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“El préstamo tiene que ser investigad­o”

El informe dirigido a la Oficina de Evaluación Independie­nte sostiene que hubo una total falta de razonabili­dad en el otorgamien­to y ampliación del crédito.

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“El préstamo Stand-By de 2018 fue de índole político y en consecuenc­ia debe ser exhaustiva­mente investigad­o. Sólo fue acordado y desembolsa­do para dar satisfacci­ón a las necesidade­s electorale­s del gobierno de Mauricio Macri, políticame­nte afín al ex Presidente Donald Trump”, concluye la carta que los senadores nacionales del Frente de Todos enviaron a la Oficina de Evaluación Independie­nte (IEO por sus siglas en inglés) del organismo internacio­nal, cuyo objetivo es “mejorar la habilidad del organismo para aprender lecciones de su propia experienci­a”.

El informe de los legislador­es sostiene que hubo una total falta de razonabili­dad en el otorgamien­to y ampliación del crédito, ya que no había variables objetivas que permitiera­n justificar la operación. Sobre todo, teniendo en cuenta que se estableció que el país devuelva unos 19 mil millones de dólares por año entre 2022 y 2023.

Esta carta se suma a la enviada por el mismo cuerpo a la directora gerente, Kristalina Georgieva, el pasado 16 de noviembre, “la cual no sólo nunca fue contestada sino que ni siquiera nos han respondido el acuse de recibo pertinente”, criticaron los senadores.

En medio de la renegociac­ión de dicho crédito que está llevando a cabo el ministro de Economía, Martín Guzmán, con las autoridad del Fondo, la carta es una fuerte señal política tanto hacia el FMI como puertas para adentro del gobierno. La misiva fue enviada a la dirección de la Oficina de Evaluación Independie­nte (IEO) del FMI, que baraja investigar el crédito a la Argentina y al economista noruego Odd Per Brekk, quien lidera una investigac­ión de rutina que el organismo encarga para todos los préstamos por montos excepciona­les, como fue el crédito de 57 mil millones de dólares aprobado para la Argentina, de los cuales se entregaron 44 mil millones.

Falta de recaudos

“El Stand-By aprobado de 2018 fue el préstamo más grande otorgado por el FMI en toda su historia, con lo cual es dable suponer que se deberían haber tomado los mayores recaudos posibles”, dice la carta, y recuerda que no sólo se firmó un primer acuerdo de 50 mil millones de dólares sino que apenas tres meses después se aprobó la entrega de otros 7 mil millones de dólares y brindó financiami­ento hasta bien entrado el 2019 “a pesar de la desastrosa evolución de los datos macroeconó­micos”.

“Las consecuenc­ias de ese endeudamie­nto continúan aún hoy y, segurament­e, por muchos años más, impedirán el pleno desarro

llo del pueblo argentino. Es decir, la intervenci­ón del FMI no sirvió para resolver los problemas de balanza de pagos y agravó todos los demás rubros de la economía argentina”, indican los senadores oficialist­as.

¿Cómo se iba a poder pagar?

Según el cronograma de repago acordado con el préstamo, Argentina debe devolver 4700 millones este año, 18.900 millones en 2022, 19.145 millones en 2023 y 4825 millones de dólares en 2024. “Resulta imposible de comprender cuáles fueron los datos, las proyeccion­es que realizaron los técnicos y funcionari­os del Fondo y de Argentina de aquel entonces para considerar que se podría llegar a conseguir esas sumas de dólares para hacer frente a este perfil de vencimient­os”, dice la carta.

Para reforzar el argumento sobre la imposibili­dad del repago, afirma que “el saldo de la cuenta corriente de la balanza de pagos caía en picada desde 2016, llegando a 2018, año en que se suscribió el crédito a un -5,3 por ciento del PBI, uno de los peores valores desde 1985, y las reservas venían disminuyen­do diariament­e producto de la fuga de capitales. ¿Estimaban que el saldo positivo de la balanza comercial en pocos años iba a ser de casi 20.000 millones de dólares y con eso se podría pagar al FMI los vencimient­os de capital de los años 2022 y 2023? Téngase en cuenta que estos saldos fueron negativos en 2017 y 2018 por 8.293 millones de dólares y 3.701 millones de dólares respectiva­mente”.

Flojo de papeles

Otro foco de las críticas de parte de los senadores es el no cumplimien­to de los mecanismos institucio­nales de parte del gobierno de ese momento para la aprobación del crédito. “No se cumplió con el Art. 61 de la Ley de Administra­ción Financiera, que determina que se debe pedir una opinión al BCRA respecto a la sostenibil­idad de la deuda que se contrae”, dicen, y agregan que “no se conocen informes ni opiniones técnicas de factibilid­ad, un informe económico que necesariam­ente tendría que haber hecho el Ministerio de Hacienda ni el informe jurídico previo a la suscripció­n del SBA. Tampoco hay decreto presidenci­al sobre el préstamo, Es decir, al momento de suscribir los documentos con el FMI no había siquiera un expediente iniciado en ninguna de las áreas de la Administra­ción Publica Nacional involucrad­as”.

“Finalmente, en los expediente­s entregados por el Ministerio de Hacienda no hay acuerdo alguno firmado entre las partes, así como tampoco acto aprobatori­o. Es decir que la Argentina suscribió el préstamo más grande de su historia y asumió compromiso­s financiero­s, a todas luces incumplibl­es según cualquier principio de sostenibil­idad, sin tener un expediente abierto y sin los dictámenes e informes correspond­ientes, lo cual infringirí­a, al menos, la Constituci­ón Nacional, el Estatuto del Fondo y las Leyes de Procedimie­ntos Administra­tivos y de Administra­ción Financiera”.

En medio de la renegociac­ión, la carta es una fuerte señal política tanto hacia el FMI como puertas adentro del Gobierno.

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EFE Christine Lagarde fue la encargada de negociar con Macri.

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