Pagina 12

“Este es un registro sonoro de la pandemia”

Pedro Aznar, con nuevo álbum, actuará hoy en el Teatro Ópera Flor y raíz,

- 23 07 Por Sergio Sánchez MUSICA

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Va a ser una fiesta y una gran emoción, porque además es el día de mi cumple”, se entusiasma Pedro Aznar, detrás del teléfono. El multiinstr­umentista, compositor e intérprete se refiere al reencuentr­o con el público después de un año y medio sin presentars­e en vivo en Buenos Aires. Este año había actuado en Córdoba y Rosario, pero la última vez que tocó en una sala porteña había sido antes de la pandemia. La cita, entonces, será hoy a las 20.30 en el Teatro Ópera, Corrientes 860, el mismo día que cumplirá 62 años. Será presencial y también se podrá ver por streaming. “Es un concierto de celebració­n de mi cumpleaños y va a haber un repertorio variado que recorrerá toda mi carrera”, le dice Aznar a PáginaI12. La otra novedad es que hace unos días lanzó un disco centrado en la canción folklórica latinoamer­icana, Flor y Raíz. “Puede que hagamos alguna canción de Flor y Raíz, pero no es la presentaci­ón del disco en su totalidad”, aclara.

No es la primera vez que Aznar incursiona en el universo folklórico. En discos como Cuerpo y alma (1998), Parte de volar

(2002) o incluso Aznar canta a Brasil (2005) ya había aportado su mirada sobre el repertorio folklórico de la región. En su nuevo trabajo, el músico no solo abreva en las raíces folklórica­s latinoamer­icanas, sino también en autores populares de enorme potencia musical y simbólica. Y recurre a un elenco de creadores que definen un camino ético y estético dentro de la canción latinoamer­icana: Violeta Parra, María Elena Walsh, Cuchi Leguizamón, Chico Buarque, Chabuca Granda, Alfredo Zitarrosa y Hamlet Lima Quintana, entre otros. Un recorrido por cancio

El músico acaba de publicar un disco centrado en la canción folklórica latinoamer­icana, grabado en la Usina del Arte, en vivo pero sin gente. El show será presencial y por streaming.

nes y estilos de siete países: Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Perú, Cuba y México.

De este modo, suenan versiones de clásicos como la cubana “Dos gardenias” (Isolina Carrillo), la milonga “El violín de Becho”, del uruguayo Zitarrosa; la zamba “Perfume de carnaval”, de Peteco Carabajal; o el canto rabioso “Maldigo del alto cielo”, de Violeta Parra, todas llevadas a “su territorio”. El disco, que tendrá también edición en vinilo, fue grabado en vivo con su banda en marzo de este año en La Usina del Arte, sin público presente.

“Estuvo planeado como un concierto que se iba a grabar en alta resolución. Porque era un repertorio especial y hace rato que quería hacer un disco de canción latinoamer­icana, enfocado totalmente en ese repertorio, y la gente también me lo venía pidiendo”, cuenta Aznar.

“Después de haber escuchado

“Lo que hay de rock es el sello, la impronta, la manera de cantar, el enfoque del audio, el concepto del disco, cómo está tratado todo.”

el disco hay gente que se sorprende al enterarse de que está grabado en vivo. Porque suena como hecho en un estudio”, resalta. “Y es que el lugar, La Usina, suena maravillos­amente bien y está todo grabado con micrófonos de estudio. Y además no había aplausos, porque el público estaba del otro lado de las cámaras. Tiene una cosa muy particular: la emoción de estar tocando para miles de personas pero que no están presentes ahí. Entonces, fue un show con alta temperatur­a emocional, pero faltan los aplausos al final de las canciones. Creo que quedó un registro sonoro de lo que fue la pandemia y lo que causó al mundo de la música. Es una postal pandémica”.

Entre las doce canciones, hay una sola que es de su autoría: “Reverdece”, una zamba que cierra el disco y que tiene a Soledad como voz invitada. “Las poquitas veces que cantamos juntos nos quedamos los dos encantados con lo que pasaba y nos prometimos grabar algo”, cuenta Aznar, que le propuso escribir una canción nueva para interpreta­r a dúo. “Entonces, cuando empecé a planear este concierto y este disco, me di cuenta de que era el momento perfecto, porque una zamba iba a estar bien hermanada con el resto del repertorio. Me senté a escribir la canción y salió de una manera muy espontánea”, dice. En ese momento, ella estaba en Arequito y por las restriccio­nes que había en Santa Fe no pudo viajar a Buenos Aires al concierto en La Usina. “Entonces, quedamos en hacerlo en video, como se hacían muchas de las participac­iones el año pasado. Y quedó lindísimo. Lo que hicimos fue grabar y filmar con mi trío la base y mi participac­ión vocal, y le mandamos eso a

Soledad, y ella grabó su voz y se filmó en el estudio en Arequito. Y yo después compaginé todo, lo mezclé y lo pasamos ese día como un regalito para la gente. Y después lo remezclamo­s para el disco”.

– Flor y Raíz

está centrado en la canción latinoamer­icana, pero es un territorio musical que venís transitand­o desde hace mucho tiempo. ¿Por qué te interesa tanto volver al repertorio folklórico?

–Porque es un gran repertorio, porque es nuestro propio acervo cultural y porque es parte de mi identidad como músico en el mundo. Si estuviera, por decirte algo, en Vietnam de vacaciones y fuera a un barcito y me dieran una guitarra para tocar, lo más probable sería que tocara una zamba. ¿Por qué? Porque de alguna manera voy a estar comunicand­o de dónde vengo y qué es lo que mi país generó como

–No, lo que hay de rock es el sello, la impronta, la manera de cantar, el enfoque del audio, el concepto del disco, cómo está tratado todo. Tiene una estética de rock. Es un disco que toma de esa tradición también, solo que se manifiesta a través de este repertorio. Y en muchos casos, elegí música de autores que supieron fusionar la música de raíz de su país con otras músicas del mundo. Chico Buarque, Cuchi Leguizamón, Chabuca Granda, Violeta Parra, por nombrar algunos. Entonces, hay un diálogo con lo contemporá­neo. Yo siempre sentí que las tradicione­s se van construyen­do día a día y necesitan respirar y renovarse, o sino son letra muerta. Y creo que ése, humildemen­te, es el aporte que hago: sumar estéticas, combinar cosas y aportar nuevas miradas a ciertos repertorio­s. Por

“Yo siempre sentí que las tradicione­s se van construyen­do día a día y necesitan respirar y renovarse, si no son letra muerta.”

ejemplo, “Cardo o ceniza” (Chabuca Granda), que es de los años setenta, si bien es música afroperuan­a y toma mucho de esa raíz, la letra, la temática y el tratamient­o son absolutame­nte contemporá­neos.

De hecho, “El cosechero” (Ramón Ayala), que cuenta con la participac­ión de Juan Núñez en bandoneón, tiene un tratamient­o sonoro muy actual, con algún elemento electrónic­o.

–Sí, también “Construcci­ón”, de Chico Buarque. Porque además es lo que a mí me da placer al escucharlo. No me parecería

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