El reclamo urgente por la nueva ley de VIH
El proyecto aprobado en la Cámara de Diputados cambia el paradigma biomédico de la antigua Ley de Sida y da una respuesta integral a quienes conviven con el virus.
◢ Como cada vez que en el recinto se amplían derechos y se ensancha la democracia, los palcos de la Cámara baja desbordaron de gritos, emoción y banderas que flameaban cuando se conoció el resultado de la votación: 241 afirmativos y 8 negativos aportados por los bloques liberales, libertarios y de Juntos por el Cambio. Por otro lado, al conocerse el resultado, Natalia Zaracho, Carolina Gaillard y Monica Fein, entre otres diputades, se pusieron de pie y en agradecimiento aplaudieron a su vez a las organizaciones que tras años de lucha gestaron una ley capaz de cambiarle la vida a una población invisibilizada.
Al concluir la votación, la presidenta de la Comisión de Diversidad y Mujeres, Mónica Macha, explicó que “al cambiar el enfoque biomédico no solo se garantiza la medicación, sino que lo más importante es que se garantizarán otros aspectos que tienen que ver con la calidad de vida y la salud integral de las personas”. Además agregó: “Y no sólo eso, también resguarda a las personas que conviven con VIH de distintas instancias de discriminacion”, en clara referencia a uno de los ejes principales de esta nueva ley como la prohibición del test de VIH, hepatitis, TBC e ITS en los exámenes médicos preocupacionales.
Fue la primera vez que se logró apoyo conjunto e intersectorial tras casi nueve años de trabajo y cuatro proyectos presentados. Firmaron como coautores 61 diputades de los distintos bloques y además el proyecto contó con el apoyo del Poder Ejecutivo, a través de distintos organismos del estado como el Ministerio de Salud, el de Mujeres, Géneros y Diversidades, el Inadi y la Anses.
“En cuatro décadas de esta pandemia, hemos aprendido que el virus no solamente vive en la sangre, sino también en la sociedad. Que el virus ataca el organismo, al físico, pero también genera estigma y discriminación social, y eso ataca a todos los ámbitos de la vida de la persona”, reflexiona Matías Muñoz, abogado y presidente de la
Asociación Ciclo Positivo. Entre los puntos fundamentales de la ley de VIH se encuentra la creación de un nuevo régimen de seguridad social que incluye jubilación anticipada y pensiones no contributivas para quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad social. Pero ante todo, la gran apuesta de la nueva ley es la de desarticular el estigma encarnizado en prácticas violentas y cotidianas que perpetúan uno de los grandes flagelos del VIH como es la discriminación y la invisibilidad.
“No hay más tiempo, Senado ya”, se escuchaba en la calle. El festejo en los palcos se transformó en apasionada furia en la misma puerta del Congreso, la emoción convive con el dolor, así como banderas y pancartas convivieron con fotos de quienes ya no están.
“Nuestro activismo se basa en la muerte de quienes amamos, en la pérdida de derechos, en la invisibilización. Toda ley es una deuda histórica. ‘Militamos para que no falte nadie más’, le dije a una amiga. Y no pude parar de llorar. Hubo ocho votos en contra, ocho personas, ocho fuerzas políticas que nos prefieren muertxs. Y detrás de ellos mucha gente que los avala. No olvidamos”, concluyó el escritor, periodista y activista VIH+, Lucas “Fauno” Gutiérrez.
Como dijo alguna vez Steiner, “lo que no se nombra no existe”. Y en pleno 2022 existen diputados que rechazaron esta ley y es necesario nombrarlos. Cuatro de ellos corresponden a los “liberales” de Avanza Libertad, José Luis Espert y Carolina Píparo y el bloque de
La Libertad Avanza de Javier Milei y Victoria Villarruel. A estos se les sumaron los legisladores de Juntos por el Cambio, Ricardo López Murphy, Pablo Torello, Francisco Sánchez y Paula Omodeo.
Las excusas fueron el “aumento de gasto público” en relación a la creación del Observatorio Nacional sobre Estigma y Discriminación y la acusación de establecer “jubilaciones de privilegio” a pesar de estar cientificamente comprobado el proceso inflamatorio del organismo llamado “síndrome de inmunosenescencia”, que implica un envejecimiento prematuro y con mayores comorbilidades. A esto se le suman las décadas de discriminación sistemática en la que muy pocas personas con diagnóstico positivo llegan a cumplir los 20 años de aportes estipulados debido a las medidas expulsivas y estigmatizantes en los espacios laborales.
Algunos artículos en particular generaron mucha resistencia en ciertos sectores, por ejemplo el artículo 8 es uno de ellos, que prohíbe las pruebas de VIH en exámenes preocupacionales y otro fue el artículo 24, que propone la “Jubilación Especial de Carácter excepcional para las personas con VIH y/o hepatitis B y/o C”, lo que generó abstenciones en el caso del diputado de la Coalición Cívica Rubén Manzi en relación al artículo 8. Por su parte, Juntos por el Cambio votó de manera negativa en relación al 24. El giro hacia el Senado busca limar esas diferencias y finalmente obtener dictamen y sanción definitiva.