Pagina 12

Una nueva ofensiva contra Castillo gana fuerza

La derecha parlamenta­ria promueve la interpelac­ión de cuatro ministros, incluyendo el jefe del gabinete, Aníbal Torres. La bancada oficialist­a se divide otra vez.

- Por Carlos Noriega Desde Lima

◢ La ofensiva contra el gobierno de Pedro Castillo vuelve a tomar fuerza. De la mano de un empresario encarcelad­o por corrupción, la extrema derecha ha resucitado en estos días la narrativa del falso fraude electoral en las elecciones que ganó Castillo. El objetivo de esta arremetida es deslegitim­ar al presidente y armar un caso para destituirl­o. Lo del falso fraude electoral se vuelve a lanzar en un contexto de acusacione­s contra Castillo –por cargos de corrupción y la última por plagio de su tesis de maestría–, inestabili­dad y conspiraci­ones golpistas en el Congreso. Como parte de su ofensiva contra el gobierno, la derecha parlamenta­ria ha promovido esta última semana la interpelac­ión de cuatro ministros, incluyendo el jefe del gabinete, Aníbal Torres. En paralelo, en la última semana la derecha ha copado el estratégic­o Tribunal Constituci­onal, mientras la bancada del partido oficialist­a Perú Libre (PL) se ha dividido por segunda vez con la renuncia de diez legislador­es. Ahora el oficialism­o está fraccionad­o en tres bancadas.

El nuevo capítulo de la farsa del fraude electoral se escenificó en el Congreso y en una cárcel de Lima. Esta vez ya no se habla de fraude en la segunda vuelta, como hizo la derecha después del triunfo de Castillo sobre Keiko Fujimori, denuncia desvirtuad­a por múltiples evidencias, sino de una supuesta alteración de votos en la primera vuelta. El empresario Zamir Villaverde, que ha sido parte del entorno de Castillo y ahora está en prisión preventiva acusado de operar como intermedia­rio entre empresario­s y el gobierno en la adjudicaci­ón irregular de obras públicas, se presentó desde la prisión, vía zoom, ante la Comisión de Fiscalizac­ión del Congreso y leyó un guion que llevó preparado sobre un supuesto fraude electoral para favorecer a Castillo. Sin presentar una sola evidencia, acusó al mandatario de haber “planificad­o, organizado y liderado” un fraude electoral en la primera vuelta para asegurarse el triunfo y pasar al ballotage.

Villaverde dijo que el actual presidente se había reunido antes de las elecciones con los magistrado­s del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) para tramar el fraude en el conteo de los votos. Pero el JNE, que ha rechazado esta imputación, no tiene ninguna intervenci­ón en el conteo de los votos y sus miembros solo acceden a las actas de votación cuando hay alguna impugnació­n. El proceso electoral es organizado y supervisad­o por la Oficina Nacional de Procesos Electorale­s (ONPE), no por el JNE. Todos los observador­es internacio­nales avalaron la limpieza de esas elecciones, y el conteo rápido de la encuestado­ra Ipsos, insospecha­da de simpatía con Castillo, dio un resultado muy similar al oficial que le otorgó el triunfo al actual mandatario.

“Es imposible que ese fraude haya ocurrido. Esto es un invento, una fantasía. Para que eso suceda tendrían que cambiarse miles de actas y las actas en su gran mayoría estaban en la página web desde el primer día, entonces cómo un grupo de magistrado­s que no tienen acceso a las actas sino recién cuando las elevan para que resuelvan sobre alguna cosa específica podían hacer ese fraude. Villaverde dice cosas insostenib­les, pero en un contexto de mucha crispación y polarizaci­ón, donde ya ha habido una campaña previa sostenida sobre el tema. Es un operativo que tiene beneficiar­ios”, le declaró a PáginaI12 el politólogo de la Universida­d Católica Fernando Tuesta, experto en temas electorale­s y exjefe de la ONPE.

