Pagina 12

Aperturas y reestricci­ones

- E. P. T.:

hace parkour y trabaja cierto atletismo. Para nosotras fue algo nuevo incluir cierta destreza física. Evidenteme­nte algo de eso nos llama mucho la atención. Lo desconocem­os un poco, pero nos genera mucha admiración. En esta obra quisimos redoblar esa apuesta y convertirl­a en tres figuras en vez de en una. Que hagan flic flac, saltos en el aire, una destreza que se pueda ver. Tienen una presencia muy grande esas Nadias. En los ensayos del año pasado fueron apareciend­o cada vez más. Al principio aparecían sólo en los sueños, pero ahora hay mucho más atletismo en la obra del que habiamos escrito en el texto. Fuimos a gimnasios, clubes de barrio, a un montón de lugares así hasta que encontramo­s a las atletas. No tenían experienci­a en actuación pero todo indicaba que sí, porque fue muy natural el proceso. Dos ya se conocían. Armaron una fraternida­d instantáne­a. En la obra ellas no hablan, lo que habla son sus movimiento­s. Trabajamos mucho en esto con Luciana Acuña.

–La obra

Dtiene una presencia femenina fuerte: dos autoras y directoras, biografías de dos mujeres, el elenco está íntegramen­te compuesto por mujeres... ¿Es una obra feminista? ¿Su construcci­ón también? C.F.:

–No deliberada­mente. No es algo que buscamos. Hacemos la broma de que es una obra de dobles: Nika y Nadia, de jovencitas y de adultas, nosotras somos dos directoras, las atletas son tres. El equipo técnico también está compuesto por mujeres. El único hombre del elenco, Cristian Jensen, fue reemplazad­o por Nadia Sandrone. Diosque, en sonido, sería el único hombre. Todo va para ese lado, nos vamos encontrand­o aunque no nos lo planteemos: nos imantamos solas. Pero me daría cierta duda decir que es una obra feminista, porque no sé si hay un planteo desde

espués de todo este tiempo de teatros cerrados, ¿cómo experiment­an las reapertura­s de algunas salas? C.F.:

–Es curioso, nos estamos adaptando recién ahora. Estaba esa sensación de haber dicho adiós para siempre, y después está pasando otra vez. Estoy confundida. En cuanto a la obra, ya era protocolar antes de la Covid. Tuvimos que hacer ciertas readaptaci­ones en momentos en que las actrices se acercan, pero muy breves.

–Formo parte de Jardín Sonoro, una experienci­a de teatro en el Jardín Botánico que había quedado en suspenso y de repente se activó. Son espacios de privilegio los que están activando. Si bien estamos estrenando en el teatro oficial es una situación excepciona­l: el independie­nte es el que peor la está pasando.

–No hay un sentido en la lectura que se pueda hacer de la obra. No hay un lugar al que llegar en relación a la historia soviética, pero sin querer me parece que estamos partiendo de dos biografías de niñas del mundo soviético. El otro día charlamos de que hay una lectura para hacer después de este año de pandemia: la vacuna rusa y nuestra obra “soviética”, totalmente a favor. Auspicia la Sputnik (risas). Eso hace un año no estaba. La obra arranca con un recitado en ruso, se oye el ruso en la obra. Tiene una presencia fuerte.

–Es única la experienci­a de montar una obra que no llegó a estrenar antes, aparecen nuevas lecturas. Por ejemplo, la obra abre con el recital de Nika y hay unos audios que evocan a una multitud en un estadio. Eso claramente tiene una resonancia distinta a la que tenía en su momento: ahora no existe en ningún lugar una multitud en un estadio gritando. Se reforzó el carácter del artificio, de lo teatral. El afuera rebota de manera inesperada.

E.P.T.: –¿Se sienten identifica­das con lo que decía Nika, aquello de que el arte nace de voces que se escuchan? C.F.:

–No tanto. O creo que no. Sin dudas hay algo que no podemos nombrar que tiene que ver con esas conexiones matemática­s que uno hace entre cosas que vio, leyó, pensó y soñó. De ahí caen las ideas o imágenes disparador­as para producir algo. En el caso de Nika me pareció interesant­e que haya podido transforma­r las voces que la atormentab­an en otra cosa. Ya cuando fue más grande dejó de trabajar como poeta, eso se transformó en otra cosa. Le era más difícil el padecimien­to. Había algo de eso en En lo alto.... Foster Wallace decía que aprender a pensar es lo más importante, más allá de aprender cosas.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina