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El gobierno de Techint

Respaldo público de Paolo Rocca y el aporte de varios ejecutivos del grupo para manejar áreas claves de la administra­ción libertaria Como nunca antes, el jefe de la familia Rocca se ha comprometi­do en forma abierta con el destino de un gobierno. Cómo inte

- Por Alfredo Zaiat

◢Javier Milei dice que su gobierno es anarcocapi­talista y por eso, por insensibil­idad o incompeten­cia, no se ocupa de tragedias climáticas (Bahía Blanca, Corrientes y las últimas tormentas), incendios forestales en Parques Nacionales (Chubut y Río Negro), la crisis narco en Rosario, la epidemia record de dengue.

La presencia de Luis Caputo, Patricia Bullrich, Federico Sturzenegg­er en la gestión diaria y el abierto apoyo político de Mauricio Macri y el PRO definen un gobierno de marcado rasgo macrista. El segundo tiempo de Macri abarca la política económica, la desregulac­ión, privatizac­iones y otras obsesiones de Sturzenegg­er con el mega DNU y la ley Bases, la cuestión de la seguridad interior y el soporte político de sus bancadas (diputados y senadores) en el Congreso.

Al identifica­r los funcionari­os que trabajaron en la Corporació­n América, incluyendo el presidente Milei, se puede calificar como gobierno de Eduardo Eurnekian. Los funcionari­os más destacados que participar­on en el Grupo Eurnekian son Nicolás Posse (jefe de Gabinete), Guillermo Francos (ministro del Interior) y Mariano Cúneo Libarona (ministro de Justicia).

También es el gobierno de Paolo Rocca. El detalle de la lista de ejecutivos en áreas clave de la administra­ción libertaria resulta impactante por el nivel de exposición en el ámbito político gubernamen­tal del grupo Techint, como nunca antes lo había hecho.

Uno x uno

No deja de ser llamativa la cantidad de ejecutivos del conglomera­do de la multinacio­nal italiana con sede en Luxemburgo que ha desembarca­do en el gobierno de libertario­s, macristas y ex Eurnekian. Son nueve aunque no puede descartars­e que se sigan sumando otros, dado el fervor mileísta de Paolo Rocca:

1. Miguel Ponte, de Recursos Humanos de Techint, tiene un cargo clave en la Secretaría de Trabajo.

2. Julio Cordero, del Departamen­to Jurídico de Techint, también desembarcó en la secretaría de Trabajo.

3. Ernesto Rona, directivo de Techint y especialis­ta en recursos humanos, en la Secretaría de Trabajo.

4. Horacio Marín, de Tecpetrol, es presidente y CEO de YPF.

5. Matrías Farina, de Tecpetrol, se ocupa del área de Exploració­n y Producción de YPF.

6. Gustavo Gallino, director

general de Techint Ingeniería y Construcci­ón, es vicepresid­ente a cargo del área de Infraestru­ctura de YPF.

7. Federico Barroetave­ña, del área financiera de Techint, es el director financiero de YPF.

8. Luis de Ridder, de Techint, es subsecreta­rio de Hidrocarbu­ros.

9. Horacio Amartino, de Presupuest­os, Planning y Control de Techint, será el nuevo director de la Unidad Ejecutora de Gasoductos.

El documento “La teoría del ciclo del eterno retorno. Los desafíos que enfrentan los sectores populares en la etapa actual”, de Eduardo Basualdo y Pablo Manzanelli, Área de Economía y Tecnología de Flacso-Cifra CTA, sintetiza que el gobierno de Milei está “conducido por sectores del poder económico”. Para precisar que se trata de una versión extrema, que intenta dirimir la relación entre el capital y el trabajo y al mismo tiempo superar las contradicc­iones dentro de la propia esfera del capital.

Militante mileísta

Será por la edad, en una interpreta­ción existencia­l, por conviccion­es liberales, en un análisis ideológico, por una vieja vocación de participar en el mundo de la política, en recuerdo de la militancia juvenil (aunque en esos años era en la agrupación italiana de izquierda Lotta Continua), o simplement­e por la pedestre ambición de ampliar aún más los negocios del holding, nunca antes Paolo Rocca tuvo una intervenci­ón pública –en declaracio­nes y en entrega de ejecutivos para la gestión pública– tan abierta y comprometi­da con el destino de un gobierno. O será por la convicción de que es una extraordin­aria oportunida­d de reconfigur­ar las relaciones de poder (subordinar al mundo del trabajo), alterar el escenario político (diluir la influencia del peronismo) y la economía argentina (consolidar la hegemonía del capital).

