Suspensiones en Acindar y grave crisis sectorial
Cae la producción siderúrgica y metalúrgica. Se profundiza la recesión con perspectivas poco alentadoras. Pérdidas salariales por paritarias “pisadas” por las grandes empresas
más que espalda (a los empresarios) para sostener los salarios”, explican acostumbrados a que las pérdidas se socialicen pero no las ganancias.
González analiza: “La producción de Acindar cayó fuerte por el recorte en la obra pública y la depresión del mercado interno, y además tampoco es posible suplantar la demanda local vía exportaciones dada la penetración de productos chinos en el mercado mundial de acero, inclusive en naciones limítrofes. Esta crisis podría favorecer al Grupo Techint para quedarse con Acindar y pasar a controlar prácticamente toda la producción metalúrgica del país”.
La Cámara Industrial del Departamento Constitución (Cidecom) manifestó preocupación sobre la producción de la empresa y advirtió que “la incertidumbre es total a futuro”. Según información recopilada, sus ventas cayeron entre 35 y 40 por ciento en diciembre y enero de este año.
A su vez, los datos de la Cámara Argentina del Acero (CAA) publicados este viernes mostraron que la producción siderúrgica profundizó su caída en febrero como consecuencia de la recesión interna. “Con la excepción del sector energético que continúa traccionando, tanto construcción como la línea blanca y los envases mantienen la caída, mientras que el sector de maquinaria agrícola aún no repunta pese a las buenas perspectivas para la cosecha gruesa”, detallaron.
El sector siderúrgico fabricó un 21 por ciento menos que en enero y 9,7 por ciento por detrás de igual mes en 2023 (la caída fue 2 puntos mayor que en enero). La merma en la elaboración de laminados –que depende de Acindar– fue más pronunciada: 38,6 por ciento contra enero y 45,5 por ciento interanual. Mientras que la producción de acero crudo –donde sobresale Ternium del Grupo Techint– tuvo una caída del 20,6 por ciento en febrero contra enero y del 9,7 por ciento interanual. “En ese marco de fuerte caída de la actividad y reseteo general de la economía, el reciente paro de 6 días llevado a cabo por la UOM, que incluyó un paro de
72 horas esta semana, resulta inoportuno y desmedido, dado que no registra antecedentes en la industria”, escribó la CAA en un informe mensual.
Pisan la paritaria siderúrgica
Las tensiones crecen en el sector. El martes, miércoles y jueves de esta semana la UOM impulsó una huelga, con suspensión de actividades y movilización, en distintas localidades del cordón siderúrgico del país. El miércoles y jueves de la semana anterior también pararon, al igual que el miércoles de la semana previa.
Mientras el acuerdo de suspensiones con representantes de Acindar se alcanzó para la “rama 17” que es la metalúrgica, la negociación en la “rama 21” de la siderurgia está estancada desde noviembre de 2023 ya que la patronal ofrece un aumento por debajo de la inflación: 62,4 por ciento acumulado entre diciembre y febrero, contra 75,6 por ciento de variación en los precios según Indec. Quieren una paritaria a medida.
“Es de público conocimiento la posición dominante del Grupo
Techint en el mercado de metales básicos, que representa un insumo difundido para muchísimas cadenas de valor y sectores de la actividad productiva”, reconoció Abel Furlán, secretario general de la UOM Nacional, en una movilización realizada este jueves en la localidad de Campana. “El precio de la chapa y los productos derivados del acero determinan el precio de los vehículos, de la construcción,
de la maquinaria agrícola, de los electrodomésticos, de las motos y otros. Sólo en el mes de diciembre aumentó la chapa en un 137,2 por ciento, para dar un ejemplo”, continuó.
“Tampoco escapa a nadie las posiciones políticas que viene sosteniendo Techint en los últimos años. Hoy el Grupo Ternium es parte activa del gobierno nacional, habiendo colocado altos empleados de sus empresas en organismos públicos, como YPF y en la actual Secretaria de Trabajo”, remató Furlán.
Situación crítica de la industria
La Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe), que representa al amplio entramado empresarial del segundo PBI industrial de la Argentina, emitió un comunicado el 20 de marzo donde describe una situación crítica para las “más de seis mil pequeñas, medianas y grandes empresas que emplean de forma directa a 140.000 trabajadores y de forma indirecta a cerca de 350.000, dando vida a las ciudades y pueblos del interior”.
Allí se lee que, “a la fecha, más del 71 por ciento de las empresas industriales han reportado disminuciones en sus ventas, ajustes en sus niveles de producción y dificultades para mantener sus plantillas de personal. La caída es generalizada, el 77 por ciento de las ramas fabriles presentó en enero un menor nivel de actividad que el año pasado, en algunos sectores superando los 55 puntos porcentuales de caída”.
“Durante el año 2023 la producción industrial santafesina sufrió una fuerte caída, del 9,2 por ciento (debido a) la extensa y profunda sequía que afectó a toda la cadena de valor agroindustrial, el proceso inflacionario, y las restricciones a la importación de insumos que derivaron en un alto endeudamiento comercial con el exterior”, afirma la Fifse.
En lo que va de 2024 el escenario empeoró y preocupa la incertidumbre a mediano plazo. “El incremento del ritmo inflacionario impactó sobre las estructuras de costos, además de reducir el poder adquisitivo de los ingresos, provocando una pronunciada caída de la demanda interna. A este crítico escenario se suman los incrementos en el costo de la energía y el anuncio de apertura de importaciones para los productos de la canasta básica”, relataron.