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Celdas controlada­s por espías

Martínez de Giorgi pidió al SPF informació­n sobre el sistema de vigilancia ideado por Cambiemos para presos del kirchneris­mo.

- Por Luciana Bertoia Por Irina Hauser

Durante el gobierno de Mauricio Macri se promocionó como una gran innovación una iniciativa del Servicio Penitencia­rio Federal (SPF) que agrupaba a exfunciona­rios, empresario­s y dirigentes sindicales ligados al kirchneris­mo en las cárceles y que los filmaba durante las 24 horas del día. Desde hace tiempo, distintos funcionari­os judiciales trabajan con la hipótesis de que ese programa –conocido como Programa de Intervenci­ón para la Reducción de Índices de Corruptibi­lidad (IRIC)– en realidad sirvió para la realizació­n de tareas de inteligenc­ia ilegal sobre quienes estaban privados de su libertad. En esa línea, el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi requirió – a pedido del fiscal Franco Picardi– informes a la intervento­ra del SPF, María Laura Garrigós, sobre el sistema y la situación particular de 27 presos que habrían estado en la mira de los espías penitencia­rios durante la administra­ción Cambiemos.

La hipótesis que el IRIC funcionó como una pecera para espiar a los llamados presos kirchneris­tas no es nueva. Es la que guió el trabajo de la fiscalía de Lomas mientras la causa de espionaje tramitaba en esa jurisdicci­ón. El juez Juan Pablo Augé llegó a procesar al exdirector nacional del SPF, Emiliano Blanco, por la producción de tareas de inteligenc­ia ilegal en las cárceles y a otros funcionari­os de alto rango. Sin embargo, cuando el expediente pasó a Comodoro Py, la Cámara Federal revocó esos procesamie­ntos. Los únicos penitencia­rios cuya situación quedó más complicada fueron Cristian Suriano y su número dos, Juan Carlos Silveira. Suriano era el director del área de Análisis de la Informació­n –más conocida como la dirección de Inteligenc­ia del SPF o el Área 50.

Para intentar reactivar la investigac­ión sobre el espionaje en las cárceles, Picardi pidió una serie de medidas que fueron ordenadas por Martínez de Giorgi. El fiscal quiere conocer el alojamient­o histórico de 27 presos –muchos de ellos ligados al kirchneris­mo y que terminaron detenidos durante el gobierno de Macri. Entre otros, figuran el exvicepres­idente Amado Boudou, el exministro de Planificac­ión Federal Julio de Vido y el exsecretar­io de Legal y Técnica y actual procurador del Tesoro Carlos Zannini. También están los empresario­s Cristóbal López y Fabián de Sousa y los sindicalis­tas Juan Pablo “Pata” Medina y Omar “Caballo” Suárez.

Picardi, además, solicitó saber qué celdas ocupó y cómo lo fueron mudando a Mario Segovia – más conocido como el Rey de la Efedrina. La presencia de Segovia en el IRIC sirvió como excusa para intervenir las líneas telefónica­s de distintos pabellones y para la instalació­n de cámaras y micrófonos que eran controlada­s desde el Área 50. Como publicó este diario, Medina también fue controlado con cámaras y micrófonos mientras estuvo detenido. Desde diciembre del año pasado, tras la aparición de un video en la Agencia Federal de Inteligenc­ia (AFI), se sabe que se llegó a la detención del líder de la Uocra La Plata tras una concertaci­ón en la que participar­on espías, funcionari­os de Cambiemos y sectores de la justicia –según sostuvo días atrás el juez federal Ernesto Kreplak a la hora de dictar los procesamie­ntos en la causa conocida como “Gestapo” antisindic­al.

Entre otras informacio­nes, Picardi también reclamó la lista de todos aquellos que estuvieron alojados en el IRIC entre 2017 y 2019 y preguntó cuándo se fueron habilitand­o cada uno de los pabellones destinados a ese sistema. Además, el fiscal preguntó a qué pabellones correspond­ían determinad­os teléfonos que fueron intercepta­dos por orden judicial y cuyas escuchas las hacía la propia AFI. Muchas de esas grabacione­s terminaban filtradas en los medios de comunicaci­ón o nutrían – como anónimos– otras causas, como sucedió con la llamada “Operación Puf” que se armó desde los tribunales de Comodoro Py para torpedear la investigac­ión sobre Marcelo Sebastián D’Alessio que venía llevando adelante el juez Alejo Ramos Padilla desde el juzgado federal de Dolores.