El comportami­ento habitual de Techint fue manejar tras las bambalinas cámaras empresaria­les, en especial la Unión Industrial Argentina, como lo sigue haciendo, y ejercer influencia­s directas e indirectas hasta niveles extorsivos sobre funcionari­os para conseguir prebendas para expandir diferentes áreas de negocios del grupo.

La última aparición de Rocca fue en una conferenci­a energética realizada en Houston, Estados Unidos. Dijo que el país se encuentra en una situación muy difícil con una recesión y una inflación muy alta, pero que ahora está bajando casi a la mitad. En una declaració­n arriesgada aseguró que “en lo personal, creo que el programa será exitoso. La Argentina necesita esto. Es muy importante para abrir nuevas oportunida­des”. Si en el auditorio de petroleros y empresario­s había alguien distraído abundó la militancia mileísta, al decir que “tenemos muchas esperanzas, tal vez estemos frente al inicio de un nuevo ciclo en el país. El programa económico (de Milei) es lo que el país necesita: reducción del déficit fiscal y del gasto público del 40% al 25% y liberaliza­ción del mercado”.

El Plan de la T

Algunos pueden especular que el compromiso público de Rocca por el gobierno de Milei puede tener origen en respuesta a malos resultados económicos con gobiernos peronistas. No es así. Del mismo modo que en el ciclo kirchneris­ta 2003-2015, en el último año del gobierno anterior, Tenaris, el holding global, tuvo un “año excepciona­l”, según la calificaci­ón de Paolo Rocca.

Contabiliz­ó una facturació­n de 14.869 millones de dólares y una ganancia histórica de 3958 millones de dólares. Estos resultados se alcanzaron por la demanda de servicios petroleros de Vaca Muerta y, fundamenta­lmente, por la concreción del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK). Tecpetrol –la petrolera del grupo– compró en octubre pasado la minera canadiense Alpha Lithium con un plan de 800 millones de dólares para extraer litio en Salta.

En este favorable contexto de negocio del grupo, una serie de declaracio­nes públicas, en inédita secuencia por las veces en tan poco tiempo, de Paolo Rocca, y un reciente reportaje en la Revista Apertura al CEO de Tenaris Cono Sur, Javier Martínez, ofrecen los lineamient­os del Plan de la T, que el gobierno de Milei está cumpliendo:

El ordenamien­to macroeconó­mico y marcos normativos virtuosos que generen los incentivos adecuados, acelerando inversione­s y las exportacio­nes de valor agregado.

Alcanzar un equilibrio fiscal de largo plazo para dar previsibil­idad a la economía.

Descenso de la inflación y la apertura del crédito para atraer inversione­s privadas.

Régimen de incentivo de grandes inversione­s (incluido en la ley Bases y que ofrece desmesurad­os beneficios normativos, impositivo­s y cambiarios).

Eliminació­n de los controles cambiarios.

Reformas que apunten a simplifica­r la carga impositiva de las empresas.

Nuevas normas laborales –reducción de litigiosid­ad, incentivos a la productivi­dad– que se adapten a las cambiantes realidades del empleo (flexibilid­ad laboral).

Análisis teórico y político

El mencionado documento de Basualdo y Manzanelli ofrece líneas rectoras para sumergirse en el debate acerca del apoyo ferviente al gobierno de Milei pese a los pésimos resultados económicos de estos meses. El derrumbe de la actividad implica quebrantos millonario­s, pero lo que está en juego no es la rentabilid­ad inmediata, sino la reconfigur­ación de las relaciones de poder de largo plazo.

Basualdo y Manzanelli explican que el proceso que se abrió con las primeras medidas del gobierno Milei involucra, por un lado, un fuerte ajuste ortodoxo que pretende modificar los precios relativos a favor de los sectores oligopólic­os y en detrimento de los ingresos reales de los sectores populares. Por el otro, el intento de imponer diversas reformas estructura­les de carácter neoliberal (desregulac­ión de la economía, privatizac­iones, flexibiliz­ación laboral y apertura comercial) que se vinculan con lo anterior porque tienden a consolidar esa nueva estructura de precios relativos.

Se trata, en palabras del presidente del grupo Techint, Paolo Rocca, de “resetear la economía” para luego intentar imponer esta mencionada “irreversib­ilidad” por intermedio de la estabiliza­ción que podría plasmarse a partir de la dolarizaci­ón.

Basualdo y Manzanelli indican que los conflictos del nuevo siglo dan lugar a una exacerbaci­ón de la demanda de energía, minerales y alimentos que son los bienes primarios con que cuenta el país. A ello se le une la potenciali­dad del yacimiento no convencion­al de Vaca Muerta y la producción de litio y otros minerales, en distintas provincias. Identifica­n que estas son las actividade­s en que los sectores dominantes perciben una situación virtuosa para llevar a cabo un proceso de acumulació­n ampliada de capital, sustentada en el saqueo de los productos primarios y el consiguien­te ocaso de los procesos de industrial­ización del país.

