La reestructuración de la deuda bonaerense
La provincia de Buenos Aires cerró un acuerdo con sus principales acreedores externos. Reducirá en un 75 por ciento los pagos hasta 2024
El acuerdo en términos y condiciones que alcanzó la provincia de Buenos Aires con su principal acreedor privado y otro grupo de bonistas se leyó en el Gobierno Nacional como una señal positiva en el camino de las reestructuraciones de mayor envergadura. Pero bastante lejos de las especulaciones de mercados y consultores sobre que podría ser una señal que aceleraría los tiempos de concreción de un pacto con el FMI.
En el entorno del ministro de Economía, Martín Guzmán, consideran que la relevancia del pacto del gobierno de Axel Kicillof tiene que ver con la coincidencia en el enfoque nacional de deuda. Tener acuerdos que no dañen la política económica nacional ni de los distritos. Ése es el mensaje que Guzmán le dio, en su momento, a Rafael Brigo, coordinador de la Unidad de Reestructuración de Deudas Provinciales, el hombre encargado del seguimiento y contacto con los técnicos negociadores de deuda de cada provincia.
El ministro nacional suele explicar que las negociaciones de deuda de Nación y provincias “son dos cosas distintas”. Y hasta el propio vocero del FMI, Gerry Rice, lo ha explicado en la última conferencia de prensa, cuando manifestó que el organismo trata sólo con Estados nacionales.
El pacto que alcanzó Kicillof bajo la batuta de su ministro Pablo López, es sobre deuda bajo legislación extranjera por aproximadamente 7.800 millones de dólares, que la provincia lleva adelante desde abril de 2020. “Los nuevos términos implicarán una reducción de los servicios totales durante el período 2020–2024 de aproximadamente 4.450 millones de dólares (equivalente al 75 por ciento de los compromisos originales)”, señaló Buenos Aires en un comunicado. Se logró además que los plazos de repago se tripliquen, reduciendo a la par el costo total de la deuda: el cupón máximo que la provincia debía afrontar previo a la reestructuración se verá reducido cerca del 40 por ciento, mientras que el cupón promedio se reducirá a 5,6 por ciento.
Ahora bien, el caso de Buenos Aires es relevante por otras dos cuestiones. La primera, es el distrito más grande y marca la línea de acuerdos sustentables, que condicionan al resto de las provincias. Es que para la Nación es clave ese detalle, dado que así evita que las provincias cierren acuerdos inconvenientes que pongan a los gobernadores a requerirle dinero a la Nación.
El ejemplo más claro en el corto plazo fue el acuerdo de la provincia de Córdoba, que no tuvo un acortamiento de tasas y plazos tan relevante. En ese caso, sí la reestructuración sienta un precedente negativo hacia cualquier otra negociación en curso.
De verdes y cierres
Para Economía, el acuerdo con el FMI sigue en el mismo camino previsto hasta el momento. Trabajos técnicos para alcanzar un pacto cuando las condiciones generales estén dadas. Los más optimistas aclaran que, aún sin haber apuro, la pretensión es llegar a fines de este año con un diálogo consolidado con el organisnmo que comanda Kristalina Georgieva.
En paralelo a las negociaciones de deuda, Guzmán monitorea la marcha del tipo de cambio con algunas certezas mayores: la primera, que la coordinación de Hacienda y el Banco Central es más fluida que en 2020 y la estrategia es conjunta. La segunda, que las reservas tocaron por primera vez en mucho tiempo niveles importantes, lo que permite darle al gobierno metralla suficiente para manejar la cotización incluso ante turbulencias típicas de los procesos electorales.
Respecto al dólar blue, se observa la tendencia con una frase que usa el ministro que es darle la correcta medida a los movimientos de un mercado chico. A principios de año, con condiciones no muy diferentes a las actuales, la curva fue inversa.