Rusia condenó el ataque de EE.UU.
El ministro ruso de Relaciones Exteriores lamentó que Washington avisara a Moscú solo cinco minutos antes de los bombardeos.
Rusia condenó ayer los bombardeos estadounidenses contra milicias pro-Irán en el este de Siria, la primera operación militar del presidente estadounidense Joe Biden. “Condenamos firmemente esas acciones e instamos a que se respete, sin condiciones, la soberanía y la integridad de Siria”, afirmó la portavoz de la diplomacia rusa, Maria Zajarova, en una rueda de prensa. “Reafirmamos nuestro rechazo a todas las tentativas de transformar Siria en un ruedo en el que saldar cuentas de la escena geopolítica”, agregó.
En guerra desde 2011, la Siria del presidente Bashar al Asad ha contado con un apoyo militar masivo y crucial de Moscú desde 2015. El viernes, se reportó la muerte de 22 combatientes en unos bombardeos del ejército estadounidense la víspera en el este de Siria. Fronterizo con Irak, ese territorio está controlado por milicias pro-Irán que combaten junto al régimen de al Asad. Los ataques, que Washington calificó de “defensivos”, se produjeron luego de tres ataques recientes en Irak imputados a grupos armados pro-Irán.
“Condenamos firmemente esas acciones e instamos a que se respete, sin condiciones, la soberanía y la integridad de Siria.” Vocera de Rusia
Por su parte el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, dijo ayer que lamentaba que Washington hubiera avisado a Moscú de los bombardeos tan solo “cuatro o cinco minutos” antes de llevarlos a cabo. “Este tipo de advertencia no sirve de nada cuando los bombardeos ya están en curso”, afirmó.
Además, Lavrov sugirió que Washington no tenía intención de abandonar Siria, pese a la retirada anunciada por el expresidente estadounidense Donald Trump. “Habrían decidido no irse de Siria [...] hasta el hundimiento del país”, sostuvo Lavrov. “Es muy importante para nosotros entender cuál será la línea estratégica de Estados Unidos sobre el terreno y en la región”, agregó, afirmando que las fuerzas armadas rusas y estadounidenses tenían contacto en Siria de vez en cuando.
A su turno el Gobierno de Siria afirmó que el bombardeo perpetrado esta madrugada por Estados Unidos en el este del país árabe, presuntamente contra milicias proiraníes aliadas de Damasco, “traerá consecuencias” que incrementarán la tensión en la región.
“Siria condena en los términos más enérgicos la agresión estadounidense contra su soberanía, que va contra las leyes internacionales y la carta estatutaria de la ONU, (...) y alerta de que esta agresión traerá consecuencias”, dijo el ministerio sirio de Exteriores en un comunicado difundido ayer por la agencia oficial siria, SANA.
Asimismo, llamó a Estados Unidos a cambiar su “estrategia agresiva” contra el país árabe, así como a dejar de violar su soberanía y de “apoyar” a grupos “terroristas armados” que atacan a Siria, su gente y su infraestructura, de acuerdo con la nota.
El departamento gubernamental informó que el bombardeo se produjo durante una visita a Damasco del enviado especial de Naciones Unidas para Siria, Geir Pedersen, lo que interpretó como un reflejo de la “indiferencia” de Washington hacia el papel internacional en la resolución del conflicto.
“Esta descarada agresión en un nuevo episodio en la serie de ataques constantes del Ejército israelí, la denominada ‘Coalición Internacional (liderada por EE.UU. contra el Estado Islámico), la ocupación turca y aquellos cometidos por organizaciones terroristas”, sentenció, al enumerar a sus enemigos.
A su vez el secretario general de la ONU, António Guterres, pidió ayer contención a todas las partes tras el ataque aéreo lanzado por Estados Unidos contra milicias proiraníes iraquíes en el este de Siria. Según su portavoz, Stéphane Dujarric, Guterres está siguiendo de cerca lo ocurrido y está “preocupado por la volátil situación en la región”. El jefe de Naciones Unidas llama “a todas las partes a ejercer contención y a evitar una escalada” de las hostilidades, señaló Dujarric preguntado en su conferencia de prensa diaria.
Un ataque aéreo de Estados Unidos contra instalaciones de una milicia iraquí apoyada por Irán dejó al menos 22 combatientes muertos en una zona del noreste de Siria fronteriza con Irak, informaron activistas y el Pentágono, en la primera acción militar del gobierno de Joe Biden y a días de una histórica visita del papa Francisco a Irak. “Bajo la dirección del presidente Biden, fuerzas militares estadounidenses realizaron ataques aéreos contra la infraestructura utilizada por milicias respaldadas por Irán en el este de Siria”, confirmó ayer el vocero del Pentágono. El Departamento de Defensa de EE.UU. dijo que había llevado a cabo ataques aéreos en un punto de control fronterizo entre Siria e Irak usado por esos grupos, destruyendo “múltiples instalaciones”.
La organización Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) dijo que 22 personas murieron luego de que el ataque destruyera tres camiones cargados con municiones provenientes de Irak cerca de la ciudad de Bukamal, en el noreste de Siria. Todos los muertos pertenecían a la fuerza de Hashed al-Shaabi, patrocinada por el estado de Irak y que agrupa a diversas milicias pequeñas que tienen vínculos con Irán, agregó el OSDH. El departamento de Defensa dijo que el objetivo eran facciones de la poderosa coalición de paramilitares iraquíes respaldados por Irán de Hashd al Shaabi, Kataeb Hezbolá y Kataeb Sayyid al Shuhada. Kataeb Hezbolá, uno de los grupos más radicales, calificó los ataques de “agresión bárbara” y “crimen atroz que viola el derecho internacional”. A su vez, el Ministerio de Defensa iraquí negó cualquier coordinación con Washington en este ataque.
El ataque de la noche del jueves, la primera acción militar ordenada por Biden, llegó después de tres ataques con cohetes contra instalaciones situadas en Irak y que son utilizadas por las fuerzas estadounidenses y de la coalición que asesoran y entrenan a tropas iraquíes que combaten al grupo islamista radical Estado Islámico (EI). Uno de esos ataques, a un complejo militar en Erbil, la capital de la región kurda, el 15 de febrero, mató a un civil y a un contratista extranjero que trabajaba con las fuerzas de la coalición y en él resultaron heridos varios contratistas estadounidenses y un soldado. El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, dijo estar “confiado” en que los bombardeos golpearon “a los mismos milicianos chiitas que cometieron los ataques” del 15 de febrero, en declaraciones a periodistas mientras volaba de California a Washington. Austin dijo que él recomendó a Bi