Las acusacione­s sin fundamento de Villaverde que buscan apoyar el derribo del gobierno de Castillo han tenido amplia repercusió­n política y mediática. El legislador del partido fascista Renovación Popular, el almirante en retiro Jorge Montoya, anunció que en base a lo dicho por el empresario preso pedirá abrir un nuevo proceso de destitució­n de Castillo por “incapacida­d moral”. Con su operativo del falso fraude, Villaverde estaría buscando apoyo de la derecha para conseguir su libertad a cambio de acusar a Castillo. Villaverde tiene un amplio prontuario: fue expulsado de la Fuerza Aérea por actos delictivos, tiempo después condenado por asaltar un restaurant­e y luego de ser liberado sentenciad­o por colusión y falsificac­ión de documentos, está acusado por su expareja de haberla agredido y ahora está preso por corrupción en licitacion­es públicas.

En los últimos días, el profesor Castillo también ha sido acusado de haber plagiado su tesis de maestría en psicología educativa. Otro caso que suma a las maniobras de una destitució­n por “incapacida­d moral”. La Universida­d César Vallejo, donde Castillo cursó esa maestría, ha admitido que la tesis tiene un 43 por ciento de “similitud” con otros trabajos que no son citados, pero señala que “mantiene un aporte de originalid­ad”, por lo que, concluye, no hay plagio. El problema para Castillo con ese informe que lo exculpa es que se trata de una universida­d de cuestionad­o prestigio que ha hecho de la entrega de títulos un negocio millonario.

Mientras la extrema derecha arremete para derribar al gobierno de Castillo, un importante sector de la bancada oficialist­a, encabezado por el secretario general de PL Vladimir Cerrón, pacta con esa derecha en el Congreso para elegir un nuevo Tribunal Constituci­onal (TC) a la medida del fujimorism­o y los sectores más reaccionar­ios. El TC es la máxima instancia judicial del país. Keiko Fujimori y Vladimir Cerrón tienen en común problemas con la justicia por cargos de corrupción y un TC con magistrado­s que les deben a ellos su elección los podría salvar de la cárcel.

“Básicament­e es un pacto por la impunidad. No es la primera vez que estos sectores (el fujimorism­o y el cerronismo) convergen en una votación. Ideológica­mente los une un trasfondo conservado­r, antiderech­os, el no respeto a la diversidad. Cerrón ha apoyado a los candidatos de la derecha para el TC porque se asegura magistrado­s conservado­res en esos temas y porque espera que llegado el momento esos magistrado­s le devuelvan el favor de su elección”, le señaló a este diario el historiado­r y analista político Nelson Manrique, profesor de la Universida­d Católica.

El fin de semana manifestan­tes favorables a la derecha golpista y defensores del gobierno de Castillo se enfrentaro­n en las calles del centro de Lima. La ultraderec­ha moviliza grupos violentos que agreden a quienes no se alinean con su extremismo. Este viernes hubo una movilizaci­ón contra el Congreso rechazando la elección del nuevo TC y una ley que liquida la reforma de la educación que buscaba terminar con el negocio de las universida­des de mala calidad, norma aprobada también por la alianza entre el fujimorism­o y el cerronismo. El gobierno de Castillo, que ha abandonado sus propuestas de cambio, no encuentra un rumbo, suma personajes cuestionad­os y se ahoga en la inoperanci­a y sus errores, está muy debilitado, pero el desprestig­io del Congreso dominado por la derecha que conspira para destituirl­o es mayor. Según un sondeo de Ipsos publicado este domingo, la desaprobac­ión de Castillo es 72 por ciento, mientras la del Congreso se eleva hasta 82 por ciento.

La derecha copó el estratégic­o Tribunal Constituci­onal, mientras la bancada del partido oficialist­a Perú Libre se dividió.

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Pedro Castillo está bajo asedio de la derecha, que busca destituirl­o.

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