“Hay que sospechar de Bolsonaro”
En plena campaña proselitista llegó a presagiar que en caso del retorno del “zurdaje” en Argentina, con el triunfo del entonces candidato Alberto Fernández (a quien nunca le estrechó la mano) miles de argentinos habrían de buscar refugio y libertad en Brasil.
Con igual planteo extremista el mes pasado sembró dudas sobre un supuesto “fraude” en las elecciones peruanas y lamentó el retorno del “comunismo” al cual imagina encarnado en el presidente electo, Pedro Castillo.
Lidia Patty Mullisaca denunció dos veces al gobernador de Santa Cruz de la Sierra, y líder de la ultraderecha boliviana, Luis Fernando Camacho.
La primera fue realizada el año pasado, por los delitos de “conspiración” y “desestabilización” debido a la participación de Camacho en la caída de Morales.
La segunda fue en marzo de este año, cuando la activista acusó al dirigente cruceño por realizar amenazas veladas de golpe contra
Mónica Valente, representante del Partido de los Trabajadores ante la mesa Ejecutiva del Foro de San Pablo, considera que el escándalo de las armas enviadas por Mauricio Macri a Bolivia pudo haber tenido su réplica en Brasil. "Es plausible pensar que en Brasil haya ocurrido algo similar a lo que pasó entre el gobierno de Argentina y el de la presidenta golpista, Jeanine Áñez. No sería extraño si finalmente se supiera que hubo alguna acción del gobierno de Bolsonaro dando apoyo político o apoyo material a los golpistas", señala la dirigente petista durante un diálogo con PáginaI12.
Valente deja en claro que hasta el momento faltan evidencias de ese presunto respaldo material a la caída de Evo Morales en noviembre de 2019. Y completa la idea señalando que las investigaciones en curso en Argentina y Bolivia podrán aportar elementos para develar lo sucedido en Brasil. Consultada sobre las declaraciones de Morales, al enmarcar al movimiento sedicioso en una suerte de Plan Cóndor del Siglo XXI, Valente responde,
“el expresidente con su experiencia y su capacidad de análisis puede estar en lo cierto al hablar de un nuevo Plan Cóndor, todo indica que existe una preocupación por parte del Imperio ante los hechos recientes en América Latina”.
En ese sentido menciona que el “estado profundo” o “deep state” norteamericano, formado por “las agencias de inteligencia, el capital” y otros factores de poder permanente no ven con buenos ojos que América Latina comience a revertir la supremacía neoliberal de los últimos años, como lo señala las victorias de Luis Arce en Bolivia, de Alberto Fernández en Argentina y Pedro Castillo en Perú. “Hay una preocupación desde el deep state norteamericano al ver la reacción de los pueblos frente a gobiernos neoliberales y autoritarios, que reprimen las protestas por los recortes de salarios, privatizaciones, como sucedió en Chile, Colombia e incluso en Brasil donde asistimos al crecimiento de la resistencia”. Valente recuerda la reciente reunión, en Brasilia, de Bolsonaro con el director de la CIA, William Burns, un episodio “insólito” que dejó “muchos interrogantes”. canciller, Ernesto Araújo, recibió y se fotografió junto a Camacho.
Patty reconoce que a veces se siente “un poco solita” en esta batalla para que “no haya impunidad” con los culpables de la asonada de 2019: lo cual incluye tanto a los responables bolivianos como a los que “apoyaron desde hace años desde afuera del país, hay que investigar los países que financiaron la desestabilización”.
La activista expresa su interés en poder llevar el caso al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, cuya directora es la expresidenta chilena Michelle Bachelet.
“Es importante que esto se sepa a nivel internacional, quisiera salir, sería lindo encontrarnos con la hermana Bachelet, contarle lo que ha pasado, contarle sobre las personas que han muerto”.
“También quisiera ir a hablar ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, quisiera exponer las cosas que han pasado, sería muy importante”, concluye la incansable Patty.