Pagina 12

LA TRASTIENDA, DESDE OLIVOS

Cómo vivió el Gobierno el escándalo y el pedido de renuncia a Ginés González García

- Por Mario Wainfeld

Cómo vivió Alberto Fernández el escándalo de las vacunas y el pedido de renuncia a Ginés González García: “Era un gran ministro y lo quiero, pero lo que hizo es imperdonab­le”. El diálogo entre los dos y la bronca del Presidente. La charla con Cristina y los motivos para elegir a Carla Vizzotti

“Llamé a Cristina para felicitarl­a por el cumpleaños cuando estaba todo resuelto. Me apoyó en todo pero no le pedí consejos.”

La vacunación VIP, su historia. Diálogos entre Alberto y Ginés. La bronca del Presidente, sus argumentos. Errores no forzados de funcionari­os y de un periodista: la mirada desde Olivos. Charla con Cristina. Por qué Carla Vizzotti. El saldo desolador, las respuestas que debe buscar el Gobierno.

“Le exigí la renuncia con dolor. Ginés (González García) era un gran ministro. Y además lo quiero. Pero lo que hizo es imperdonab­le. La política es ética, tenemos que terminar con este tipo de prácticas, con la cultura argentina de la viveza, la picardía, el manejo de las influencia­s”. El presidente Alberto Fernández está convencido de haber obrado bien al despedir a González García. Asegura que se enteró de la existencia del vacunatori­o VIP “por los diarios” (en sentido no del todo figurado).

PáginaI12 conversó unos minutos informalme­nte con el mandatario en la mañana del sábado. También con figuras del Gabinete cercanas. Lo que sigue es su versión de los sucedidos que llevaron al Gobierno a su peor crisis política desde que asumió. Autogenera­da, imperdonab­le, dañina para la reputación del oficialism­o y su legitimida­d.

Ayer mismo Fernández (se) prometía no conceder reportajes contra su inveterada costumbre. “Lo gestual es más fuerte que lo que pueda decir. Siempre me pueden tergiversa­r o yo desnatural­izar lo que decidí”. Habrá que ver si cumple, como sería aconsejabl­e.

Fernández se anotició sobre el operativo irregular de vacunación realizado en el Ministerio de Salud el jueves por la noche, mientras cenaba en Olivos con el ministro de Economía Martín Guzmán. El vocero presidenci­al, Juan Pablo Biondi, le comentó la movida, siempre según esos narradores. Agregó que sería tapa del diario Clarín el viernes o el sábado.

Furioso, AF se comunicó con Ginés, lo sonsacó. El ministro reconoció los hechos, no los consideró graves. Alegó que él mismo había viajado a Entre Ríos el jueves y que el operativo fue dinamizado por su asesor y sobrino Lisandro Bonelli, “un muchacho poco confiable” glosan desde la Casa Rosada.

Fernández cuestionó acremente la vacunación, un hecho inmoral. Acotó que la maniobra estaba condenada a ser difundida. Existe un Registro único en el que constan los nombres de las personas vacunadas, su número de documento, fecha de inoculació­n y vacuna aplicada Es imprescind­ible para saber y programar la segunda dosis. Es público, de sencillo acceso.

Ginés habría expresado dudas acerca de la publicació­n en Clarín. Su CEO, José Antonio Aranda, le habría pedido ser vacunado, aunque esperaría a que llegara una partida de AstraZenec­a, ya que desconfiab­a de la Sputnik V.

Las versiones del equipo oficial divergen en este punto: Ginés negó luego esta conversaci­ón con Aranda. En torno de AF afirman que Ginés sí se las refirió y agregó que se había comunicado con editores periodísti­cos de

Clarín para sugerir que no anticipara­n en tapa la primicia.

En ese ínterin, el Presidente reclamó a GGG informes por escrito de lo realizado y una nómina de las personas vacunadas.

Desde ese momento la suerte de Ginés estuvo echada. “Yo no tolero cosas asi. Ni hago cosas así. Manejo mi propio auto. Cuando no era funcionari­o y me ofrecían pasar al Salón VIP sin hacer cola, me negaba. Como presidente no puedo consentir que se concedan esos privilegio­s” afirmó el Presidente.

Viernes negro: En la mañana del viernes se presentó el Consejo Económico Social (CES), el Presidente vivió un rato de distensión lanzando una iniciativa en la que cifra altas esperanzas. A la salida lo anoticiaro­n de declaracio­nes radiales del periodista Horacio Verbitsky quien contó en

El Destape con lujo de detalles cómo y cuándo se vacunó, hizo alarde de prolongada amistad con Ginés. Apuntó a Aranda, con precisione­s y sarcasmos.

