Licuadora y motosierra para las jubilaciones
La propuesta es que aumenten mensualmente por el IPC de dos meses atrás. El empalme provocará una profundización de la pérdida de poder adquisitivo de, mínimo, 25 por ciento.
En junio, mes en el que corresponde un nuevo aumento por la fórmula de movilidad jubilatoria vigente, se comparará el resultado de la fórmula (que actualiza en un 50 por ciento por recaudación y otro 50 por ciento de evolución de los salarios) con el aumento acumulado entre abril y junio de 2024 por inflación. El aumento se aplicará según la diferencia entre lo que arroje la fórmula de movilidad (el CEPA estima 40 por ciento) y se descontará la inflación de los tres meses mencionados (que podría alcanzar 63,6 por ciento). El decreto aclara que, en caso de que los aumentos aplicados de forma mensual entre abril y junio fueran superiores al porcentaje que surja de la fórmula trimestral, no se descontará la diferencia y se incorporará al haber jubilatorio.
A partir de julio, y tal como se mencionó anteriormente, los aumentos se darán directamente por el IPC de dos meses atrás.
Alerta ajuste
La publicación del decreto durante la madrugada del lunes generó muchas dudas y pocas certezas sobre el devenir de los haberes jubilatorios. En el transcurso del día, voceros de Economía y Casa Rosada tuvieron que salir a dar explicaciones sobre un decreto escrito de forma confusa. Sin embargo, las mediciones de las consultoras privadas y especialistas en el tema coinciden en que esta fórmula no permitirá recuperar el poder adquisitivo de las jubilaciones, particularmente golpeado en el último cuatrimestre de inflación mensual de más de dos dígitos.
El Centro de Economía Política Argentina calculó que las jubilaciones en abril quedarían 32,5 por ciento por debajo en términos reales respecto del primer trimestre de 2023; en febrero tocarían un mínimo de 53 por ciento (un recorte de 47 por ciento), comparado con el mismo trimestre. Y, finalmente, que los jubilados pueden aspirar, en el mejor de los casos, a que la pérdida se consolide en torno a 25 por ciento.
La consultora de Emmanuel Alvarez Agis PxQ calcula que los haberes previsionales están actualmente un 14 por ciento por debajo de noviembre 2023. Con la fórmula mensual y la compensación en abril, acumularían un 56 por ciento. “La fórmula actual opera con rezago y en 2024 los jubiladosrecuperarían más rápido sus ingresos con la fórmula propuesta por La Libertad Avanza”, asegura en un informe que continúa: “Sin embargo, en un contexto de recuperación del salario real y caída de la inflación la fórmula actual generaría una mejora en el poder adquisitivo del haber jubilatorio durante 2025, volviendo al nivel de mediados de 2022. Con la fórmula propuesta, si la inflación desacelera también lo haría la actualización mensual del haber mínimo. En definitiva, se congela el poder adquisitivo de las jubilaciones en un nivel similar al de final de 2023.
Dada la vocación fiscal que tiene el ministro de Economía Luis Caputo, un punto importante es el impacto de la medida en las cuentas públicas. De acuerdo a PxQ, el gasto en jubilaciones y pensiones terminó 2023 representando 6,7 por ciento del PIB, es decir 1 punto porcentual por debajo de 2022 y 2,9 por debajo de 2020. Bajo los supuestos macroeconómicos de la consultora, en 2024 el ahorro que se podría alcanzar por implementar la fórmula sería de 0,9 por ciento del PIB, guarismo que respeta e incluso supera el ajuste proyectado del propio Caputo, que informó que para alcanzar el superávit fiscal primario equivalente a 2 por ciento del Producto Interno Bruto reducirá 0,4 por ciento del PIB en la línea de las jubilaciones y pensiones en el presupuesto.