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Las cifras de la pandemia y las perspectiv­as

El desfasaje en el registro engrosa la cantidad de defuncione­s informadas en cada jornada

- 18 07 Por Pablo Esteban

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Del 9 al 15 de julio se contagiaro­n en promedio 15.276 personas por día y ello contrasta con la semana anterior (2 al 8 de julio), cuando se infectaron 17.353 y con la precedente (25 de junio al 1° de julio) en que se reportaron 20.141 casos. En el mismo sentido, aunque el jueves pasado la Argentina conquistó la triste cifra de 100 mil fallecimie­ntos desde que comenzó la pandemia en marzo de 2020, las muertes también van disminuyen­do: la semana del 9 al 15 hubo 402, cuando durante la anterior se habían comunicado 450 y la precedente 476.

El interrogan­te que se abre, entonces, es: ¿por qué si las defuncione­s disminuyen desde principios de junio cuando el promedio diario alcanzó los 580 fallecimie­ntos, hay días, como el miércoles, en que se informan 614 defuncione­s? Desde la perspectiv­a del físico Jorge Aliaga hay dos factores que se deben tener en cuenta y que, a menudo,

Las muertes descienden desde principios de junio, pero el retraso en la carga del sistema confunde. El impacto real de la pandemia, según la perspectiv­a de dos especialis­tas.

generan la ilusión de que esa curva no desciende. El primero se vincula con el lapso desde que un individuo se enferma hasta que finalmente muere de covid. “Cuando los casos suben, las muertes comienzan a hacerlo pero 20 días después, porque es lo que normalment­e la gente demora en fallecer tras enfermarse. Lo mismo para la disminució­n: cuando las infeccione­s empiezan a bajar, los muertos hacen lo propio 20 días después”, explica el secretario de Planeamien­to y Evaluación Institucio­nal de la Universida­d Nacional de Hurlingham. Este aspecto está más naturaliza­do, porque se relaciona con un fenómeno ya usual: a lo largo de la pandemia las curvas de contagios y muertes siempre estuvieron corridas.

El segundo factor, por otra parte, guarda relación con un retraso en la carga. Aliaga lo describe de la siguiente manera: “Como

“Como hubo muchos muertos entre abril y mayo, no se cargaron al sistema en el tiempo usual, sino que recién se están subiendo ahora.”

hubo muchos muertos entre abril y mayo, no se cargaron al sistema (SISA, Sistema Integrado de Informació­n Sanitaria Argentino) en el tiempo usual, sino que recién se están subiendo ahora. Si desde que una persona muere de covid, el personal de salud tarda unos cinco o diez días en subirlo al sistema, en esta ocasión la demora fue mucho más considerab­le”. Desde una perspectiv­a similar lo sintetiza Mario Lozano, virólogo del Conicet y experto en vacunas: “Hay días con muchas fluctuacio­nes: en una misma semana hay jornadas con más de 600 y otras con 250. Desde hace un tiempo ya se advierte una clara disminució­n en los fallecimie­ntos. Hay una pendiente a la baja”. Y completa el exrector de la Universida­d Nacional de Quilmes: “La cantidad de casos diarios está muy alta, pero hasta el momento continúan bajando; en cuanto se detecte la transmisió­n comunitari­a de Delta, lo más seguro es que se produzca una escalada en las nuevas infeccione­s, como ocurrió en otros países, y por consiguien­te, las muertes vuelvan a aumentar”.

La dificultad del registro

El conteo de las muertes en una pandemia no es tarea sencilla. En 2020, la provincia de Buenos Aires digitalizó las partidas de defunción (Registro Provincial de Personas), empleó el Sistema de Gestión de Camas (Sigec) y cruzó dicha informació­n con la base de datos SISA, con el propósito de chequear cuántos bonaerense­s habían fallecido por covid y evitar así el subregistr­o. Hallaron una diferencia de 3.523 difuntos que habían muerto por el virus, pero que no habían sido cargados en el sistema. “Esto es algo que también hizo Córdoba y CABA. La Ciudad de Buenos Aires, en vez de reportar todos los fallecidos por covid juntos, fue cargando las defuncione­s por goteo al sistema para que no generara revuelo mediático. En los últimos meses, Mendoza y Neuquén estuvieron cargando muertes de agosto y septiembre de 2020”, aclara Aliaga.

Durante la última semana, el promedio diario de muertes fue de 402: si bien algunos días llegan a los 500 o 600, las cifras se calculan teniendo en cuenta los reportes del sábado y del domingo, que suelen estar por debajo de los 300. Con esta referencia en mente, hay otras variables que deben considerar­se si el objetivo es acercarse al impacto real de la pandemia en el presente. “De las muertes que se reportan a diario, de 20 a 40 correspond­en al 2020 y las provincias recién las están incorporan­do; y luego, también, hay una cantidad de variable que ronda los 100 fallecimie­ntos, que son de abril y mayo de este año, y que no se llegaron a cargar porque la segunda ola explotó y el personal de salud no pudo con todo. Por ello tiendo a pensar que el número real de fallecidos en cada día, necesariam­ente, está por debajo de 300”, calcula Aliaga. Las cargas en el sistema no se producen en tiempo real, por lo que los retrasos se van solapando y las cifras finales que se comunican a diario, finalmente, se desfasan de lo que en la actualidad sucede.

La diferencia es la vacuna

El virus continúa propagándo­se, de hecho, las variantes se expanden con velocidad por todos los continente­s. Sin embargo, a diferencia de las olas precedente­s, hay una herramient­a fundamenta­l: las vacunas. Las tecnología­s que aplica el mundo son eficaces contra el coronaviru­s. Ello se ve claramente en naciones como Reino Unido e Israel que, habiendo inmunizado por encima del 60 por ciento de su población, han disminuido muchísimo las hospitaliz­aciones y muertes por la Covid. Algunos días de la semana pasada, Reino Unido ha reportado por encima

“No hay nada que explique la disminució­n de casos en la actualidad, en medio del frío y sin restriccio­nes, que no sea la vacuna.”

de 42 mil casos y 50 muertes. En este sentido, si bien es cierto que todos los fallecimie­ntos son dolorosos, también es cierto que en las olas previas (frente a una cantidad similar de contagios), los fallecimie­ntos promediaba­n los 500 en cada jornada. “En Gran Bretaña se produjo un aumento significat­ivo de los contagios con Delta y un incremento mucho menor de fallecimie­ntos. Ello indica que las vacunas funcionaro­n muy bien, de manera

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