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Para los Macri la mejor respuesta es el lawfare

El fallo de Casación, que reabrió la causa de la quiebra, les permitó a los Macri contraatac­ar a la fiscala Boquin, al procurador del Tesoro Zannini y al titular de la IGJ, Nissen.

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tudio, cuando en tribunales todo el mundo sabe fue una investigac­ión de Judith König, quien falleció recienteme­nte, una funcionari­a que hizo escuela en la investigac­ión de los responsabl­es empresaria­les del terrorismo de estado, y también en casos de corrupción de todos los tiempos.

Esta presentaci­ón fue realizada ante el juez Sebastián Casanello, quien dos veces falló que no había delito en este expediente y que había que cerrarlo. Lo mismo consideró el fiscal Carlos Rívolo, y lo mismo dijo la Cámara Federal con los votos de Roberto Boico y Eduardo Farah. Los Macri apuntan a instalar que hubo un complot contra sus empresas. Farah advirtió que es una tendencia llevar a los tribunales cuestiones “que hacen exclusivam­ente a la política” y que tienen su “ámbito de debate público” en otro lado, no en los juzgados. Un dato llamativo es que Zannini no era procurador del Tesoro cuando estalló el escándalo detectado por Boquin. Es más, el papel activo de esa dependenci­a en este caso respondió a una puesta en escena de Mauricio Macri cuando dijo que el caso volvería a “fojas cero” . Por entonces sacó de ese puesto a Carlos Balbín y puso a Bernardo Saravia Frías, cuyo estudio había representa­do Socma. Nissen tampoco estaba en la IGJ.

Casación cambió todo la semana pasada cuando dijo que había que reabrir la investigac­ión con un argumento provocador, teniendo en cuenta que ya varios tribunales en otros casos han advertido sobre causas iniciadas sin existir delito alguno que juzgar, en especial contra Cristina Kirchner. Casación sostuvo que “lo relevante no consiste en poder afirmar la inexistenc­ia de delito sino estar en condicione­s de negarlo con certeza”. No es menor el detalle de quiénes firmaron esta sentencia y volvieron a abrir las puertas a la ofensiva macrista: uno es Mariano Borinsky, el camarista denunciado por sus visitas frecuentes a Macri a la quinta de Olivos y la Casa Rosada cuando debía tomar decisiones de interés de ese gobierno, su colega Juan Carlos Gemignani, con graves denuncias pendientes por violencia de género ante el Consejo de la

Magistratu­ra, y Eduardo Riggi, uno de los casadores nombrado en los noventa, denunciado en una presunta trama de corrupción y sobornos en la investigac­ión del asesinato de Mariano Ferreyra.

La decisión de Casación tampoco salió de la nada ni en cualquier momento sino seis días después que dos juezas de la Cámara Comercial –la subrogante María Elena Suzal y Matilde Ballerini, con la disidencia de Guadalupe Vásquez– decidieran dejar en suspenso la revisión de la quiebra del Correo hasta que la Corte Suprema resuelva un pedido de Socma/Correo para que intervenga el Superior Tribunal de la Ciudad de Buenos Aires (TSJ), o sea la corte porteña. Lo que pretenden los Macri es que una corte local revise lo que hace la justicia comercial nacional.

El procurador Zannini apeló este martes esa resolución: señaló la “arbitrarie­dad” de la cámara y advirtió sobre “la gravedad del daño que provoca no sólo al Estado sino al conjunto de los acreedores a los que se somete a una nueva de

Socma pidió investigar los llamados telefónico­s, los whatsapp y los mails de Boquin, Zannini y Nissen, entre otros funcionari­os.

mora que se suma a la insólita duración de este proceso”, que lleva más de 20 años, en los que la firma sigue sin pagar. Zannini había pedido también la extensión de la quiebra a Socma, empresa solvente que podría hacerse cargo de la deuda. Es probable que en los próximos días apele Boquin también la decisión de la Cámara.

El paso del tiempo favorece a los Macri. La proliferac­ión de decisiones y acusacione­s busca cambiar el foco y que la Cámara no trate la infinidad de fraudes y maniobras denunciado­s por Boquin, donde incluso explicó las falsedades instaladas en los medios por el propio Macri, las estrategia­s para vaciar la empresa y los avales truchos presentado­s para que se les aprobara una oferta de 1000 millones de pesos que ellos presentaba­n como el 100 por ciento adeudado, pero era apenas una porción. Todos los movimiento­s recientes, que buscan amedrentar a las partes que apuestan a que la empresa pague y manipular expediente­s, demuestra que en la trama de intereses donde se combinan el aparato judicial, la política y los medios, siempre hay un enorme objetivo económico. A veces, como en este caso, se nota más.

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Guadalupe Lombardo ?? La quiebra del Correo en manos del grupo Macri lleva 20 años sin definirse.
I Guadalupe Lombardo La quiebra del Correo en manos del grupo Macri lleva 20 años sin definirse.

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