El teatro puede ser escuchado
Luna Centauro, propuesta del grupo La Rueda de los Deseos
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¿Y si la deslocalización del cuerpo no fue la revolución final de la pandemia sobre el teatro? ¿Y si se puede ir por más? Sin hacerse exactamente esa pregunta, ahí llegaron les teatristas de la mítica compañía mendocina La Rueda de los Deseos, que acaban de estrenar un espectáculo donde ya ni siquiera hay imagen en pantallas sino solo voz. Cansados de un año de mediación televisada entre quienes observan y ejecutan una performance, el grupo lanzó para sus 20 años este proyecto titulado Luna Centauro que, acorde a los tiempos que corren, tendrá tanto una versión presencial como una modalidad online. Está recomendada para mayores de 15 y sus creadores ponen una única condición: hay que escuchar el espectáculo mirando un cielo estrellado.
La idea parece de lo más simple y en verdad lo es: quien compra la entrada recibe un audio junto a una serie de instrucciones, como en qué modo poner el teléfono o cuándo comenzar a escuchar. Pero detrás de ese experimento estético hay otro político, que tiene que ver con una búsqueda del grupo sobre los alcances del acontecimiento convivial. “Nos gustaría que la gente se cope y nos haga caso. No vamos a poder controlar si alguien escucha el audio mientras cocina, pero lo que nos gustaría probar es que todes estemos viendo el cielo al mismo momento, escuchando lo mismo. Experimentar sobre la noción de convivio aun cuando estemos cada uno con su celular”, explica a PáginaI12 Fabián Castellani, a cargo de la dirección.
Además de la particularidad de formato, el espectáculo aborda una temática no muy usual en el teatro: la de la problemática extractivista y la perspectiva ambiental. La génesis de la trama está en la pueblada que hubo en Mendoza en diciembre de 2019 en respuesta al intento del gobierno taje de lo que se escucha y lo que se ve.
–Habrá dos versiones de la obra, una virtual y otra presencial. ¿Esa búsqueda de la que hablás aplica para las dos?
–Sí, porque en definitiva en ambas se trata de gente mirando el cielo escuchando un cuento. En la versión virtual el público estará en el patio de su casa, en su terraza o donde elija. En la plaza se van a armar tremendos picnics, van a haber mantitas, empanaditas, cerveza, pero a fin de cuentas siempre va a ser gente mirando el cielo estrellado y escuchando eso. Eso es lo interesante, ver qué nos pasa con eso.
La compañía mendocina presenta desde hoy un experimento virtual/ presencial que pone el foco en las políticas ambientales.
–En el espectáculo aparece la problemática del extractivismo pero de forma exacerbada, con personajes que quieren explotar asteroides y otros planetas. ¿Es una crítica caricaturizada a lo que pasa en la Tierra o el miedo a un futuro posible?
–Es la unión entre lo que pasó aquí en Mendoza con la lucha por el agua y la necesidad extractivista permanente de la sociedad. Se trata de una fábula que se pregunta qué pasa con la idea de explorar el espacio, a dónde nos llevaría este concepto de progreso que nos obliga a acumular y tener más y más. Para nosotros fue muy fuerte lo que pasó en 2019 y la temática empezó a aparecer en este y otros espectáculos. Por supuesto que tiene una carga ideológica importante, aunque es importante decir que en el espectáculo también tienen mucho peso los conflictos que surgen entre los personajes, más allá de la idea fuerte que hay detrás.
–La Rueda de los Deseos cumple 20 años. ¿Qué momento transitan?