La vuelta a las aulas, un dilema para Johnson
El primer ministro británico anunciará su plan el lunes próximo Las dos reaperturas previas, el año pasado, terminaron en lágrimas: regreso apurado al confinamiento, disparada de casos y desborde del sistema de salud británico.
The Daily Telegraph algunas voces reclamaban que se garantizase la seguridad de los educadores. “Vacunar a jóvenes maestros puede ser una idea simpática pero no lo es tanto si el costo es un aumento de las muertes evitables. Los datos muestran que los maestros, a diferencia de los choferes de taxi o los obreros fabriles, no corren más peligro de muerte que la población en general”, señaló Sonia Sodha en el dominical progresista The Observer.
Los “datos” son menos neutros
“Vacunar a jóvenes maestros puede ser una idea simpática, pero no lo es tanto si el costo de hacerlo es un aumento de muertes evitables.”
de lo que opina Sodha. En la cadena estudiante, maestro y contactos sociales (padres, familia, amigos), los chicos de primaria son en su mayoría asintomáticos, con un riesgo muy bajo de enfermarse gravemente y una limitada capacidad de contagiar. “Esto no ha cambiado con las mutaciones y variantes”, señaló a la BBC el especialista Mike Tildesley.
En síntesis no son un peligro grave, pero tampoco son inofensivos. La cosa se complica con los estudiantes de secundaria que, como mínimo, son tan transmisores como los adultos. “En diciembre el nivel de infección de los chicos aumentó de modo notable. En las escuelas secundarias uno de cada 40 estudiantes se contagió, en las primarias, uno de cada quince. Esto fue resultado del fracaso del gobierno a la hora de ofrecer protección a las escuelas. Le hemos escrito a los directores de escuela, empleadores y el gobierno para dejarles en claro que no están dadas las condiciones de seguridad para dar clases presenciales”, señaló en un comunicado reciente el Sindicato Nacional de la Educación. Según la Oficina Nacional de Estadísticas (la ONS), enfermeras, personal de limpieza, trabajadores sociales, taxistas y trabajadores de seguridad corren más riesgo que los maestros. Con esa vara congelada que usan las estadísticas, se calcula que el riesgo de muerte de un maestro de secundaria es “solo” ligeramente mayor que el de la población en general: 39 y 21 muertes en maestros y maestras por 100 mil personas comparado con 31 y 17 del resto de la población.
No hay tiempo para más
El Comité Conjunto de Vacunación e Inmunización (JCVI) tiene esta semana para finalizar su plan de acción antes de que el próximo lunes Johnson anuncie la nueva hoja de ruta. Según dos periódicos conservadores, The Sun y el Daily Telegraph, el plan gubernamental dará prioridad en el programa de vacunación a los educadores de determinada edad.
Más allá de que exista esta voluntad política del gobierno, es imposible vacunar a todos los maestros y profesores en situación de riesgo para el 8 de marzo, más teniendo en cuenta que se necesitan dos semanas para que se active plenamente la inmunidad de la primera dosis.
Johnson no descartó un regreso escalonado a las aulas. “No hemos tomado una decisión específica. El 8 de marzo ha sido una prioridad por un largo tiempo para las familias y el gobierno. Nuestra intención es comenzar el proceso de regreso a las aulas en esa fecha”, dijo el primer ministro. El presidente de la Confederación del Servicio Nacional de Salud (NHS), lord Victor Adeborale, recomendó extrema cautela. “El NHS está de rodillas. El 8 de marzo puede ser muy prematuro para recomenzar las clases”, señaló lord Adeborale.
El tema divide a los grupos de padres. Por un lado están Us For Them, que se presentan en su web como “decenas de miles de padres que quieren que se reabran las escuelas cuanto antes” y son asesorados por Ted Baker, un prominente político conservador. En la vereda opuesta se encuentra Parents United Against Unsafe Schools que viene reclamando una mayor seguridad en las aulas antes de volver a las clases.
En medio del fuego cruzado, maestros y profesores se sienten en la cuerda floja. Sarah Biasibetti, profesora de francés e italiano en escuela secundaria, señaló a PáginaI12 que teme por su propia seguridad. “Esto ya lo pasé cuando volvimos a las clases en septiembre y de nuevo en diciembre. Ya le he dicho a mi supervisor que no me siento para nada cómoda con la idea de volver a las aulas. Habrá que ver con qué sale el gobierno y qué respuesta da el sindicato”, le dijo a este diario.