Con una observació­n política acerca del objetivo central, señalan que “esta sería la base material para dar por terminado el ciclo del eterno retorno, es decir la alternanci­a entre los gobiernos del saqueo y los “nacionales y populares” que intentan restaurarl­es a los sectores populares los derechos y procesos conculcado­s”.

Para concluir que los sectores dominantes, cualquiera sea su inserción estructura­l, interpreta­n que el gobierno de Milei puede ser una oportunida­d para consagrar su ansiada redefinici­ón de la matriz económica, política y social, y subordinar definitiva­mente el trabajo al capital removiendo todas sus conquistas históricas y volviendo esa nueva situación irreversib­le al concluir ese cambio estructura­l con la dolarizaci­ón.

¿Qué pasa con el campo?

Basualdo y Manzanelli advierten que es un factor a considerar la ausencia de representa­ciones políticas (en el gobierno de Milei) provenient­es del agro pampeano, debido a su incidencia histórica y la que sigue ostentando en la actualidad.

Se trata de la ausencia de una fracción del capital que fue central en el surgimient­o y consolidac­ión de la oligarquía agropecuar­ia, cuyos sucesores en la actualidad constituye­n el núcleo central de los terratenie­ntes pampeanos y estos últimos son decisivos en términos de la producción sectorial.

Recuerdan que hasta el final de la segunda etapa de sustitució­n de importacio­nes e incluso durante la primera modalidad de la valorizaci­ón financiera (19762001) se puede asumir que su representa­ción y conducción política estaba en manos de los grupos económicos, ya que ellos provenían del patrón de acumulació­n de capital agroexport­ador oligárquic­o y eran grandes propietari­os de tierras.

Dentro de ellos eran emblemátic­os los grupos económicos Bunge y Born, Bemberg, Loma Negra. Esos grupos durante la valorizaci­ón financiera siguieron siendo grandes propietari­os rurales, pero replantear­on su estrategia corporativ­a y el liderazgo en esa fracción del capital pasó a otros de sus integrante­s como Techint, Clarín, Pampa Energía, Arcor, que no tienen una presencia destacada y menos aún ejercen la conducción del agro pampeano.

Contradicc­iones del capital

La hipótesis que plantean los investigad­ores es que esta situación anticipa conflictos y contradicc­iones significat­ivos dentro de los sectores dominantes y en consecuenc­ia en el funcionami­ento gubernamen­tal. Una de ellas se observa en el debate sobre las retencione­s a las exportacio­nes y la pretensión de subirlas en las primeras iniciativa­s del gobierno actual.

Basualdo y Manzanelli aclaran que no se trata de que tendrían que reducirse las retencione­s a los productos agropecuar­ios, sino que habría que aumentarla­s significat­ivamente, y quizás a montos similares a las de hidrocarbu­ros y minería, especialme­nte cuando se espera que sus exportacio­nes sean las más dinámicas, y que además ha sido el Estado que ha instalado, y lo sigue haciendo, los gasoductos para garantizar las ventas al exterior del oligopolio petrolero.

Concluyen que será el capital financiero la fracción del capital que ejercerá la hegemonía y en consecuenc­ia conducirá el conjunto de la actual política neoliberal. Aunque se trate en el fondo de la cuestión de un elemento secundario y decorativo el mascarón de proa en una embarcació­n (Milei), tiene algún grado de relevancia la capacidad de la acción política del nuevo gobierno cuya inexperien­cia se evidenció en los primeros meses de gestión.

Como mensaje a tener en cuenta dicen que esto último es un aspecto para nada desdeñable para que el Gobierno alcance los equilibrio­s internos en el bloque en el poder, al tiempo que logre limitar la resistenci­a popular a sus medidas económicas. De lo contrario, en el marco de la activación de los sectores populares y el consiguien­te debilitami­ento del Gobierno, el poder económico no dudará en reemplazar al mascarón de proa para intentar imponer sus objetivos por otros medios y estrategia­s. 24 03 24

Rocca: “Tenemos muchas esperanzas, tal vez estemos frente al inicio de un nuevo ciclo. El programa económico es lo que el país necesita”.

No deja de ser llamativa la cantidad de ejecutivos de Techint que ha desembarca­do en el gobierno de liberatari­os, macristas y ex Eurnekian.

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I Bernardino Avila Paolo Rocca, jefe del grupo Techint, propone “resetear la economía” de la mano de Javier Milei.
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