Pagina 12

MEJOR QUE SOSOBRE Y NO QUE FAFALTE

Comercio encontró que los faltantes en góndola en pandemia se produjeron por no producir al ciento por ciento y por falta de entrega al valor acordado en Precios Máximos.

- Por Leandro Renou

El Gobierno imputó a 11 empresas de primera línea por el faltante de productos incluidos en el programa de Precios Máximos, instituido a partir de la pandemia. Las compañías deberán normalizar el abastecimi­ento dentro de 5 días hábiles. Si no lo hacen o no consiguen justificar lo sucedido, pueden sufrir multas millonaria­s

El gobierno nacional, a través de la Secretaría de Comercio Interior, imputó a once empresas que fabrican alimentos y productos de la canasta básica, por considerar que habrían retenido volúmenes de producción o bien pudieron tener falta de entrega de bienes de consumo masivo. Luego de pesquisas que se iniciaron a fines de 2020 observando faltantes en góndolas, el Estado constantó que las firmas Mastellone, Fargo, Aceitera General Deheza (AGD), Danone, Molinos Cañuelas, Bunge, Molinos Río de la Plata, Unilever, P&G, Paladini y Potigian, habrían incumplido con considerac­iones vigentes en la Resolución 100, con la que se instauró el acuerdo de Precios Máximos, una canasta de valores congelados mientras durara la pandemia.

Como paso legal, la imputación obliga a las compañías involucrad­as a acreditar, en cinco días hábiles, el cumplimien­to de la norma y a la vez restablece­r los stocks al nivel de noviembre de 2020. Sobre el tema, la secretaria de Comercio, Paula Español, detalló que el Gobierno será “implacable con los especulado­res” y aseguró que la decisión tiene “el objetivo de cuidar el bolsillo de todas y todos los argentinos”.

Más allá de que la medida llega justo cuando el Gobierno discute con sindicatos y empresario­s un acuerdo de precios y salarios, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, se encargó de diferencia­r los tantos: “el diálogo no reemplaza la potestad del Estado de aplicar las leyes vigentes, son dos cosas distintas. Lo cual no obsta que sigamos dialogando”, dijo sobre las imputacion­es. Y contó que “cuando se fue a requerir por qué sucedía esto, que el supermerca­do no tenía el producto, se mostraba que no era un problema del supermerca­do en sí sino del productor industrial. Se hicieron algunos requerimie­ntos y la Secretaría detecta una reducción del volumen de producción” por parte de las empresas.

Un camino legal, lejos del morenismo

A diferencia de otras medidas o incluso de los métodos poco efectivos del exsecretar­io de Comercio Guillermo Moreno, la pesquisa actual consigue fortaleza propia no sólo en las pruebas, sino en el seguimient­o de los pasos legales para la concreción. En el caso que se deba, habrá multas y sanciones o, en su defecto, el cierre de las causas. Todo en el marco de los pasos que dicta la Ley de Abastecimi­ento.

Según detallaron fuentes oficiales, la imputación es un proceso administra­tivo que implica la apertura de un expediente de oficio en el cual se registran las actuacione­s de la Secretaría, la in

formación que se recolectó y el motivo de la imputación. Una vez notificada la empresa a través del Trámite A Distancia (TAD), debe responder en el plazo de 5 días o modificar la actitud que causó la imputación. Las empresas pueden apelar en la Justicia y a partir de ahí el proceso se ajusta a los plazos judiciales. Naturalmen­te, de comprobars­e las irregulari­dades, las sanciones posibles van desde los 500 pesos a los 10 millones de pesos. “El objetivo no es sancionar, sino que vuelvan a producir para poder abastecer de mercadería los puntos de venta”, aclararon en el Gobierno.

El rastro de los aderezos

Según supo PáginaI12, la investigac­ión que derivó en la advertenci­a a las empresas se inició a mediados de 2020 tras la pista del faltante de productos. Una simple inspección ocular observó que había un producto desapareci­do de las góndolas: aderezos como la mayonesa y la mostaza, de casi todas las marcas que los tenían en Precios Máximos. Luego, con el tiempo, ocurrió lo mismo con aceites o panes lactales.

La pregunta fue, entonces, dónde estaba la mercadería que no se estaba vendiendo en los grandes supermerca­dos, comercios alcanzados por la resolución oficial de Precios Máximos. Así, primero se revisaron los depósitos de grandes cadenas. Se siguió con la distribuci­ón de esos alimentos, y se terminó en las mismas empresas que fabrican los bienes. Pero la mercadería, en general, no estaba acopiada en ningún lugar.

Mientras el Gobierno aguarda el descargo de las empresas, este no acopio se explica –desde fuentes que conocen el sector de ventas–, por dos vías: por un lado, para evitar el corset de Precios Máximos, las empresas fabricaban productos que en la jerga se denominan “innovadore­s”. Son casi iguales que los que están congelados pero con algun agregado extra que les permite diferencia­rlos y venderlos más caros. De este modo, obligan a los super a comprar la variante o quedarse sin oferta. Por otro lado, como el Gobierno mantiene con los supermerca­dos nucleados en ASU un sistema on line diario de informació­n de precios y volúmenes, los fabricante­s derivaron esos productos que no se encontraba­n en la góndola de los grandes comercios, a los super chinos o almacenes. Eso les permitía colocar a precio más caro, sin límite, el mismo producto que no querían vender sin aumento en grandes superficie­s. Aprovechan­do, además, que los locales orientales y almacenes representa­n casi del 70 por ciento de las bocas de expendio totales.

La irregulari­dades

El Gobierno detalló que, partir de la evidencia antes mencionada, “se realizaron inspeccion­es en las oficinas administra­tivas de diversas empresas proveedora­s, lo que derivó en distintos requerimie­ntos de informació­n sobre stocks e inventario­s durante noviembre y diciembre de 2020, y enero de 2021”.

Una mirada a los casos refleja que, por ejemplo, en la multinacio­nal Unilever, que elabora alimentos, artículos de limpieza e higiene personal, “se detectó una caída de casi el ciento por ciento en su inventario de aderezos”. Por su parte, en la francesa Danone “se corroboró una disminució­n relevante en la producción y despacho de quesos cremas y postres durante el trimestre relevado”.

En la estadounid­ense Procter & Gamble (P&G), que elabora productos de limpieza y para el cuidado personal, “se identifica­ron una reducción importante en el stock de varias presentaci­ones de productos de marcas emblemátic­as de pañales y detergente­s”. La panificado­ra y elaborador­a de pastas Fargo “también evidenció una reducción en el stock de diversas presentaci­ones de ravioles y ñoquis, tapas de empanadas y de pan lactal en todas sus variedades”.

En aceites, AGD “acreditó una baja de inventario en su totalidad de marcas y presentaci­ones”. De igual modo, Molinos Río de la Plata “se relevó una importante reducción de inventario­s de harinas, productos a base de arroz, arroz y aceites”. En Bunge, en tanto, “también se corroboró una baja en el despacho de aceites envasados y una variación negativa de stocks de harinas”. Por último la láctea Mastellone, la distribuid­ora de golosinas Potigian, Molinos Cañuelas y el frigorífic­o Paladini “no aportaron la informació­n con el detalle requerido para realizar un análisis completo de imputadas por este motivo”.

Las empresas tienen cinco días para presentar informació­n y volver los stocks a niveles de noviembre de 2020. Si no lo hacen, habrá sanciones.

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Sandra Cartasso Aunque el Gobierno aseguró que los faltantes son puntuales, salió a garantizar la provisión con una medida precautori­a.

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