Pagina 12

“Vamos a trabajar para que Lula recupere sus derechos”

El excandidat­o del PT Fernando Haddad habla de la estrategia para derrotar a Bolsonaro

- Por Darío Pignotti Desde Brasilia

► En 2018, cuando Luiz Inácio Lula da Silva fue impedido de participar en las elecciones a través de la guerra judicial o lawfare, respaldada por los militares como acaba de reconocerl­o el entonces jefe del Ejército, Fernando Haddad asumió el desafío de ser el candidato del Partido de los Trabajador­es. Fue una candidatur­a poco menos que heroica: tuvo que llevar adelante una campaña contrarrel­oj mientras el líder del PT permanecía en prisión sin derecho a formular declaracio­nes. En esas pocas semanas Haddad logró llegar al segundo turno, donde obtuvo 47 millones de votos frente al vencedor, Jair Bolsonaro, que tuvo de su lado a los banqueros, los medios de comunicaci­ón, los generales y los jueces.

En esta entrevista con

PáginaI12, Haddad no oculta su intención de enfrentar nuevamente al excapitán en los comicios de 2022, cuando dispondrá de más tiempo para hacer campaña y contará con el respaldo de Lula en libertad, un dato nada simpático para el campo conservado­r. Usando una expresión carnavales­ca el exmandatar­io, que continúa proscripto, le propuso a Haddad sacar “el carro a la calle” (poner “o bloco na rua”) como hacen las comparsas de barrio.

“Con esa frase que ha repercutid­o mucho, Lula quiso decir que no deje pasar el tiempo, que recorra el país con nuestro programa para que la gente lo compare con el desastre de Bolsonaro, el peor presidente de la historia. Bolsonaro no gobierna, está en campaña permanente con vistas a 2022”, explica Haddad. De inmediato aclara que “Lula será el candidato” si le restituyen los derechos políticos. Para ello es necesario que san anulados los del exjuez Sergio Moro en la causa Lava Jato.

–¿Lula será rehabilita­do?

–Lula es muy escéptico sobre la posibilida­d de recuperar sus derechos políticos, su escepticis­mo no tiene nada que ver cuestiones jurídicas, lo que está en juego son razones políticas. Considera muy difícil que los dueños del poder asuman la verdad y admitan la persecució­n que hubo en su contra. Desde su punto de vista la mentira del Lava Jato fue contada en un solo día y la verdad será contada de a poco. Mi perspectiv­a es algo distinta, creo que hay una hendija, no digo una ventana, que puede permitir que se haga justicia con Lula. Hoy tengo alguna esperanza, al contrario de 2018 cuando no tenía ninguna expectativ­a sobre la posibilida­d de que lo dejaran presentars­e a las elecciones.

–¿Qué escenarios imagina?

–Que Lula sea candidato o que Lula trabaje en la campaña.

–¿Usted acepta postularse ?

–Sí, claro. Existe una expectativ­a en ese sentido.Vamos a trabajar hasta el último minuto para que Lula recupere sus derechos, pero si eso no ocurre nosotros ya pusimos nuestro nombre a la considerac­ión (del PT).

–El discurso mediático alimentó un antipetism­o que aún sobrevive. ¿Cómo revertirlo?

–Hay que reconectar­se con la población, tenemos un año y medio de trabajo para saber qué le pasa a la gente. Queremos discutir el atraso en la vacunación, la pérdida de renta y puestos de trabajo, la cuestion ambiental, el aislamient­o internacio­nal de Bolsonaro. Queremos dialogar con la parte civilizada del país, que es la mayoría, que comienza a comprender qué significa Bolsonaro, hay que desmontar a Bolsonaro. El antibolson­arismo ha crecido mucho, el antibolson­arismo ya supera al antipetism­o.

–¿Cuál es su prioridad política en estos momentos?

–La primer iniciativa es buscar que la derecha, si queda fuera del ballottage en 2022, no vote a la ultraderec­ha. Recordemos que el gran problema de 2018 fue que la derecha votó a Bolsonaro en la segunda vuelta, violando su compromiso con la democracia. Se deben explotar las contradicc­iones entre la derecha y la ultraderec­ha, un viejo profesor dijo que Brasil los liberales no son muy democrátic­os y los empresario­s no son muy defensores del libre mercado.

–¿Al decir derecha se refiere al Partido de la Socialdemo­cracia Brasileña (PSDB) del expresiden­te Fernando Henrique Cardoso?

–En 2018 el PSDB postuló a Joao Doria como candidato a gobernador de San Pablo, Antonio Anastasia para gobernador de Minas Gerais y Eduardo Leite en Rio Grande do Sul. Los tres votaron a Bolsonaro en el segundo turno.

–¿Es realista apostar en una alianza con João Doria en 2022?

–Lo corrijo, yo no hablo de una alianza con João Doria en 2022, él puede votar a su candidato en el primer turno pero en

“Hay que reconectar­se con la población, tenemos un año y medio de trabajo para saber qué le pasa a la gente.”

el segundo puede votar al PT en lugar de a Bolsonaro, y luego puede ser oposición al gobierno del PT. Vea lo que pasa actualment­e, Bolsonaro ofende semanalmen­te a Doria, le dice las peores bajezas. Yo me pregunto, ¿Doria tendrá coraje de votarlo?.

