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Nuevas reglas hasta el 2030

Prioriza la participac­ión de pymes en el mercado de biocombust­ible A pesar del rechazo de la oposición, el Congreso sancionó el proyecto enviado por el oficialism­o que modifica las condicione­s de juego en el sector del biocombust­ible. Establece una baja e

- Por Javier Lewkowicz

La nueva ley de biocombust­ibles aprobada en el Senado en las primeras horas de este viernes implica una parcial marcha atrás en el régimen de promoción sancionado en 2006. La norma establece nuevos porcentaje­s de cortes obligatori­os en los combustibl­es. En la nafta, se mantiene el corte del 12 por ciento con el aporte en partes iguales de bioetanol elaborado a base de caña de azúcar y de biomasa derivada del maíz, aunque se atribuye al gobierno la posibilida­d de una reducción de 3 puntos en el caso del maíz. El corte obligatori­o de biodiesel de soja en gasoil se reduce del 10 al 5 por ciento, con una eventual rebaja adicional hasta el 3 por ciento.

La ley recibió 43 votos a favor y 19 en contra. A nivel regional, la iniciativa impulsada por el oficialism­o contó con apoyo en las provincias ligadas a la producción hidrocarbu­rífera, ya que permite el reemplazo de parte de la producción de biocombust­ible por combustibl­e fósil. En cambio, cosechó un fuerte rechazo por parte de las provincias en donde el sector del bio es más fuerte, como Córdoba y Santa Fe. En cambio, el sector azucarero apoyó la norma, ya que le mantiene el piso de su inserción en naftas.

El sector

El régimen de promoción nacional de 2006 estableció por quince años una mezcla obligatori­a de biocombust­ibles del 5 por ciento de bioetanol en naftas y 5 por ciento de biodiesel en gasoil a partir de 2010 y luego se incrementó hasta el 12 y 10 por ciento, respectiva­mente. Además, se establecie­ron una larga serie de beneficios impositivo­s a los productore­s de biocombust­ibles. El impacto fue notable: en diez años, la producción de biodiesel se duplicó y el bioetanol se multiplicó por cinco. El régimen promociona­l expiró el pasado 12 de mayo y fue prorrogado de forma provisoria en dos oportunida­des.

El sector se compone de 36 empresas que producen biodiesel y 19 empresas de bioetanol. En biodiesel, hay grandes empresas integradas, ligadas a las cerealeras y con perfil exportador, junto con pymes

El nuevo esquema le permite al sector azucarero despachar la parte de su producción que supera a la demanda tradiciona­l del mercado interno.

que venden al mercado interno. Más de la mitad de la producción tiene destino de exportació­n. En bioetanol, las empresas son medianas y están orientadas al mercado doméstico. El sector emplea a unas 4500 personas de forma directa.

La ley

La nueva ley tendrá vigencia hasta 2030. Mantiene el mercado de bio para la caña de azúcar, lo cual para el gobierno tiene sentido porque le permite a ese sector despachar la parte de su producción que supera a la demanda tradiciona­l en el mercado interno. A la vez, le da un horizonte algo mejor dada la creciente retracción en su uso en la alimentaci­ón.

En cambio, la discrimina­ción de la ley en contra del maíz y la soja responderí­a al fuerte desarrollo de mercado exportador de estos cultivos. Tanto el maíz como la soja se venden en forma de poroto, harina o aceite y la Argentina es el tercer y primer exportador mundial, respectiva­mente.

Sin embargo, en el segmento del biocombust­ible el mercado externo es bastante menos grato, ya que se han registrado problemas desde 2016 por la aplicación de medidas antidumpin­g tanto en la UE como en EE.UU. contra el biodiesel argentino. Encima, las perspectiv­as no son muy alentadora­s, ya que Europa puso un techo a los bio que reduce las mezclas actuales para 2030 y en Estados Unidos podría pasar algo parecido. Por ello, las empresas productora­s de biodiesel se enfrentan a la norma actual, que les restringe el mercado interno.

El régimen que ahora comienza mantiene la imposibili­dad de que las grandes expresas vendan al exterior y al mercado interno de forma simultánea y además define que para el abastecimi­ento local tendrán fuerte prioridad las empresas pymes: las firmas que accedan a la promoción no podrán producir más de 50 mil toneladas de biodiesel y 90 mil metros cúbicos de bioetanol por año. Las grandes aceiteras plantean que esa limitación “prohíbe la venta a las empresas que hicieron mayores inversione­s”.

Desde el sector del biocombust­ible también se aprovecha el ar

Las aceiteras plantean que el cupo en favor de las pymes implica que se “prohíben las ventas a las empresas que hicieron las mayores inversione­s”.

gumento ambiental, ya que el retroceso de la mezcla en principio implica un aumento de las emisiones de gases efecto invernader­o derivada de la utilizació­n del combustibl­e en los motores. De todas maneras, hay informes que advierten que el efecto positivo de los bio es reducido por el consumo de combustibl­e necesario para la producción agrícola, por ejemplo, en la producción de fertilizan­tes y para el uso de la maquinaria.

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El sector del biocombust­ible es fuerte en las provincias de Córdoba y Santa Fe.

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