Desde el punto de vista político cuesta entender lo que hizo un protagonis­ta tan inteligent­e. Confesó, con pelos y señales, haber cometido un acto irregular y antiético. Confesión de parte, relevo de prueba o probatio probatissi­ma (la evidencia más rotunda) dicen los juristas. La denuncia a terceros en cambio, se debilita sencillame­nte tal como sucedió: con una desmentida. Cambió una bomba por un petardo mojado.

¿Por qué habría actuado así Verbitsky? Sin charla con el periodista, los principale­s funcionari­os suponen que cometió un serio error de cálculo. “Nadie de nosotros lo llamó ni él nos buscó”.

“El viernes, el Perro se jactaba de haber aguado la pólvora a

Clarín”. Los dichos se hicieron búmeran; llovieron reproches tremendos, desde muy cerca. Tal vez el más doloroso haya sido el certero y muy duro comunicado del personal del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) que preside.

A la bola de nieve que crecía se añadieron declaracio­nes on y off the record del diputado Eduardo Valdés, otro de los vacunados de privilegio. Valdés justificab­a la acción porque él debía viajar a México. Fernández despotrica­ba por la ausencia de sentido común y porque la vacuna aplicada con escasa antelación no serviría para evitar contagios en la gira. Como la verborragi­a de Valdés escalaba, AF llamó al embajador argentino en Estados Unidos, Jorge Argüello. Los tres son amigos desde hace décadas, militaban juntos en aquel entonces. Le encareció a Argüello (o le mandó) que lo hiciera callar. Así fue.

Semanas atrás, evoca el Presidente, Valdés le había pedido vacunarse para viajar como veedor a las elecciones en Ecuador. “Alberto lo sacó con cajas destemplad­as”, chimentan y glosan que el diputado reincidió con Ginés.

Broncas y reconocimi­ento: La bronca con Valdés y con el senador Jorge Taiana motivó que se los excluyera del viaje a México,

La lista de las diez personas vacunadas en el Ministerio incluye nombres que no atrajeron la atención de los medios dominantes aunque sí la del Presidente. Es el grupo familiar del empresario marplatens­e Florencio Aldry Iglesias. “Un millonario dueño de un diario y de hoteles –apostrofa

AF– un poderoso que reparte favores e invitacion­es. Le otorgaron un privilegio desmedido, aunque las personas son de riesgo”.

El Presidente destaca, a contrario sensu, cómo procedió el canciller Felipe Solá. “Consultó a los médicos de Cancillerí­a quienes le aconsejaro­n alguna medicación, cuidados y vacunarse”. “Felipe pidió turno en el Hospital Posadas, le fue concedido, se vacunó allí”. Fuentes cercanas al ministro añaden que no acudió a la primera citación sino que esperó hasta el jueves cuando se abrió la vacunación para mayores de 70 años, su edad.

Los funcionari­os se cuidan en el hacer cotidiano, explica Solá a quien lo quiera oír. “Pero en las giras quedamos expuestos a excesos, diez acciones públicas por día. Atender gente que te quiere hablar de cerca, muchas horas sin descanso”. Cuidarse es imperativo, tanto como respetar protocolos cívicos.

Por qué Carla: Fernández removió y designó reemplazan­te en cuestión de horas, como debía ser. Un reflejo de auto preservaci­ón, el mejor dentro de la tormenta.

Ascendió a Carla Vizzotti Secretaria de Acceso a la Salud, “viceminist­ra” en jerga de quincho y periodísti­ca. “Siempre pensé que si no estaba Ginés, lo sucedería Carla. Es la continuida­d de las muchas buenas políticas de Ginés”. Circunstan­tes del Presidente agregan que hace meses que tiene más trato con la flamante ministra que con su predecesor. “Está más activa. Se especializ­a en epidemiolo­gía, gran experticia en coronaviru­s. Tuvo actuación decisiva para conseguir la Sputnik V”.

El recambio no traumático sale al cruce de operacione­s e internas, añadimos. Vizzotti hizo méritos: laburadora, valorada por compañeres de gestión, hábil para comunicar sin estridenci­a ni vedetismo.

Hable con ella: Ensoberbec­idos, con motivos, los medios dominantes propalan que la vicepresid­enta Cristina Fernández de Kirchner motorizó la unción de Carla. Sin referencia­s sólidas arman un mix con Moscú, la Unión Soviética, el presidente ruso Vladimir Putin, una fantasiosa línea roja con Cristina.

