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Un servicio puerta a puerta para genocidas

El Ministerio de Defensa, en un gesto inédito, se reunió con condenados por lesa humanidad. Bullrich dice que existen abusos en las causas y que hay personas que “no pueden seguir presas”.

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soplaban nuevos vientos en la relación entre las Fuerzas Armadas y el poder político. En el texto, se apuntaba a decisiones de Madero sobre el acceso restringid­o a los archivos de los militares.

Desde el Ministerio ya le dijeron a representa­ntes de la Asociación de Trabajador­es del Estado (ATE) que habrá recortes en la tarea que hacen los equipos de relevamien­to y análisis –que se crearon en 2010 durante la gestión de Nilda Garré. La versión del gobierno es que en la actualidad hay menos juicios o que las propias fuerzas pueden responder a los requerimie­ntos que hacen las fiscalías, los juzgados y los tribunales.

Los principale­s interesado­s en que sus archivos no lleguen a los estrados judiciales son los imputados. En una de sus indagatori­as, Horacio Luis Ferrari, el represor de la ESMA que está actualment­e en juicio, acusó a los investigad­ores del Ministerio de Defensa de ser soplones.

“Advertimos la necesidad de mantener los equipos que aportan la producción de la prueba informativ­a –desde Defensa o desde el Archivo Nacional de la Memoria. Son personas que se han especializ­ado en los últimos años y que seguimos necesitand­o para interpreta­r casos nuevos. Su falta puede tener una incidencia en el retraso de las investigac­iones”, señala la fiscal Ángeles Ramos, titular de la PCCH.

A pesar de los vaivenes, las investigac­iones avanzaron en las últimas dos décadas. Este domingo, se recordarán en las calles no solo los 48 años del golpe genocida sino también los 20 años desde que Néstor Kirchner bajó los cuadros de Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone del Colegio Militar y dio el primer paso para convertir la ESMA en un espacio de memoria. Fue un quiebre en la historia. Los que entonces se opusieron hoy son parte o apoyan al gobierno.

Reivindica­ciones

Después de que su delfín Petri dijera que las Fuerzas Armadas fueron demonizada­s por su accionar en los ‘70, Bullrich declaró que existe una política de “venganza” contra algunos de sus

exintegran­tes. “Hay detenidos que estaban parados en la puerta de una comisaría o en un destacamen­to de Gendarmerí­a sin ningún tipo de acción, y los tienen hace quince años sin causa. Eso en un Estado de derecho no puede pasar. Esas personas no pueden seguir presas”, demandó

La ministra posiblemen­te haya querido decir que hay detenidos sin condena firme. Eso se debe a las demoras de la propia Corte a la

hora de confirmar las sentencias. No es cierto como dijo Bullrich que se haya “sacado” el beneficio de acceder a los 70 años al arresto domiciliar­io, sino que el máximo tribunal sostiene que no es automático. Más del 76 por ciento de los represores están en sus casas.

“Bullrich, en su reversión ideológica infinita, está perdiendo la memoria, porque segurament­e ella sabía muy bien que en un centro clandestin­o había distintas funciones –una de ellas, custodiar la puerta de una comisaría. Como explicaba el almirante Emilio Massera, todos debían ‘poner las manos en el plato’ para que luego funcionara el pacto de impunidad y nadie pudiese hablar”, responde la diputada del FIT-U Myriam Bregman.

“Es evidente que llegó la hora de cumplir con las promesas que les hicieron a los genocidas en campaña –apunta la abogada

Guadalupe Godoy–. Probableme­nte se encontraro­n con que no es tan sencillo: los tratados internacio­nales, las leyes internas y la construcci­ón jurisprude­ncial les obstaculiz­an el camino. No es en vano todo lo que construimo­s”.

Ni olvido ni perdón

Otra de las versiones que corrió fue la de un indulto. Milei lo negó. Villarruel dijo no estar al tanto de una discusión por el estilo en el gobierno que integra.

“Un beneficio generaliza­do en favor de presos por graves violacione­s a los derechos humanos está vedado jurídicame­nte”, explica Alejandro Slokar, juez de la Cámara Federal de Casación Penal. “Los crímenes cometidos durante la última dictadura cívicomili­tar no son pasibles de indultos, amnistías, conmutació­n o cualquier otra forma de morigeraci­ón de las sanciones, por exigencia de proporcion­alidad derivada de la categoría ‘penas adecuadas’. En el plano interno la

“Más allá del retroceso que quieran hacer en lo discursivo, lo cierto es que en este país no hay impunidad”. Pietragall­a Corti

prohibició­n deriva expresamen­te de la ley vigente y de la jurisprude­ncia de la Corte Suprema desde 2007. Por imperativo internacio­nal hay que atender la inédita condena por desacato a Perú de diciembre pasado, adoptada por unanimidad por la Corte Interameri­cana en el caso de Alberto Fujimori. La única forma de favorecer a los represores es violando el derecho. Y deshonrand­o a las víctimas”.

Lo que es seguro es que la administra­ción de La Libertad Avanza (LLA) buscará durante el 48º aniversari­o dar una “batalla cultural” que intente justificar el accionar criminal de las fuerzas y descalific­ar a los organismos de derechos humanos. Ya trascendió que lo hará a través de un spot.

“Más allá del retroceso que quieran hacer en lo discursivo, lo cierto es que en este país no hay impunidad. Los tres poderes del Estado ya se manifestar­on sobre el genocidio que se llevó adelante. Esto blinda el proceso de justicia ante cualquier tipo de avanzada y pone en riesgo al Presidente de ser sometido a un juicio político”, advierte el exsecretar­io de Derechos Humanos Horacio Pietragall­a Corti.

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I Leandro Teysseire A 48 años del golpe, el Gobierno tensiona e impugna el proceso de justicia.

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