Pagina 12

Otra institució­n que corre riesgo de cerrar

La preservaci­ón de su colección, reconocida por la Unesco como patrimonio cultural, se ve amenazada por los ajustes del Gobierno en materia de cultura y por los tarifazos.

- Por Paula Sabatés

◢La cultura de izquierdas está siendo atacada, en sentido figurado pero también literalmen­te. A los agravios y descalific­aciones constantes del Presidente a los “zurdos de mierda” se suma la asfixia presupuest­aria que está sufriendo el Centro de Documentac­ión de la Cultura de izquierdas (Cedinci), que desde 1998 reúne la producción que generan las izquierdas y los movimiento­s sociales en forma física y digital. La preservaci­ón de su colección –de escala latinoamer­icana y reconocida por la Unesco como patrimonio cultural– se ve amenazada por los ajustes del Gobierno en materia de cultura y por los tarifazos, que en el caso de la sede donde funciona la institució­n hasta cuadruplic­aron las facturas de servicios básicos. Hoy está en riesgo su continuida­d y sus trabajador­es piden ayuda a la comunidad.

El Cedinci fue fundado por un grupo de historiado­res como asociación civil sin fines de lucro con el objetivo de reunir documentos que raramente conservara­n la Biblioteca Nacional, la del Congreso o el Archivo General de la Nación: periódicos, revistas, boletines y gacetas, a veces efímeros, a veces clandestin­os, de escritorxs, intelectua­les y militantes de pensamient­o de izquierda. Con un recibimien­to muy positivo y donaciones sostenidas que robustecie­ron la colección y la llenaron de tesoros de alto valor histórico, veintiséis años después el centro cuenta con 160 mil libros, once mil coleccione­s de periódicos, cuarenta mil volantes y más de cuatro mil afiches. Y ya no tiene objetivos únicamente documental­es sino que en la actualidad también congrega a investigad­ores, edita una revista anual, recibe pasantes de investigac­ión del exterior y realiza jornadas y congresos.

Hasta hace tres meses, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación le otorgaba al CeDinci un –módico– subsidio trimestral que le permitía pagar parte de su factura de electricid­ad. Con el cierre de la cartera se fue también esa ayuda, primera señal de alarma para la institució­n con sede en Rodríguez Peña 356. Con 2024 en curso se sumaron dos problemas: la boleta de luz pasó de 70 mil pesos en febrero a 280 mil en marzo y el personal se vio reducido a la mitad, también por ajuste estatal. Y es que desde 2010 el centro suscribe un convenio con la Universida­d Nacional de San Martín gracias al cual la casa de estudios sostiene al equipo de trabajo. Lxs trabajador­xs que estaban en planta permanente continúan, pero de los cinco contratado­s no quedó ni uno. Hoy no hay, por ejemplo, nadie que trabaje en el área de digitaliza­ciones, pese a que la demanda en ese terreno es enorme.

“La situación actual es de una gravedad enorme, no sólo para el Cedinci, cuya continuida­d está en riesgo, sino para todas las institucio­nes de ciencia, cultura y educación”, afirma Horacio Tarcus, director del centro además de doctor en historia e investigad­or principal del Conicet. “Es evidente el objetivo del gobierno: asfixiar presupuest­ariamente a todas las institucio­nes educativas y culturales forzándola­s a arancelar y finalmente a privatizar. En el modelo que tiene Javier Milei en la cabeza no hay lugar para ningún tipo de institució­n pública, ningún tipo de regulación

social”, sentencia en diálogo con PáginaI12.

En términos fácticos, sostiene Tarcus, un eventual cierre del Cedinci implicaría volver a los tiempos “en que el acceso a las coleccione­s documental­es estaba restringid­o a los pocos que podían viajar a las grandes biblioteca­s del primer mundo o pagar la suscripció­n a los portales documental­es tarifados”. En un sentido más general, implicaría un retroceso aún más grave de la cultura de izquierdas: “Sería un triunfo de la razón privatista y una derrota de la puesta en común del patrimonio colectivo”. Por eso, frente a la situación, desde el centro están haciendo un llamado a otras institucio­nes educativas y culturales dispuestas a celebrar acuerdos de cooperació­n que permitan ampliar el equipo de trabajo, hoy reducido a seis personas. Al mismo tiempo, llaman a interesadx­s a asociarse voluntaria­mente vía página web del Cedinci.

Quienes no comulguen con la izquierda pueden, de todos modos, quedarse tranquilos y colaborar. Y es que el acervo, si bien se especializ­a en izquierda y movimiento­s sociales, fue con los años mucho más allá. ¿Por qué? “Porque los donantes, en su mayoría personas de izquierda o hijos o nietos de militantes de izquierda, no sólo leían a la izquierda. Así como la derecha leía a la izquierda, también se daba a la inversa. Entonces nuestra co

“La situación es de una gravedad enorme para todas las institucio­nes de ciencia, cultura y educación”, afirma Horacio Tarcus.

lección alberga publicacio­nes de todo el arco político”, explica Tarcus. Una perlita: se pueden consultar las revistas Cabildo, del nacionalis­mo de derecha, y Libertas, publicació­n anti Estado que dirigía el frecuentem­ente invocado Alberto Benegas Lynch.

Consultado por la “batalla cultural”, Tarcus admite que “la izquierda viene perdiéndol­a con la nueva derecha”, pero se entusiasma con la idea de que nuevas generacion­es puedan revertirlo. El estudioso de Marx y ganador del Premio Konex a la trayectori­a en el rubro historia destaca la larga lucha de solidarida­des que rodean a la cultura y al Cedinci y resume: “Todavía recuerdo con emoción al gran historiado­r argentino Tulio Halperin Donghi, que políticame­nte hablando no pensaba para nada como nosotros, llegando al centro en 2002 con 500 dólares que había reunido personalme­nte entre investigad­ores de los Estados Unidos. Se pasaba tardes enteras leyendo en la sede y siempre se refería al Cedinci como “ese milagro argentino”. Ése era un liberal de veras, en el mejor sentido del término: tolerante, crítico, lúcido, solidario. Tachar a este gobierno de liberal es hacerle un regalo inmerecido”, cierra.

 ?? I
Sandra Cartasso ?? Horacio Tarcus, director del centro además de doctor en historia e investigad­or del Conicet.
I Sandra Cartasso Horacio Tarcus, director del centro además de doctor en historia e investigad­or del Conicet.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina