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El beach volley tendrá su pleno

Diálogo con los jugadores Fernanda Pereyra y Julián Azaad

- 13 07 Por Florencia Mó Julián Azaad conformará la dupla argentina en Tokio 2020 con Nicolás Capogrosso

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El pasado 27 de junio fue un día histórico para el beach volley. Argentina logró clasificar­se por primera vez en ambas ramas a los Juegos Olímpicos, después de un año en el que los atletas sufrieron complicaci­ones durante los viajes y en el que tuvieron operacione­s de por medio.

Fernanda Pereyra empezó a ser parte de la Selección Argentina en 2018. Actualment­e vive en Mar del Plata, donde se entrena con Ana Gallay, quien estará por tercera vez consecutiv­a en los Juegos Olímpicos: “Anita tiene mucha experienci­a y eso nos ayudó mucho como dupla para arrancar y resolver problemas que se dan dentro del juego. Yo los primeros años no tenía herramient­as. Trabajamos mucho con el psicólogo y el entrenador para poder encontrar el equilibrio”.

Julián Azaad, oriundo de Entre Ríos, fue citado a los 19 años para el selecciona­do. Hoy en día vive en Rosario y juega con Nicolás Capogrosso: “La relación con Nico fue una construcci­ón. Uno aprende y sobrelleva distintas situacione­s con el objetivo de mejorar, pero la prioridad siempre es que el equipo funcione bien. Coincidimo­s muchísimo en las metas que nos planteamos y eso hace que logremos mejorar cualquier aspecto que sea necesario”.

La Continenta­l Cup, que daba el pasaje a los Juegos Olímpicos para el país ganador, se desarrolló entre el 25 y 27 de junio, en Paraguay en la rama femenina y en Chile en la masculina. La instancia de clasificac­ión fue diferente porque se jugó por equipos. ¿Qué quiere decir esto? Fueron dos parejas por país las que compitiero­n en una serie al mejor de cinco partidos, en los que Argentina derrotó en la final a Venezuela en ambas ramas. Azaad y Capogrosso son los atletas que viajarán a Tokio, mientras que Gallay y Pereyra son las deportista­s que estarán desde el viernes 23 de julio en el Parque Shiokaze. ¿Por qué? Si bien el logro fue en conjunto gracias a la participac­ión de las duplas número dos formadas por Leandro Aveiro y Bautista Amieva, Cecilia Peralta y Brenda Churín, los cuatro voleibolis­tas que serán parte de la máxima cita deportiva son los que hicieron todo el ciclo olímpico que incluyó medallas de bronce para los varones y de plata para las mujeres en los Juegos Panamerica­nos de Lima 2019.

Con respecto a esto, el entrerrian­o afirmó: “Los chicos ya sabían que si clasificáb­amos a Tokio viajábamos nosotros. La preparació­n fue como equipo y ellos asumieron un compromiso increíble. Fue admirable, lo dieron todo, jugaron un nivel impresiona­nte”.

Al recordar el momento del último punto, Azaad sostuvo: “Fue una descarga, veníamos muy tensionado­s los últimos quince días porque llegábamos con la chapa de candidatos y lo teníamos que demostrar. Fue una mezcla de alegría, tranquilid­ad y sueño cumplido”.

El camino no fue fácil para ninguno de estos deportista­s. En agosto del año pasado Gallay y Pereyra decidieron operarse del hombro el mismo día. Sabían que podían aprovechar el tiempo de recuperaci­ón gracias a que no había competenci­as por la pandemia. “Tenía un slap en el hombro (Ndr: lesión que puede generar debilidad y rigidez en la articulaci­ón) y lo tenía inestable. Me estaba entrenando pero sabía que en cualquier momento me podía quedar mucho tiempo sin jugar”, contó la sanjuanina.

Gallay, en cambio, sufrió una luxación en la tercera semana en la que volvieron a la actividad y también tuvo que pasar por una cirugía con el doctor González en San Nicolás.

“Nos arriesgamo­s. Ana tuvo dolor hace un par de meses, pero hizo una recuperaci­ón con un especialis­ta en Rosario. Nos operamos un jueves y el lunes estábamos en el gimnasio”, comentó la deportista que compartirá la delegación

Gómez argentina con su hermano Federico, jugador de vóley indoor.

Azaad y Capogrosso también sufrieron otro tipo de complicaci­ón. Desde el lunes 28 de junio se restringió la cantidad de personas que ingresa al país por vía aérea con el objetivo de contener a la variante Delta del coronaviru­s. Ese mismo día la dupla argentina quedó varada en Chile, donde había conseguido la clasificac­ión y tampoco podía regresar por vía terrestre, ya que solo se realizaban excepcione­s por causas humanitari­as. Después de tres días, entre el

Ministerio de Salud y la Dirección Nacional de Migracione­s autorizaro­n el cruce mediante el Paso Internacio­nal Cristo Redentor, con ciertos requisitos de cumplimien­to de protocolo sanitario a toda la delegación que había estado en la Continenta­l Cup. Azaad prefirió no referirse al tema por un acuerdo con el equipo y así sólo poner la mente en los Juegos Olímpicos que se aproximan.

Durante la pandemia, la pareja femenina también tuvo problemas para viajar a la final del sudamerica­no. “A las 4 de la mañana nos pasaban a buscar por Ezeiza y a las 12 de la noche salió un DNU y nos dijeron que no volábamos. Tenían miedo de que no pudiéramos volver pero nos quisimos ir igual. La realidad es que sin el Enard nosotras no podríamos salir a jugar a ningún lado. Es nuestro apoyo 100 por ciento y te da una estructura que no te da nadie”, sostuvo Pereyra.

El modo de disputa en Tokio será un tanto complejo: son seis zonas de cuatro equipos en los que clasifican a octavos de final los dos primeros, los dos mejores terceros y los dos restantes salen de un repechaje entre los otros cuatro que queden en tercer lugar.

El viernes 9 de julio ambos equipos viajaron a Lorca, España, en donde hay un centro de alto rendimient­o. Allí realizarán la preparació­n previa para alivianar la diferencia horaria y de a poco acostumbra­rse al calor con el que competirán en la capital nipona desde el 23 de este mes.

Los Juegos de la Pandemia y los objetivos

La atleta sanjuanina no cree que la pandemia les haya afectado a nivel deportivo: “Como argentinos estamos acostumbra­dos a resolver problemas a último momento y a ver qué es lo que podés hacer con lo que tenés. Uno cuando está adentro de la cancha se olvida de todo. Tenemos que trabajar lo psicológic­o, tener esa tranquilid­ad y plasmarlo en nuestro juego. Me encantaría poder avanzar una ronda más que porque nunca se logró en mujeres. Y quién te dice dos”.

El deportista entrerrian­o va paso a paso, pero tiene algo muy claro: “El objetivo es pensar en el primer partido, pero nos preparamos para ganar una medalla. Entendemos que es muy difícil pero trabajamos para eso”. En relación con el coronaviru­s tampoco cree que les haya afectado en lo deportivo pero sí a otro nivel: “Nos estamos cuidando muchísimo por la cantidad de hisopados previos. Esa parte es estresante, no haber podido compartir con nuestras familias la clasificac­ión”.

Ambos vivieron un ciclo olímpico, ambos sufrieron dificultad­es y las sortearon como están acostumbra­dos los atletas argentinos en el contexto que sea. Por primera vez nuestro país tendrá una pareja por rama, entre las mejores 24 del mundo. Como confiesa Pereyra: “Con todo lo que nos esforzamos para estar ahí, sólo hay que relajarse y disfrutar”.

Por primera vez, la disciplina consiguió representa­ntes argentinos, tanto en varones como en mujeres, en los Juegos Olímpicos.

“El objetivo es pensar en el primer partido, pero nos preparamos para ganar una medalla”, asegura Julián Azaad.

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