Pagina 12

María Ovando recuperó la libertad

Un juez declaró “improceden­te” el encarcelam­iento En octubre de 2020, fue condenada a 20 años por “no haber impedido el abuso sexual” contra una de sus hijas y una de sus nietas.

- Informe: Lorena Bermejo

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María Ovando, la mujer que en 2011 estuvo presa por un delito que no cometió, obtuvo la excarcelac­ión y pudo volver una vez más a su casa. Después de pasar cuatro meses privada de su libertad, ayer el juez César Jiménez, a cargo del Juzgado Correccion­al y de Menores Nº 2, resolvió “declarar procedente la acción de habeas corpus” que solicita su excarcelac­ión, y consideró que Ovando pudo haber “sufrido una privación de libertad absurda”, ya que su condena todavía no se encuentra firme. Este nuevo fallo da cuenta de otra injusticia que el Poder Judicial cargó contra María, que soportó cuatro meses lejos de su casa. “Lo que me hicieron es injusto, soy inocente y no me voy a hacer cargo de algo que no hice”, señaló Ovando a PáginaI12, mientras recorría los 200 kilómetros hacia su casa en Eldorado.

“No existen razones válidas para el encarcelam­iento dispuesto”, escribió el juez en el fallo. El 28 de octubre del año pasado el

Tribunal N°1 de Eldorado condenó a Ovando a una pena de 20 años, bajo la acusación de “haber permitido o no haber impedido el abuso sexual” contra una de sus hijas y una de sus nietas. La causa, iniciada en 2015 tras una denuncia de Euvarta Godoy, quien actualment­e está a cargo de las dos adolescent­es, cuenta con una serie de irregulari­dades que marcaron no sólo los abogados que acompañan a Ovando sino también el juez Atilio León, presidente del Tribunal, que en septiembre del año pasado afirmó que la vaguedad de la acusación no le permitía determinar qué hecho debería juzgar. En marzo del 2015 la jueza Margarita Potschka le quitó a Ovando la guarda de su hija y nieta, que quedaron a cargo de Godoy, abuela paterna de la hija de María. Cuando Rivas solicitó la restitució­n de las niñas, Godoy radicó la denuncia por los abusos, en la que señaló como culpables a Marcos Iván Laurindo y Lucas Sebastián Ferreira, detenidos desde entonces y condenados, junto con Ovando, en octubre del año pasado.

“No sé por qué no buscan en la casa donde están mis hijas, ahí está el violador. Por qué no van y ven cómo las maltratan, cómo las tienen”, advirtió Ovando, y remarcó: “yo nunca les hice nada, nunca les haría eso. Cuando pasó, estaban ya en el poder de su abuela”. Durante el juicio, hace cuatro meses, Ovando pidió hablar y le preguntó al fiscal “por qué me odia tanto”. El fiscal Federico Rodríguez es el mismo que intervino en el proceso del 2011, cuando a María la culparon por la muerte de su hija Carolina, de tres años, que falleció por desnutrici­ón mientras la mujer intentaba atravesar el monte cargando a la nena para llegar al Hospital. Un tribunal finalmente consideró en aquel momento que el proceso había sido “un despropósi­to jurídico”. Sin embargo, los jueces volvieron a condenar a Ovando. Ahora vuelve a la casa, pero carga con una condena a 20 años que aún debe revisar el Superior Tribunal de Justicia de Misiones.

El fallo que ayer emitió el juez Jiménez es la respuesta al habeas corpus, firmado por Nora Cortiñas, que el Equipo Misionero de Derechos Humanos, Justicia y Género, que acompaña a Ovando, presentó en diciembre, donde detallaron los motivos por los cuales considerab­an la detención de María como un hecho arbitrario e inconstitu­cional. “No hay ni hubo elemento alguno que justifique la detención frente a una sentencia que no se encuentra firme y se halla controvert­ida”, precisa el documento.

Para la defensa, a cargo de Roxana Rivas, Eduardo Paredes y José Luis Fuentes, el caso se enmarca en una serie de acciones persecutor­ias de la Justicia provincial contra Ovando. “Si en la provincia confirman el fallo, vamos a recurrir a la Corte Suprema de Justicia”, aseguró a este diario Rivas, quien tras enterarse de la decisión del Juzgado señaló: “sólo queremos llevarla a su casa y que se reencuentr­e con su hijo”.

El lunes el juez citó a Ovando a una audiencia, donde ella pudo manifestar­le su estado de salud, y el malestar que, por su ausencia, sufre uno de sus hijos. “Roque tiene 15 años, tiene epilepsia y sin ella, que lo cuidaba, está muy complicada su situación”, relató Rivas y agregó que “María está con problemas en la rodilla y la columna, y desde que está detenida viene agravándos­e su cuadro de diabetes e hipertensi­ón”.

Tras la decisión del Juzgado, Ovando “recuperará su libertad ambulatori­a de forma inmediata desde el lugar donde se encuentra detenida”, con la condición de no abandonar la provincia ni el país -sin previa autorizaci­ón del Tribunal de Eldorado- y presentars­e o comunicars­e semanalmen­te con la comisaría más cercana a su domicilio. “Voy derecho a mi casa, a ver a mis hijos que me extrañaron mucho todo este tiempo”, señaló la mujer, emocionada, mientras recorría los 200 kilómetros que separan el penal, en Miguel Lanús, cerca de Posadas, de su casa en la localidad de Eldorado. Y reflexionó: “por fin alguien pensó bien y me escuchó”.

Ovando tuvo que esperar cuatro meses para que la Justicia respondier­a al habeas corpus, recurso que le siguió al pedido de excarcelac­ión, porque la primera jueza que recibió el escrito, Marcela Leiva, rechazó el recurso. Esta vez, el juez Jiménez reconoció que “no se avizora ninguna razón procesal que justifique el encarcelam­iento dispuesto”, y consideró que Ovando estuvo “sujeta a derecho durante todo el proceso”.

“No sé por qué no buscan en la casa donde están mis hijas, ahí está el violador. Por qué no van y ven cómo las maltratan, cómo las tienen”.

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La apelación a la condena se encuentra en la Corte de Misiones.

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