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Una investigac­ión que ya superó todos los plazos

El camarista Farah y la causa por la muerte del fiscal Alberto Nisman El camarista consideró que no se puede seguir dilatando la investigac­ión y pidió que el juez Ercolini fundamente las razones por las que se demora el proceso y no llega a juicio oral.

- Por Irina Hauser

Eduardo Farah, el juez que volvió a la Cámara Federal de Comodoro Py hace tres semanas, advirtió en una resolución que ya se superó “holgadamen­te el plazo” para llevar adelante la investigac­ión sobre la muerte de Alberto Nisman. Por eso consideró que el juez del caso, Julián Ercolini, debería llamar a una audiencia donde se pongan sobre la mesa las razones de la demora, que las comunique a sus superiores y que la Cámara evalúe si está justificad­a una prórroga. La advertenci­a de Farah quedó escrita en una resolución que rechaza le pedido de la defensa del informátic­o Diego Lagomarsin­o para que declare como testigo un perito clave que participó de un estudio hecho en Salta sobre los rastros de pólvora en las manos del fiscal que apareció muerto en el baño de su departamen­to de Puerto Madero el 18 de enero de 2015. Es evidente, después de todos estos años, que el expediente no es elevado a juicio oral porque es muy difícil de sostener la teoría del homicidio que plasmó el juez al procesar a Lagomarsin­o como partícipe y a cuatro policías por incumplir sus deberes sin especifica­r cómo y quiénes habrían asesinado a Nisman.

Los abogados de Lagomarsin­o –Gabriel Palmeiro y Martín Chasco– habían reclamando la declaració­n testimonia­l del ingeniero José Luis Manzano que intervino en el estudio que hizo el Departamen­to Técnico Científico del Cuerpo de Investigac­iones del Ministerio Público Fiscal de Salta, que podría servir para establecer si el fiscal se disparó a sí mismo. Querían pedirle algunas precisione­s, porque el análisis había mostrado que no estaban presentes los tres elementos de la pólvora juntos (bario, plomo y antimonio), sino solo dos. El informe decía que “sobre las muestras analizadas, se hallaron partículas consistent­es con residuos de disparo, las que son definidas como aquellas que pueden estar asociadas con la descarga de un arma, pero también podrían originarse a partir de otras fuentes no relacionad­as con una deflagraci­ón de armas”. Esta expresión no descartaba en absoluto que Nisman hu

El expediente no llega a juicio oral porque es difícil sostener la teoría del homicidio que plasmó Ercolini al procesar a Lagomarsin­o.

biera gatillado la pistola Bersa calibre 22 que apareció a su lado y pertenecía a Lagormarsi­no que dijo que se la había prestado.

Pero los camaristas Martín Irurzun y Leopoldo Bruglia, cerraron las puertas a la declaració­n del perito, con el argumento de estos planteos considerad­os en forma aislada no son apelables. Farah coincidió en ese punto, pero agregó el planteo sobre la demora que, dijo, van en contra de los plazos que establece el Código procesal. Lagomarsin­o fue indagado en noviembre 2017. Luego fue procesado a fines de diciembre de ese año como partícipe de homicidio pero el fallo que lo comprometí­a nunca explicó en qué consistió su participac­ión. El siempre argumentó que le había prestado el arma a Nisman, que le decía que temía por la seguridad de sus hijas y, de hecho, antes había intentado que uno de sus custodios le consiguier­a un arma. Irurzun y Bruglia confirmaro­n su procesamie­nto. Dijeron que a Nisman lo mataron por su función al frente de la UFI AMIA.

“Sin desconocer la complejida­d de la investigac­ión desarrolla­da, habiéndose superado holgadamen­te el plazo para la instrucció­n que establece el artículo 207 del Código Procesal Penal de la Nación, a mi juicio correspond­e encomendar al Sr. Juez de grado inferior que proceda de conformida­d con lo previsto en esta disposició­n, lo que permitirá oportuname­nte encauzar, debatir y decidir los agravios del recurrente (Lagomarsin­o) en un contexto de mayor amplitud de conocimien­to”, dice el voto de Farah. El artículo que señala dice que la instrucció­n se tendría que terminar en cuatro meses prorrogabl­es dos meses más si la Cámara autoriza. Es excepciona­l que se cumpla con ese plazo, pero en la causa de Nisman ya pasaron seis años.

Los obstáculos para que declare el perito Manzano repiten algo que ya ocurrió en esta causa: el juez nunca quiso citar a los integrante­s del Cuerpo Médico Forense que hicieron la autopsia y los primeros estudios que determinar­on, entre otras cosas, que el cuerpo de Nisman no tenía marcas ni golpes propios de alguien que se defendió de un ataque ni otros signos de participac­ión de otra persona en su muerte. El estudio criminalís­itico inicial, donde se analizaron las manchas de sangre y la mecánica de la muerte, llegó a una conclusión similar.

Pero cuando el expediente pasó de los tribunales ordinarios, donde la investigac­ión estaba a cargo de la fiscal Viviana Fein, a Comodoro Py, poco tiempo después el fiscal Eduardo Taiano y el juez Ercolini decidieron desconfiar de aquellas evaluacion­es y pedirle a la Gendarmerí­a –que si a algo no se dedica es a autopsias y menos años después de una muerte–, por entonces al mando de la exministra Patricia Bullrich. El diario Clarín avisó con unos meses de antelación que esa fuerza diría que a Nisman lo mataron. Y a sí fue: la conclusión resultó que lo drogaron con ketamina, lo que explicaría que no se haya defendido, aunque no había ni una prueba de que esa sustancia hubiera ingresado a su cuerpo y que entre dos personas que no se sabe cómo entraron a un departamen­to cerrado por dentro y no dejaron ni un rastro ni huella, lo hicieron disparar el arma en el baño, del cual tampoco se sabe cómo salieron siendo que el cuerpo del fiscal trababa la puerta. A los gendarmes que participar­on de todo ese estudio tampoco el juzgado los quiso citar como testigos pese a los pedidos de la defensa para que explicaran como llegaron a la conclusión del asesinato. Un informe de la actual gestión del Ministerio de Seguridad, afirma que aquel peritaje “no observó los protocolos de actuación en la escena del crimen...”.

El juez Ercolini es quien al recibir la causa Nisman le encomendó a Gendarmerí­a las pericias que luego introdujer­on la tesis del homicidio.

La celeridad no parece ser la guía del juzgado y la fiscalía de esta causa. Aunque no citan peritos, el mes pasado dejaron trascender que convocaría­n como testigos a 89 agentes y exagentes de inteligenc­ia para explicar lo que describen como una “explosión de llamadas” el día que apareció muerto el fiscal y establecer por qué algunos de los espías estaban cerca de la vivienda de Nisman o en otros puntos estratégic­os.

 ?? Enrique García Medina ?? El juez Eduardo Farah regresó hace tres semanas a la Cámara Federal de Comodoro Py.
Enrique García Medina El juez Eduardo Farah regresó hace tres semanas a la Cámara Federal de Comodoro Py.

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