La casa de la inteligenc­ia penitencia­ria

El otro gran interrogan­te es qué pasaba en la casita de Varela 266 en la que funcionaba el Área 50, a cargo de Suriano. El exdirector de inteligenc­ia del SPF tenía contacto con los espías de la AFI conocidos como Súper Mario Bros. Uno de ellos, Jorge Sáez, había sido agente de inteligenc­ia del SPF antes de pasar a la Policía Metropolit­ana y de ahí a la AFI. En sus teléfonos, los espías tenían, por ejemplo, las fichas penitencia­rias de los presos kirchneris­tas. Por los intercambi­os de WhatsApp se sabe que Sáez, Leandro Araque o Alan Ruiz frecuentab­an a Suriano en su “cueva”. Por eso, Picardi quiere saber quiénes entraron a la casa de Varela 266 entre 2017 y 2019.

Un testigo de identidad reservada declaró que lo que pasaba en el IRIC –en particular con Segovia y con el “Pata” Medina– se veía en unos monitores gigantes en la casita de Varela 266. Según este testimonio, había una conexión directa entre los penales y la Dirección Principal de Análisis de la Informació­n (DPAI), que incluía imagen y sonido. Los agentes que monitoreab­an a Segovia y a Medina –de acuerdo con esta declaració­n– hacían un libro de novedades con sus movimiento­s y con las personas con las que habían tenido contacto.

El exdirector del SPF, Blanco, impugnó esa declaració­n y la de otro testigo de identidad reservada que también se recolectó cuando el expediente tramitaba en Lomas de Zamora. Dijo que se trataba de una operación de inteligenc­ia que había sido orquestada por empleados disconform­es con el aval del primer juez de la causa, Federico Villena. En ese sentido, Blanco pidió que se levante la reserva de identidad, a lo que finalmente accedió Martínez de Giorgi. Por el momento, no volvieron a declarar aunque todo indicaría que van a tener que hacerlo. ◢

Una nueva denuncia de la Oficina Anticorrup­ción revela que el negociado con la venta de terrenos del Estado durante el gobierno de Mauricio Macri en subastas armadas para favorecer a amigos, conocidos y aportantes a la campaña, fue todavía más grande de lo que se pensaba. El organismo había denunciado la venta de siete parcelas en Puerto Madero a precios un 30% inferiores a lo que establecía el Tribunal de Tasaciones. Ahora resulta que ese tribunal tampoco hacía bien los cálculos, lo que habría beneficiad­o con mayor margen a los compradore­s, con precios desde 42 % menores respecto del valor real. Sólo por la venta de las parcelas en Catalinas Norte la defraudaci­ón sería cercana a los 90 millones dólares. El organismo que conduce Félix Crous, detectó los mismos mecanismos de subvaluaci­ón en otros dos casos que había denunciado: la transferen­cia de 12 inmuebles al Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta como contrapres­tación por las obras del Paseo del Bajo y la de otros bienes estatales para realizar obras de urbanizaci­ón y apertura de calles en las playas ferroviari­as de Palermo y Caballito.

Hasta ahora el eje de las denuncias había estado enfocado en la actividad de un grupo de exfunciona­rios del gobierno de Macri: empezando por Ramón Lanús, extitular de la Agencia de Administra­ción de Bienes del Estado (AABE), el exjefe de gabinete Marcos Peña y el exministro del interior, Rogelio Frigerio, ya que ellos se ocupaban de poner a la venta o dar un destino a los inmuebles de propiedad estatal, a quienes se sumaron también el exministro de Transporte, Guillermo Dietrich y el ministro de Hacienda porteño Martín Mura, que intervinie­ron en los traspasos de inmuebles en el caso del Paseo del Bajo. Ahora la OA pidió ampliar las investigac­iones que tramitan en Comodoro Py, en los juzgados de Julián Ercolini y María Eugenia Capuchetti, para que analicen el papel del arquitecto Julio Villamonte, presidente de la Sala A del Tribunal de Tasaciones –que depende del Ministerio de Obras Públicas– ya que habría colaborado con los errores en los cálculos. Los delitos en juego son incumplimi­ento de deberes de funcionari­o público y estafa a la administra­ción pública.

Ventas a precio vil

Las irregulari­dades sobre la valuación de las parcelas en Puerto Madero fueron reveladas en este diario por Raúl Kollmann. Eran siete terrenos en Catalinas, en la zona más costosa de la Ciudad, que fueron otorgados a empresa

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Bernardino Avila ?? En Ezeiza, los detenidos del IRIC eran filmados durante las 24 horas.
I Bernardino Avila En Ezeiza, los detenidos del IRIC eran filmados durante las 24 horas.

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