El meteorito que se creía flipper
Nueva teoría sobre la extinción de los dinosaurios
se ha restablecido el servicio eléctrico al 65 por ciento”, informó a la tarde la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE), responsable del suministro. Los cortes “significativos” en el suministro de gas que llega de Estados Unidos comenzaron a registrarse el lunes debido al congelamiento de ductos, lo que afectó a las centrales de generación eléctrica locales que utilizan ese combustible. @
El impacto del meteorito de Chicxulub provocó hace 66 millones de años la extinción del 75 por ciento de las especies, incluidos los dinosaurios, y cambió para siempre la historia de la Tierra. ¿De dónde vino y cómo llegó a nuestro planeta? En busca de esa respuesta expertos de la Universidad de Harvard desarrollaron una nueva teoría que podría arrojar luz sobre un evento catastrófico que aún plantea muchas dudas.
La investigación fue realizada por Avi Loeb y Amir Siraj, que se explayaron sobre ella en un texto publicado ayer en Scientific Reports.
Los especialistas de la prestigiosa universidad de Estados Unidos explicaron que el impacto de aquel “asteroide o cometa” dejó un cráter en el Golfo de México de más de 180 kilómetros de diámetro y casi 20 de profundidad. Sobre el modo en que llegó a la Tierra sostuvieron, a través de análisis estadístico y simulaciones gravitacionales, que una fracción significativa de un tipo de cometa originado en la nube de Oort -una esfera de deshecho espacial situada en los márgenes del Sistema Solar- se desvió de su ruta orbitacional debido al campo gravitacional de Júpiter.
Según su teoría, esa fuerza desplazó el cometa hacia el Sol, que a su vez lo rompió en más fragmentos, un fenómeno que aumenta el número de cuerpos que, como Chicxulub, pueden entrar en la órbita terrestre y caer en la Tierra una vez entre 250 y 750 millones de años, aproximadamente.
La desarrollaron dos investigadores de Harvard, Avi Loeb y Amir Siraj, a partir de cálculos y simulaciones gravitacionales.
El papel de Júpiter
minado como “rumiantes solares”.
“Cuando hablamos de estos rumiantes solares –prosiguió Siraj–, lo importante no es tanto que se derritan, que afecta relativamente poco a la masa total, sino el hecho de que, al estar tan cerca del sol, la parte más próxima del cometa es sometida a una mayor fuerza de atracción gravitacional que la que está más alejada, lo que genera una fuerza de marea”.
El investigador destacó que eso habría provocado que el gran cometa se rompiera en fragmentos más pequeños, por lo que, al salir de la órbita, “existe una probabilidad estadística de que éstos impacten con la Tierra”.
Los cálculos de Loeb y Siraj sugieren que la probabilidad de que cometas de periodo prolongado impacten en nuestro planeta es de “un factor de en torno a 10”. En línea con los estudios de otros astrónomos, indican que hasta el 20 por ciento de éstos se convierten en “rumiantes solares”.
Asimismo, afirmaron que el “nuevo ratio de impacto” es consistente con la edad del cráter de Chicxulub, lo que ofrecería una explicación satisfactoria sobre su origen y la de otros “cometas de impacto” similares.
“Lo que exponemos es que, si rompes un objeto cuando está cerca del sol, esto puede dar lugar a una serie de eventos apropiados y también el tipo de impacto que acabó con los dinosaurios”, subrayó Loeb.