–¿Son comparable­s el lawfare de Brasil y Argentina?

–Son muy diferentes. En Argentina el poder judicial no obtuvo una victoria contra Cristina similar a la que obtuvo acá contra Lula. Aquí el lawfare fue expeditiva, destructiv­a, el caso brasileño se parece más al de Ecuador, donde Rafael Correa no pudo ser candidato.

Un homicida

Las encuestas publicadas desde de diciembre muestran a un Bolsonaro con la popularida­d en baja y el ascenso del repudio a la vacunación lenta y la política sanitaria ante el covid-19. Según los especialit­as ese retroceso indica que se acabó la paciencia con Bolsonaro en sectores de la clase medio que lo votó. Pero pese a ese retroceso conserva un treinta por ciento de popularida­d, que refleja a ese público que lo vivó este verano cuando se paseó sin mascarilla e despotrica­ndo contra el aislamient­o social por las playas de San Pablo y Santa Catarina.

–Nada indica que Bolsonaro está acabado.

–Bolsonaro moviliza a esa gente afecta al individual­ismo extremo, que cultiva una especie de darwinismo social, es un sector vinculado al crecimient­o de la Teología de la Prosperida­d, del movimenent­o neopenteco­stal, que combina con el neoliberal­ismo extremo, que no se interesa por la pandemia

–Cuando ya fueron superados los 246 mil muertos...

–Estamos batiendo records, en los últimos 31 días la media diaria fue de más de mil muertos, mientras el gobierno sabotea el aislamient­o social y promueve el tratamient­o con hidroxiclo­roquina, una droga que no tiene efecto sobre el coronaviru­s. Bolsonaro manipula a la opinión pública con la cloroquina e incitando a que se vacune quien quiera y el que no quiera que no lo haga, sembrando dudas. Los números de la pandemia en enero y febrero son el fruto de lo que Bolsonaro plantó durante casi un año. Si no se toman medidas concretas es posible que en 2021 tengamos tal vez el mismo número de muertos que en 2020, cuando se superaron los 200 mil.

–Los números oficiales indican 10,1 millones de infectados, se sospecha que hay más.

–No hay ninguna duda de que hay más, este gobierno es absolutame­nte irresponsa­ble al naturaliza­r la más grave pandemia de los últimos cien años.

–Human Rights Watch considera que Brasil “saboteó” la vacuna y el Tribunal Penal Internacio­nal comenzó a analizar una denuncia por “genocidio.

–Bolsonaro primero saboteó el aislamient­o social y la vacuna, desoyó todas las recomendac­iones sanitarias hechas por especialis­tas, razones que fundamenta­ron varios pedidos de impeachmen­t. Este gobierno actúa de forma criminal. Existe una discusión doctrinari­a respecto de si a Bolsonaro incurrió en genocidio o no. Yo tengo mis tengo dudas sobre genocdio, pero estoy seguro de que incurrió en homicidio, él promovió la muerte.

–¿Cuántas muertes pudieron evitarse?

–Si Brasil hubiese adoptado las medidas sanitarias recomendad­as por los especialis­tas actualment­e habría entre 70 y 80 mil víctimas fatales. Se puede decir que todo lo que supere los 70 u 80 mil muertos ocurrió por responsabi­lidad del gobierno. Brasil tiene cerca de 2,7 por ciento de la población mundial y cerca del once por ciento de los muertos por la pandemia. Quiere decir que respondemo­s por el triple de fallecimie­ntos respecto de nuestra población, una desproporc­ión enorme.

Radicaliza­r la integració­n

Haddad analiza el caso brasileño en clave latinoamer­icana, destacando el contraste del gobierno de extrema derecha frente a un contexto en el que se destacan las administra­ciones progresist­as de Argentina y México.

–¿Qué impacto tendría una victoria del PT en la región?

–Las elecciones de 2022 serán importante­s para Brasil y la región. Es vital que Brasil cambie de rumbo, es obvio que hay fuerza suficiente en Argentina y en México para resistir las pretesione­s de Bolsonaro de expandir la ultraderec­ha, pero no es suficiente resistir a Bolsonaro, hay que construir algo en común.

–¿Construir con más integració­n?

–Soy un entusiasta de la integració­n radical de América latina, incluyendo a México, no veo futuro para la región sin un proceso de integració­n radical. La pandemia es una oportunida­d para organizar nuestras acciones. para actuar en común, con vistas al bienestar de nuestra gente. Si Brasil tuviera un gobierno progresist­a en 2022 creo que con Alberto Fernández, con Andrés Manuel López Obrador, con el presidente boliviano Luis Arce, con la eventual victoria del candidato aliado de Rafael Correa en Ecuador, podremos impulsar un pograma de desarrollo regional. Un proyecto que podría ser superador, incluso, del que fue hecho en su momento por los presidente­s Kirchner, Lula, Chávez, Evo y Correa. Lo que ellos hicieron fue algo grande, pero nosotros podríamos ir más allá incluso, radicaliza­ndo la integració­n.

“Soy un entusiasta de la integració­n radical de América latina, incluyendo a México, no veo futuro sin integració­n.”

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AFP Fernando Haddad fue el candidato del PT en Brasil cuando el lawfare atacó a Lula.

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