargaba de buscar agua para su hogar, una experiencia que le enseñó a valorar y defender este recurso, algo que luego haría desde su activismo. Su nombre, en quechua, significa agua del monte. Las injusticias que presenció en la hacienda, donde el patrón maltrataba a su familia, lo llevaron a estudiar derecho y ser el primer abogado en su comunidad.
Pérez realizó cuatro posgrados en Gestión de Cuencas Hidrográficas, Derecho Ambiental, Justicia Indígena y Derecho Penal. Aseguró la candidatura del partido Pachakutik, brazo político del movimiento indígena, tras un enfrentamiento con la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), la otra cabeza del movimiento popular mejor organizado y con mayor capacidad de movilización del país.
También fue presidente de la Confederación de los Pueblos Kichwas del Ecuador durante dos periodos entre 2013 y 2019, la tercera vez que se presentó fue electo gobernador de Azuay para el período 2019-2023, cargo al que renunció en octubre del año pasado para inscribir su candidatura presidencial. “Mi mayor sueño es que, sea yo o quien sea, cambie el destino de la historia del Ecuador, de aquellos que se van a acostar con los estómagos vacíos”, dijo Pérez, que también es presidente de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI) en una reciente entrevista con el diario El Universo.