Cuba: por el fin del bloqueo
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Hay una historia reciente en Cuba y otra que ya lleva sesenta años. La primera es la que relata la existencia de problemas, insatisfacciones y descontentos en la isla. La segunda es la historia del bloqueo, una medida que un país poderoso, los Estados Unidos, ejecuta contra otro pequeño a lo largo de seis décadas para intentar asfixiarlo y doblegarlo.
La oposición política y mediática en la Argentina simplifica el relato: cuenta la primera historia sin la segunda. Por supuesto, ello no es sostenible. Ambas están interrelacionadas: el descontento en la isla no ocurre en el vacío sino en un escenario donde el bloqueo norteamericano se ha endurecido producto de una serie de medidas dispuestas por la administración Trump y heredadas por el gobierno de Biden.
Cuba está siendo agredida y, ante una agresión de esa magnitud, debemos expresar nuestra mayor solidaridad. Además, es bloqueo. En América Latina, salvo Brasil y Colombia, el resto de la región también apoyó el fin de la medida. Es decir: Estados Unidos, acompañado de Israel, sostiene una posición que lo aísla del mundo. Es una posición beligerante en minoría absoluta en el escenario global. En 29 oportunidades el organismo multilateral ha pedido por abrumadora mayoría el levantamiento del bloqueo. Paradójicamente, la forma de impulsar la libertad en Cuba, por parte de los EE.UU., es intentando quitársela.
¿Qué significa bloqueo? Quiere decir que Estados Unidos sancionan a todo aquel que comercie con Cuba, por ejemplo, a los barcos que tocan puerto cubano o a las compañías de seguros que aseguran a estos barcos que entran en contacto con la isla. El bloqueo también significa que Cuba prácticamente no tiene acceso a internet y que no puede operar financieramente en el mundo, entre muchas otras restricciones. país caribeño para financiar la compra de automóviles de fabricación local. Las terminales automotrices de origen norteamericano (Ford, Chrysler, General Motors) se negaron a cumplir con ese compromiso debido al bloqueo de los Estados Unidos contra la isla. El ministro de Economía argentino, José Ber Gelbard, contestó que “la Argentina no espera la autorización de nadie para que las empresas instaladas en su territorio efectúen transacciones con naciones con las que mantiene normales relaciones diplomáticas”.
En el mismo sentido, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha sostenido recientemente que para ayudar a Cuba “lo primero que se debería hacer es suspender el bloqueo como lo están solicitando la mayoría de países del mundo. Este sería un gesto verdaderamente humanitario. Ningún país del mundo debe ser cercado, bloqueado, eso es lo más contrario que pueda haber a los derechos humanos”. Además ha manifestado su “solidaridad con el pueblo cubano” y consideró que “debe buscarse una salida mediante el diálogo, sin el uso de la fuerza, sin confrontación, sin violencia. Tienen que ser los cubanos los que decidan porque Cuba es un país libre, independiente y soberano”.
En la semana, en una reunión del Grupo Hermandad en el que participan ex presidentes, ex cancilleres, parlamentarios y líderes populares de América Latina, el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, realizó un informe donde afirmó que el reciente ataque contra la isla “se trata de una operación político mediática organizada desde el territorio de los EE.UU. y desde dominios y cuentas fundamentalmente de la Florida, con alteración de mecanismos de geolocalización, con el uso de herramientas carísimas de alta tecnología”. Rodríguez añadió que “el bloqueo de EE.UU. y, en particular, las 240 medidas que aplicó el gobierno de Donald Trump, en especial las más de 50 que aplicó durante la pandemia, impidieron, por ejemplo, la adquisición de respiradores o ventiladores pulmonares para terapia intensiva o afectan la producción de vacunas”.
En la misma línea de la manipulación mediática comentada por el canciller cubano, el montaje que han realizado de las imágenes de las protestas ha sido grotesco. Por supuesto, eso no quiere decir que no haya problemas e insatisfacciones en la isla. Pero, junto a ello, un aparato de falsificación de los hechos intenta hacer aparecer esas protestas como masivas y desbordadas. Por ejemplo, hay fotos adjudicadas a Cuba que no tienen nada que ver con este país. Una de ellas está contextualizada como “los cubanos quieren libertad”, pero es una foto de la celebración en Buenos Aires del triunfo argentino en la Copa América ante Brasil. Otra hace referencia “al malecón habanero” pero es de una protesta en Egipto en 2011.
Necesitan falsificar los hechos para luego poder denunciarlos.
* Diputado nacional por el Frente de Todos y presidente del Partido Solidario. @
Un encuentro en el recuperado edificio histórico de la Confederación General Económica, de Rivadavia al 1100, juntó a dirigentes empresarios pyme con integrantes de la Confederación de Gremios Industriales, dando el puntapié inicial a una iniciativa que busca recuperar para el sector productivo en su conjunto el protagonismo en la discusión de las políticas de producción y empleo. En este primer encuentro, que encabezaron Ricardo Pignanelli (Smata) y Antonio Caló (UOM) por el sector sindical, y Marcelo Fernández (Cgera) por la parte empresaria, se hizo un repaso sobre las recientes negociaciones del gobierno argentino en el Mercosur, se cuestionó la postura de los países socios (Uruguay, en este caso) que promueven acuerdos comerciales individuales con terceros países y se acordó la realización de un congreso nacional
Sindicatos y pymes propondrían los planes de desarrollo y crecimiento, para no regalar ese rol a las grandes corporaciones.
para el 26 de agosto, que tendrá como eje la Productividad y el Desarrollo Social.
La idea del encuentro entre dirigentes sindicales y empresarios fue la de reunir a representantes patronales y de los trabajadores de los mismos sectores, para instalar la discusión sobre la necesidad de recuperar la producción y el empleo con la mayor incorporación posible de empresas y trabajadores. Algunos dirigentes participaron en forma presencial, otros se conectaron vía zoom, pero en conjunto hubo representaciones bisectoriales para un número no menor a una decena de actividades.
“La idea es reunir a cada gremio y su contraparte empresaria, para darle un marco de discusión e intercambio de opiniones para ver cómo se puede mejorar los resultados en cada industria y la situación de los trabajadores”, sostuvo Marcelo Fernández ante PáginaI12. “Primero será una discusión por sector, donde vamos a plantear la necesidad de mejorar la situación competitiva de las pymes en cada uno. Luego esto se volcará en un programa transversal para el crecimiento que presentaremos al gobierno nacional”, explicó el titular de Cgera. A estos debates previos,