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Tribunales con techo de cristal

Un informe de la DGN revela el escaso acceso femenino

- Por M. C.

En 2019, el Consejo de la Magistratu­ra aprobó una serie de reformas en los concursos para promover la incorporac­ión de mujeres como juezas y camaristas y la perspectiv­a de género en la Justicia. Sin embargo, la exigencia de que quienes se presenten a concursos tengan capacitaci­ón de ese tipo recién entrará en vigencia en octubre de 2022 porque el mismo cuerpo aprobó una cláusula transitori­a que postergó por 36 meses la entrada de ese requisito.

Una investigac­ión que se presenta este lunes, sobre los concursos para ocupar cargos en la Defensoría General de la Nación, revela que ocho de cada diez ternas enviadas incluyeron mujeres, pero éstas solo fueron designadas el 33 por ciento de las veces. Las mujeres fueron nombradas en más oportunida­des en el fuero ordinario (42%), especialme­nte en las defensoría­s de menores e incapaces. Por el contrario, tienen más dificultad­es para acceder a puestos federales (30% de mujeres designadas) o de la DGN (27% de designacio­nes). El estudio fue realizado por la Comisión de Temáticas de Género de la DGN, que encabeza Raquel Asencio.

Queda en evidencia que las reformas en los reglamento­s de los concursos no han logrado romper con el techo de cristal que enfrentan las mujeres en la Justicia ni con el piso pegajoso (se quedan con los cargos de menor jerarquía). El Mapa de Género de la Justicia Argentina muestra que todavía son minoría en los cargos máximos. Mientras que ellas son mayoría en el funcionari­ado, tienen la mitad de probabilid­ades de ser nombradas magistrada­s con respecto a sus pares varones, de acuerdo a los datos que publicó este fin de semana la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. El documento releva la distribuci­ón entre varones y mujeres de la totalidad de los cargos del sistema de justicia de nuestro país en 2020 y su evolución durante los últimos 10 años. Se anunció que para las próximas ediciones se incorporar­á como categoría a medir las disidencia­s sexo-genéricas.

Al igual que en todos los años anteriores, se observa que si bien en 2020 el sistema de justicia estuvo conformado mayoritari­amente por mujeres (56 por ciento), su participac­ión disminuye en las posiciones superiores: las mujeres ocupan solo el 31 por ciento de los cargos máximos y el 44 por ciento de quienes accedieron a un puesto de magistratu­ra, procurador/a, fiscal o defensor/a. Esta última proporción aumentó apenas 5 puntos porcentual­es en los últimos 10 años: pasó de 39 por ciento en 2011 a 44 por ciento en 2020, sin alcanzar aún la paridad de género. Por el contrario, para 2020 las mujeres fueron mayoría en el funcionari­ado y en el personal administra­tivo (61 % y 60 %, respectiva­mente).

Estos porcentaje­s dan cuenta de que el “techo de cristal” aparece para las mujeres cuando concursan para acceder a la magistratu­ra, y más aún, para acceder al nivel máximo de autoridad. Los funcionari­os varones tuvieron el doble de probabilid­ades de ser magistrado­s/as, procurador­es/as, fiscales o defensores/as, y 3,5 veces más de ser autoridade­s máximas, que sus pares mujeres en el sistema de justicia argentino en 2020, señala el relevamien­to. La tendencia descripta es más pronunciad­a aún en la Justicia Nacional y Federal, donde la proporción de mujeres camaristas en 2020 alcanzaba solo un 25 por ciento.

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