La oposición quiso embarrar la fiesta
Macri respondió críticas de CFK por el endeudamiento. Larreta y Bullrich aprovecharon para hacer campaña. Los mensajes de Milei y Solano.
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El acto encabezado por Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo, donde marcó las consecuencias económicas y sociales del endeudamiento macrista y el fracaso de las recetas neoliberales, desató una catarata de críticas de dirigentes opositores. Desde Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich hasta Javier Mieli y el Partido Obrero. Todos cuestionaron el evento y las definiciones de la vicepresidenta.
El expresidente Macri fue uno de los principales apuntados en el discurso que brindó CFK. “Les dieron un préstamo inédito de 57.000 millones de dólares y ni así pudieron ganar las elecciones”, marcó. El fundador de Cambiemos que no pudo en revalidar en las urnas su reelección, tampoco pudo contenerse y cuando la vice aún hablaba ante la multitud salió a responderle a través de su cuenta oficial de Twitter. “¿Y ahora?”, arranca la respuesta de Macri en el que adjunta un posteo del economista Fernando Marull en el que se graficó el volumen de ingreso de divisas desde que asumió el Frente de Todos, comparado con el monto pagado al Fondo Monetario y la pérdida de reservas. “Cuando te digan que faltan dólares ‘por la deuda con el FMI’, solo mandale este gráfico, con un ‘Besis”, fue el texto del asesor financiero de los grandes grupos económicos y exfuncionario macrista en el Ministerio de Economía, que reprodujo el líder del PRO. Aunque Macri ni Maurrul hacen mención al extremo endeudamiento con el FMI, sus condicionamientos ni el destino del mismo.
Sumergida de lleno en la campaña, Horacio Rodríguez Larreta dirigió su crítica en tono proselitista. “El 25 de mayo es de todos los argentinos. Es triste ver cómo este gobierno intenta adueñarse y reinterpretar una fecha que no le pertenece”, lanzó el jefe de Gobierno, que más temprano estuvo en el Tedeum con Alberto Fernández. Y cerró en modo candidato: “Aunque nuestro día a día de angustia y miedo no es el que merecemos, tenemos esperanza porque somos nosotros quienes decidimos nuestro futuro. Hagamos el cambio de nuestras vidas”.
Para no perder pisada, Patricia Bullrich hizo lo suyo. “Lo que comenzaron hace 20 años termina así: con un país ruinoso, pobre, descapitalizado, inculto. Mejor que hablar es mirarles la cara a los argentinos, que lloran todos los días”, escribió en redes la exministra de Trabajo de la Alianza y de Seguridad de Macri. “Nosotros vamos a poner las cosas en su lugar, de una vez y para siempre”, completó.
“En 12 años, el kirchnerismo subió del 28 al 48 por ciento el gasto del sector público. De chiquito a elefantiásico, por eso hoy prenden los discursos anti Estado. Háganse cargo”, indicó el diputado radical Mario Negri. En tanto, el senador Martín Lousteau, tampoco quiso estar ausente: “La vicepresidenta sigue sin hacerse cargo de sus errores del pasado, ni del presente desastroso que le está dejando su gobierno a todos los argentinos”.
Los dardos
también
también llegaron desde la izquierda. “Cristina Kirchner expuso su debilidad en la Plaza de Mayo. La concurrencia que esperaba una definición en materia electoral se fue con las manos vacías. Su total falta de orientación de cómo seguir no debe sorprender, ya que ella es una de las principales responsables del fracaso de su gobierno”, expresó Gabriel Solano, precandidato presidencial del PO en el FIT.
Por último, el diputado de La
Libertad Avanza, Javier Milei, le respondió a la vicepresidenta que cuestionó la “falsa dolarización” y calificó al economista como “discípulo” del exministro menemista Domingo Cavallo. “Al final, CFK y Juntos por el Cambio, al momento de robarle a los argentinos de bien con el señoreaje son iguales... ¿Te das cuenta que son lo mismo? Hasta repiten las mismas mentiras”, afirmó con furia el economista. ◢
“Con lluvia y todo acá estamos”, repetían, hasta el hartazgo, el empapado conjunto de intendentes, sindicalistas, legisladores, dirigentes sociales y funcionarios nacionales y bonaerenses que había asistido a escuchar a Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo. Eran casi 300 invitados seleccionados especialmente por la vicepresidenta que, durante la hora que duró su discurso, se encolumnaron en el escenario detrás de CFK mientras, en frente, una multitud coreaba “Una más y no jodemos más”. Si bien más de un dirigente kirchnerista admitiría, por lo bajo, haberse quedado con sabor a poco, el mensaje, para la mayoría, había sido claro: candidata o no, CFK era hoy la líder indiscutida del desordenado panperonismo. Respaldada por todo el arco frentetodista –con mención especial a un primer anillo de poder compuesto por Wado de Pedro, Sergio Massa, Máximo Kirchner y Axel Kicillof– la expresidenta oficializó, así, que se había puesto en modo campaña.
Paraguas, capuchas, bolsas de plástico, trompetas, familias intentando acercar (o alejar) el cochecito del escenario, puestos de choripán que le hacían la guerra a una lluvia que, con el correr de la tarde, se iría haciendo cada vez más intensa: la Plaza de Mayo era un caos de liturgia peronista en el que las banderas de las agrupaciones políticas y sociales se entremezclaban con una amplia militancia inorgánica y silvestre. La fiesta patria por el 25 de mayo confluía con el 20 aniversario de la asunción de Néstor Kirchner a la presidencia y por todos lados pululaban pingüinos e imágenes de Néstor y Cristina Kirchner abrazados. “Yo creí en la política por primera vez con Néstor”, relataba la legisladora porteña, Victoria Montenegro, mientras intentaba acercarse a la carpa blanca al lado del escenario que agrupaba, desde las dos de la tarde, a toda la dirigencia que, una hora y media después, participaría del acto junto a CFK.
Los propios dirigentes no podían ocultar sus expectativas: si bien repetían en público que no creían que la vicepresidenta fuera anunciar la fórmula presidencial, predominaba un runrún de especulaciones en torno a si bendeciría a alguno de los nombres que ya se habían puesto en campaña. “Vamos a ver si por fin dan un indicio de cuál va a ser la fórmula, querido”, deslizó la madre de Plaza de Mayo, Taty Almeida, entre las risas de les militantes de Derechos Humanos que la acompañaban a la carpa.
Durante toda la previa del acto, el nombre que más se repetía era el del ministro de Interior, Eduardo “Wado” de Pedro. “Para nosotros, sería un orgullo que Wado sea el candidato porque es una