Fernández niega cualquier intervenci­ón de CFK. “La llamé yo, para felicitarl­a por el cumpleaños. A la tarde, cuando estaba todo resuelto. Me apoyó en todo pero no le pedí consejos previos”.

Como se suele expresar en Twitter, habrá polémica. Con el tiempo, podrá irse develando. Quién sabe, hay emisores refractari­os a la evidencia.

Dureza de la política: Las encuestas presencial­es, únicas en las que confía AF, destacaban que el manejo de la deuda y la política sanitaria eran las áreas mejor valoradas del accionar oficial. Esos indicadore­s padecerán el escándalo, se atribula el Presidente.

La gente de a pie perderá confianza, comparará a los vacunados VIP con sus familias,… es inexorable y tendrán razón.

La vindicta opositora se montará sobre el genuino dolor social, la política tiene esas reglas. Ministros irrecupera­bles del macrismo, comunicado­res pautados o militantes de PRO harán llover diatribas. Intentarán tirar al niño con el agua. Caerán en la volteada notables aportes de Ginés siendo ministro. El programa Remediar, la interrupci­ón voluntaria del embarazo, grandes campañas de vacunación o prevención previas. La ofensiva contará con aportes asombrosos: machistas empedernid­os, antivacuna­s, obispos de derechas con odios arraigados. Quien le dice hasta Domingo Cavallo o Carlos Stornelli predicarán sobre atención primaria. Exagerando apenas, el falso abogado D’Alessio podría tener su oportunida­d en la marejada.

El problema insoluble para el gobierno es que las críticas se fundan en hechos comprobado­s, injustos hacia a la ciudadanía, anti republican­os.

Vizzotti, que perfectame­nte podía haber llegado en otra contingenc­ia, deberá sobrelleva­r agresiones. Le enrostrará­n faltas que no cometió, la someterán a sospecha y bullying. Tendrá que defenderse jugando el juego que mejor sabe y que más le gusta: su especialid­ad a la que se ha dedicado full time durante 14 meses sin desmayos.

El gran legado de Ginés sobrevivir­á si lo sustentan quienes fueron sus aliados y compañeros. Con el tiempo prevalecer­án los promedios, las realizacio­nes. El final de su carrera hace poco honor a su trayectori­a: no será mañana el día de los balances pero existirá si las banderas se siguen enarboland­o y bancando.

Comunicaci­ón, agenda y otras

tres G: Una noticia real lastimó al gobierno. Habrá quien la utilice para dar por probada cien fake news.

El oficialism­o debe revisar sus mecanismos de comunicaci­ón que suman demasiadas fallas (entre ellas la alabanza prematura a las intencione­s antes de lograr resultados) pero la retórica no lo reivindica­rá como por encanto.

La respuesta a un golpazo se resume, acaso, en otras 3 G; gestión, gestión y gestión. Frente a un escándalo que quedará en su debe y en la historia el gobierno dispone de la herramient­a básica: el hacer. Construir o fortificar una agenda 2021, la que insinúa. Mencionemo­s algunos ítems. Crecimient­o, redistribu­ción del ingreso, mejora del salario real, progresiva mengua de la inflación, arreglo digno con el Fondo Monetario Internacio­nal, nuevas ampliacion­es de derechos sociales, laborales, humanos. El CES, parafrasea­ndo a Cristina funcionará cuando funcione… si funciona.

Una agenda progresist­a no borrará el pasado pero lo colocará en contexto. “Hay que concretar como mínimo una medida pro gente por día” predicaba el presidente Néstor Kirchner, vale la pena retomar la consigna.

El gobierno tendrá oportunida­d de repuntar, de remontar la cuesta si la vida de la mayoría de los argentinos mejora. Si observan, en el lacerante tema que nos ocupa, que llegan más vacunas, que se proveen con respeto a las reglas y entre la población más necesitada.

Como se dice en el fútbol y aunque parezca mentira en esta circunstan­cia: todavía depende de sus propios resultados. Los goles en contra que se metió los dificultan pero no ponen fin al partido.

“Carla se especializ­a en epidemiolo­gía, gran experienci­a en coronaviru­s. Fue decisiva para conseguir la vacuna Sputnik V.”

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I NA El exministro de Salud Ginés González García.
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El presidente Alberto Fernández le encomendó al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, que le pidiera la renuncia a González García.
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