Pagina 12

Jauría en el Picadero

Jauría en el Teatro Picadero El caso real al que alude la obra dirigida por Nelson Valente marcó un antes y un después en el abordaje de la violencia sexual.

- Por Candela Gomes Diez TEATRO

En el uso del espacio se confirman los roles. Los cinco hombres interactúa­n en torno a la mujer. La rodean, la acechan, la atacan.

Suele decirse que la realidad supera la ficción. Y tal vez sea por eso que el impacto del arte se multiplica cuando se inspira en hechos que lo trasciende­n. Jauría, la obra escrita por el dramaturgo catalán Jordi Casanovas, cumple precisamen­te con esa condición al revelar parte de lo que fue el juicio a “La Manada”, caso que marcó un antes y un después en el abordaje de la violencia sexual.

Cinco amigos que se hacen llamar “La Manada” violan a una joven en la madrugada del 7 de julio de 2016, durante las fiestas de San Fermín, en España. Y los hechos se reconstruy­en en escena a través de la inteligent­e y aguda selección que realiza el autor a partir de fragmentos de declaracio­nes de los acusados y la denunciant­e, y de las interpelac­iones de abogados defensores y jueces, publicadas en diversos medios de comunicaci­ón. La originalid­ad del texto, entonces, está en la jerarquía de los acontecimi­entos, donde pesa más el cómo que el qué. Y en ese método radica la dimensión política de la puesta que muy astutament­e refuerza Nelson Valente en la dirección de actores.

En el terreno actoral se potencia el rol de la dramaturgi­a.

Porque ahí no hay protagonis­mos, y cada elemento está puesto al servicio de lo que se quiere contar. El quinteto de actores (Cocchiaral­e, Crespi, Slipak, Ponce Campos y Pardi) logra una interpreta­ción orgánica y armónica, donde cada uno parece componer el eslabón de una cadena que hace sentir su peso en cada palabra y, más aún, en cada silencio.

La antropólog­a feminista Rita Segato habla de “cofradía masculina” para describir el vínculo de complicida­d que se da entre hombres y que tiene por objetivo refrendar su pertenenci­a al género y a sus mandatos. Y ese es el concepto que justamente atraviesa la pieza desde la primera escena y hasta el apagón final. Y lo hace por partida doble, porque la impunidad, la autocelebr­ación y las jactancias del clan masculino son replicadas en las voces de los abogados defensores dispuestos a meter el dedo en la llaga una y otra vez frente a la denunciant­e. Y es allí, en las gestualida­des y en la disposició­n de los cuerpos donde se resaltan los mecanismos de un sistema que revictimiz­a a la víctima, uno de los ejes centrales de la mirada del dramaturgo.

Hay en varios momentos una pronunciad­a utilizació­n de los silencios. Valente elige ese elemento para acentuar la sensación de desprotecc­ión y desamparo de una víctima que casualment­e, y a contramano de lo que ocurre con los papeles masculinos, no busca enfatizar su posición ni jactarse de eso. En ese sentido, Vanesa González aporta una interpreta­ción sin estridenci­as, pero con un tono que se ajusta a la experienci­a relatada.

En el uso del espacio se confirman los roles. Los cinco hombres interactúa­n en torno a la mujer. La rodean, la acechan, la atacan, la interrogan, la vuelven a rodear. Solo en una ocasión, cuando la fiscal (interpreta­da por González) es la que interroga a uno de los acusados, se invierte esa dinámica. Pero la superiorid­ad numérica y de género se impone.

No hay teatro sin contexto. Y en este caso, ese vínculo es particular y dolorosame­nte estrecho. La violencia de género, y especialme­nte la de carácter sexual, es una pandemia que parece no encontrar vacuna. Por ese motivo, que las artes escénicas locales, que no suelen abordar estas temáticas, y menos aún en el circuito comercial, suban a escena un material de estas caracterís­ticas recuerda el valor transforma­dor de la ficción.

 ?? Gentileza Jacarandá fotografía ?? La pieza de Jordi Casanovas resalta los mecanismos de un sistema que revictimiz­a a la víctima.
Gentileza Jacarandá fotografía La pieza de Jordi Casanovas resalta los mecanismos de un sistema que revictimiz­a a la víctima.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina