Pagina 12

Cayó preso por ultrabolso­narista

El legislador además fue acusado de agraviar jueces. Se había hecho famoso por destruir un cartel de Marielle Franco.

- Por Gustavo Veiga Daniel Silveira, el aliado de Bolsonaro preso por reivindica­r la dictadura. gveiga@pagina12.com.ar

El Brasil gobernado por Jair Bolsonaro tiene una capacidad notable para producir malas noticias. A la pandemia que provocó más de 10 millones de contagiado­s y casi 250 mil muertos, ahora se suma un conflicto político impredecib­le. Un diputado nacional por Río de Janeiro, Daniel Silveira, aliado incondicio­nal del presidente ultraderec­hista, fue detenido por el Supremo Tribunal Federal (STF). Los jueces lo acusan de reivindica­r el Acta Institucio­nal N° 5 de la dictadura con la que se inició la represión institucio­nalizada y de agraviar a varios de los integrante­s de esa Corte. El legislador es un hombre con prontuario. Como policía militar lo sancionaro­n con prisión varias veces. Como cobrador de autobuses lo acusaron de falsificar certificad­os médicos. Pero se hizo famoso cuando destruyó un cartel con el nombre de Marielle Franco –la concejala y socióloga asesinada por un grupo paramilita­r en 2018– que había sido dado a una calle. Su porte de patovica y mirada desafiante intimidó hasta los efectivos que lo aprehendie­ron en Petrópolis. El caso quedó en manos de la Cámar baja que debe tratar si apoya su pedido de libertad o avala la decisión del STF. Ayer votó para convalidar su prisión por 364 votos a favor y 130 en contra, más tres abstencion­es. Bolsonaro no se pronunció sobre el tema, pero sí sus hijos, aliados de este fascista con fueros que ahora está en serios problemas.

Silveira fue detenido el martes a la noche por una orden que firmó el ministro del STF, Alexandre de Moraes. Al diputado del PSL (Partido Social Liberal) que llevó a Bolsonaro a la presidenci­a lo arrestaron en su casa. Se mostró desafiante y discutió para colocarse un barbijo antes de ser conducido a la Superinten­dencia de Policía Federal. La prueba de la acusación que pesa sobre él está contenida en un video donde elogia el Acta Institucio­nal n° 5 de la dictadura que profundizó la represión política en 1968 –cuatro años después del golpe de Estado– y ataca a varios miembros del Tribunal. Sobre todo a Edson Fachin, Gilmar Mendes y al propio Moraes.

Sobre el diputado federal además pesan causas por el financiami­ento y organizaci­ón de actos antidemocr­áticos en Brasilia y la propagació­n de fake news. Su dialéctica incendiari­a se parece bastante a la de Bolsonaro, quien juró en el Congreso a la memoria de

Carlos Brilhante Ustra, el torturador de la expresiden­ta Dilma Rousseff en pleno impeachmen­t. Silveira se hizo conocido en las elecciones de 2018 cuando rompió el cartel que se le había impuesto simbólicam­ente a una calle con el nombre de Marielle Franco. Sacó apenas 31 mil votos pero el aluvión electoral que provocó la llegada de su líder al Planalto lo depositó en una banca del Congreso. Es abogado y profesor de Muay Thay o boxeo tailandés. A los 38 años se asemeja por su volumen físico a Dwayne Johnson, el actor estadounid­ense más conocido como La Roca. Las ideas que profesa hacen juego con ese apodo. Son de la Edad de Piedra.

Jair Krischke, presidente del Movimiento de Justicia y DD.HH. de Brasil, le explica a PáginaI12 que “Silveira eligió un discurso de odio y violencia, claramente en contra de los derechos humanos. Es un clásico ‘miliciano’, de los más cercanos a la familia Bolsonaro”. La Comisión de Defensa de los Derechos Humanos Paulo Evaristo Arns –que lleva el nombre del célebre obispo brasileño– se pronunció en un documento: “La libertad de expresión es un pilar del estado de derecho, pero no encaja con la propagació­n del odio y el claro incentivo a la violencia. La inmunidad parlamenta­ria protege la democracia y no debe utilizarse para atacar el estado de derecho”.

En el video que fue tomado como prueba para detener a Silveira, según la prensa brasileña el imputado dice, entre otras frases, que los once integrante­s del STF “no sirven para este país”, que “no tienen carácter, ni escrúpulos ni moral” y deberían ser reemplazad­os por “once nuevos ministros”. También increpa en primera persona al juez Fachin, quien parece ser su principal blanco: “Quiero verte, Fachin. Tú, Alexandre de Moraes, Marco Aurelio Mello, Gilmar Mendes, el que suelta a los bandidos todo el tiempo. Cada vez que da un habeas corpus, vende un habeas corpus, vende sentencias”, lo acusó imputándol­e un delito.

La conducta de Silveira generó repudios en casi todo el arco político y tan solo algunas expresione­s de apoyo del clan Bolsonaro. La jefa del bloque del PcdoB en la Cámara Baja, aliado del PT en las presidenci­ales del 2018, Maria Perpetua de Almeida, comentó: “Este diputado es un irresponsa­ble. Todavía no ha entendido cuál es su papel en el parlamento. Si depende de mí, lo llevamos al Consejo de Ética. Por eso es posible tener un presidente que diga que ‘el pueblo necesita armarse para enfrentar las órdenes de los gobernador­es’, que alienta a sus seguidores, incluidos los diputados federales, a quebrantar la Constituci­ón… Es la certeza de la impunidad, pero hay que castigarla”.

Las críticas también llegaron desde el DEM (Demócratas) que fue aliado de Bolsonaro para los comicios. “Es un caso muy delicado, movilizó mucho al Congreso, al Tribunal Supremo, a la sociedad en su conjunto. Todos tenemos que ser responsabl­es de lo que decimos y hacemos. Más aún los parlamenta­rios. No podemos confundir inmunidad con impunidad. Tenemos para delimitar hasta dónde llega la inmunidad parlamenta­ria”, afirmó Juscelino Filho, presidente del Comité de Ética de la Cámara de Diputados que en sesenta días podría definir si destituye a Silveira.

El jefe de la bancada del PT en la Cámara Baja, el diputado por el estado de Paraná, Enio Verri, adelantó que su partido pedirá la salida del Congreso del ahora detenido. El PSOL, un frente de izquierda con representa­ción parlamenta­ria, hará otro tanto. El único espacio que respaldó a Silveira es el del presidente Bolsonaro. Su hijo Eduardo, legislador por San Pablo, anticipó que votaría “por la liberación del diputado federal Daniel Silveira en nombre de las garantías de inmunidad parlamenta­ria, libertad de expresión y el debido proceso legal…” Es el mismo que en enero pasado fue condenado a indemnizar por

“Silveira eligió un discurso de odio y violencia, claramente contrario a los DD.HH. Es un clásico ‘miliciano’ cercano a la familia Bolsonaro.”

injurias a la periodista Patricia Campos Mello. Un juez de primera instancia falló que debería pagarle unos 30 mil reales (5.600 dólares de entonces). Eduardo la acusó de propagar noticias falsas a cambio de un ascenso en el diario Folha de S. Paulo.

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