Temporada con todo en contra
Mar del Plata con un balance para el olvido
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Que el último fin de semana extralargo de Carnaval, en el que Mar del Plata acumuló un record de más de 100 milímetros de lluvia caída, asome como la experiencia turística más exitosa desde diciembre, es un dato fresco que ilustra como ningún otro el carácter imprevisible y hasta contradictorio de la temporada inédita que se vive en tiempos de coronavirus.
Con esa extraña sensación, la ciudad se despidió de los 181.263 turistas que la eligieron hasta el martes –número que incluso superó al prometedor “minirreceso” del 3 de diciembre, donde hubo 125.235 arribos– pero también se despidió del verano. Es que si bien en los papeles del gobernador Axel Kicillof figura que el período estival se va a extender hasta el 5 de abril, en las calles y centros comerciales se respira un aire distinto, de ciclo terminado.
Ya casi que no quedan producciones en pie en una cartelera teatral que siempre lució desamparada
Los hoteleros, que se reconocen como los más golpeados por la crisis, insisten en que atravesaron la “peor temporada de la historia”.
–y las pocas obras que no se bajaron tienen programadas sus últimas funciones para estos días– y la ilusión que transmiten en la Unión del Comercio, la Industria y la Producción (Ucip) es que la actividad recién podría recibir un “último empujoncito” favorable en Semana Santa, tras acusar una caída promedio del 36% en las ventas.
“El clima condiciona así que puede haber movimiento si toca un fin de semana lindo, pero lo que hoy se ve ya es bastante flojito. Todos sabemos que lo fuerte se terminó”, coincide Miguel Angel Donsini, el presidente del Colegio de Martilleros, quien asegura a PáginaI12 que entre diciembre y febrero la ocupación promedio de los alquileres fue del 40%.
La ocupación de unidades de sombra en las playas también osciló entre el 30 y el 40%, según los sondeos de la Cámara Empresaria de Balnearios, Restaurantes y Afines (Cebra), donde sus integrantes todavía lamentan las constantes precipitaciones de Carnaval, que les quitaron los días de trabajo más valiosos. “Eso fue un poco el resumen de esta temporada baja. Se juntó la ‘tormenta perfecta’: el mal clima, la pandemia y la crisis económica. Todo eso nos perjudicó”, sostiene Esteban Ramos, concesionario en La Perla, Varese y Playa Grande.
Los datos que difunde el Ente Municipal de Turismo (EMTuR) confirman la tendencia: hasta la fecha, se contabilizaron 1.902.203 turistas en “La Feliz”, lo que anticipa una disminución de aproximadamente el 45,4% en relación con el 2020.
Los hoteleros, que se reconocen como los más golpeados por la crisis, insisten en que atravesaron la “peor temporada de la historia” al señalar que la ocupación en enero fue de apenas el 30%, mientras que en febrero se redujo al 25%, con la excepción del Carnaval, donde la demanda se disparó al 70%. “El balance es desastroso”, lamenta Jesús Osorno, responsable del Hotel Tronador.
“Nuestra industria necesita de la subvención del Estado para subsistir. Pedimos la continuidad del ATP para conservar las fuentes de trabajo porque este año se avizora peor que el anterior. En el 2020 por lo menos tuvimos una muy buena temporada, pero ahora ni siquiera eso”, plantea Osorno, quien se desempeña como vicepresidente de la Aso
Desde el gobierno de Guillermo Montenegro anticiparon que trabajarán en un nuevo “método de anclaje” para poder garantizar la permanencia segura de la escultura de la mujer en el paseo de Playa Chica, después de dar a conocer ayer que el médico cirujano Mario Magrini fue el autor de la obra que durante una semana permaneció bajo un completo anonimato y despertó la curiosidad de marplatenses y turistas. ciación Empresaria Hotelera Gastronómica (Aehg) de Mar del Plata.
Otra mirada duras la aportan los cerveceros, un sector en franco crecimiento en la ciudad en el último tiempo, pero que en este verano no pudo evitar el golpe económico que significaron las restricciones nocturnas que impuso Axel Kicillof para frenar la escalada de contagios que supo encender las mayores alarmas entre fines de diciembre y principios de enero.
Y en la lista de cuestionamientos al Gobierno, también se encolumnan los teatristas. Las salas locales solamente recibieron un 6% del caudal de espectadores que hubo en el anterior verano y, dentro de ese dramático escenario, atribuyen responsabilidades a la Provincia por establecer un estricto aforo de público del 30% que no se replicó en el resto del país, donde el protocolo permitía llenar los teatros hasta la mitad de su capacidad.
“No se dan cuenta de que si sigue este tope no se van a poder hacer giras teatrales en ninguna otra ciudad. Si las cosas no cambian, preanuncio que las compañías van a pasar directamente de Capital Federal, donde el aforo es al 50%, al resto de las provincias. Y digo esto sin que me mueva ningún interés porque yo no hago giras en invierno pero sí creo que es importante defender al teatro local”, plantea el empresario Carlos Rottemberg.
El productor, además, insta a que las autoridades comiencen a planificar cuanto antes la próxima temporada en Mar del Plata para que no se pierda su histórico liderazgo como principal plaza teatral de Argentina. “Cuando la pandemia disminuya y haya más vacunados, se impone trabajar en el verano que viene porque no existe plaza en el mundo que se banque dejar su sitial de capital del espectáculo por dos años seguidos si es que no quiere dejar de serlo”, advierte.
En el plano sanitario y epidemiológico, Mar del Plata tiene varios puntos a favor para rescatar. Evitar el colapso sanitario era el principal desafío que se planteaba en la antesala de diciembre y si bien los brotes de covid-19 que sucedieron a las fiestas de fin de año parecían presagiar cierres y un fin abrupto de la temporada, la ciudad mostró madurez para sobreponerse a cualquier desborde.
Las aglomeraciones en las playas y espacios públicos no fueron una preocupación y el principal foco de conflicto, el ritmo de crecimiento de las fiestas clandestinas, también cesó poco a poco con el paso de las semanas a partir del trabajo en conjunto con las distintas fuerzas de seguridad y la Justicia Federal, tal como destacó Guillermo Montenegro en una entrevista con este medio.
“Se juntó la tormenta perfecta: el mal clima, la pandemia y la crisis económica”, sostiene el concesionario Esteban Ramos.