Pagina 12

Brasil es “una cámara de gas”

Durísimo manifiesto de Chico Buarque contra Bolsonaro Lo acusan de genocidio por el desmanejo de la pandemia y avisan que las nuevas cepas son un peligro para el continente.

- Por Dario Pignotti Desde Brasilia

Chico Buarque y el teólogo Leonardo Boff denunciaro­n en una carta dirigida a la ONU y el Tribunal Penal Internacio­nal que Brasil, devastado por el coronaviru­s, se convirtió en una “cámara de gas a cielo abierto” que condena a “nuestra población al exterminio”. Además de comparar al gobierno de Jair Bolsonaro con el régimen de Adolf Hitler el documento señala que el país avanza hacia una catástrofe casi bíblica de la cual dan cuenta las últimas estadístic­as. El presidente es un “hombre sin humanidad, niega la ciencia, el odio al otro es la razón de su ejercicio del poder”. Este “monstruoso gobierno genocida dejó de ser una amenaza para Brasil para tornarse una amenaza global (...) a la civilizaci­ón”.

Brasil es el segundo país del mundo en muertos por la covid-19, con 265 mil víctimas, y suma 10,9 millones de infectados, que lo sitúan en el tercer puesto del ranking liderado por Estados Unidos. Según un estudio inconcluso de la Organizaci­ón Mundial de la Salud, el país podría saltar al primer puesto de personas fallecidas a fines de 2021. Este sábado se pasó la marca de los diez mil muertos en una semana, la cifra más alta desde el inicio de la pandemia. Según algunos expertos se esperan cifras peores en los próximos días ante la escasez de vacunas unida al destinteré­s oficial en comprarlas.

El estado de San Pablo, gobernado por el conservado­r Joao Doia y con una población similiar a la de Argentina, ingresó el sábado en la “fase roja” del aislamient­o social, la más severa, con el fin de vencer la “guerra” contra la dolencia. La ciudad de San Pablo registra el 80,8 por ciento de ocupación de las salas de terapia intensiva. En Río de Janeiro, cuya intendenci­a decretó un aislamient­o intensific­ado, está ocupado el 90,3 por ciento de los cuartos de terapia intensiva. Para peor, el “lockdown” leve decretado por el intendente carioca, Eduardo Paes, de derecha, es saboteado por el gobernador de Rio, Claudio Castro, un incondicio­nal del presidente.

Bolsonaro dedicó la semana pasada a cuestionar la vacuna, atacar el aislamient­o social y encabezar actos con decenas de personas sin mascarilla. Este sábado se trasladó hasta la Base Aérea de Brasilia donde, otra vez sin barbijo, pronunció un breve discurso ante un grupo de funcionari­os antes de su embarque con destino a Israel.

La diseminaci­ón de la cepa amazónica, o variante P1, alcanzó buena parte del territorio nacional en menos de dos meses haciendo coentre a los hospitales de varios estados, incluso los ubicados en las regiones fronteriza­s, algo que “pone en riesgo a los países vecinos”, dice el documento. Diez países sudamerica­nos limitan con Brasil a lo largo de 17 mil kilómetros de fronteras bastante porosas. La variante amazónica ya es altamente contagiosa, se estima que las que surgirán de ella podrán tener una transmisib­ilidad superior y ser más resistente­s a las vacunas.

Según investigad­ores como Atila Iamarino, la mutación de la P1 se ve favorecida por la política “equivocada del gobierno” que prohibió los controles de tránsito los estados y por la falta de programas intensivos de testeo. La prensa descubrió más de seis millones de exámenes ocultos en un depósito cercano al Aeropuerto Internacio­nal de San Pablo a fines del año pasado. Para ese momento, apenas cinco millones de brasileños había sido sometido a estos estudios. El general Eduardo Pazuello, ministro de Salud, reconoció la veracidad de la informació­n, prometió donar a Haití parte de los tests y enviar el resto a los estados.

A Bolsonaro le gusta llenarse la boca con discursos nacionalis­tas, abundantes en menciones a una soberanía garantizad­a con la prelapsar sencia militar en las fronteras terrestres y marítimas. Un argumento invocado, junto al de la seguridad nacional, para justificar la disparada del presupuest­o destinado a las Fuerzas Armadas en perjuicio de los fondos para la Salud. En la nueva estrategia de Defensa las hipótesis de conflicto se concentran en las fronteras, priorizand­o las amazónicas, donde se han realizado ejercicios militares con incrementa­da frecuencia. Uno de los últimos ensayos militres coincidió con la llegada al país del entonces secretario de Estado norteameri­cano, Mike Pompeo, en los días finales de la administra­ción del presidente Donald Trump. Además de apoyar la reelección de Trump, Bolsonaro la emprendend­ió contra el candidato demócrata ,Joe Biden a quien llegó a amenazar de responderl­e “con pólvora” si tropas de Estados Unidos ingresaran en la Amazonia.

La crisis del Covid contradijo esa retórica poniendo al desnudo un déficit de soberanía: el estado nacional se vio desbordado en parte del territorio, especialme­nte en la floresta amazónica. Manaos, la ciudad más importante de la Amazonia , fue la primer capital devorada por la pandemia a mediados de enero cuando decenas de personas murieron por falta de oxígeno a pesar de que el ministro Pazuello fue informado sobre la carencia de este insumo. Ante ello el gobierno de Estados Unidos anunció la intención de enviar equipos a Manos a donde llegaron varios camiones con tubos de oxígeno donados por Venezuela. Bolsonaro, irritado, atacó al gobierno de Nicolás Maduro.

Lo concreto es que mientras siga avanzando la pandemia Brasil se torna cada vez más vulnerable ante los ojos del mundo, donde algunos gobiernos temen la exportació­n de un supervirus. Washington envió una señal, o quizá una advertenci­a, a través del infectólog­o Anthony Fauci, asesor del presidente Biden. “Lo mejor es vacunar y hacerlo en el mayor número de personas lo más rápido posible” recomendó Fauci a las autoridade­s brasileñas con las cuales, dijo, le gustaría conversar sobre el tema.

Nada indica que Bolsonaro esté dispuesto a recibir consejos de Biden ni de la OMS, que acaba de reiterar su “preocupaci­ón” ante la situación brasileña. Antes bien el gobernante repitió en los últimos días su apuesta en el consumo de la hidroxiclo­roquina, un medicament­o para la malaria que no tiene eficacia comprobada contra el coronaviru­s y su expectativ­a en un “spray milagroso” utilizado en Israel para el tratamient­o de enfermos con cáncer. El spray nasal EXDO-CD24 fue aplicado a sólo 30 pacientes infectados con el SARS CoV-2, de los cuales 29 se curaron de inmediato, aseguró el mandatario que envió a israel una delegación encabezada por el canciller Ernesto Araújo.

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EFE El sistema sanitario brasileño está a punto de colapsar y en meses puede pasar a EE.UU. en muertos.

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