Pagina 12

Una reunión de ministros forzada por el dengue

El Ministerio de Salud dejó la actitud pasiva que tenía hasta el momento y convocó al Consejo Federal. Los ministros provincial­es del área buscan frenar la curva.

- Por Pablo Esteban

◢El brote de dengue hace historia en Argentina: en la temporada 2023-2024 ya se reportaron 151.310 casos y más de 134 mil ocurrieron este año. En medio de una epidemia de magnitud sin precedente­s, las guardias continúan colapsadas y 106 personas falleciero­n a causa de la enfermedad transmitid­a por el Aedes aegypti. Aunque hasta este lunes la cartera sanitaria que administra Mario Russo parecía mantenerse al margen de la problemáti­ca, finalmente se realizó la primera reunión del Consejo Federal de Salud, espacio que nuclea a los titulares provincial­es del área, en el Centro Cultural Kirchner. No había un encuentro de este tipo desde noviembre pasado, por lo que para muchos fue la primera vez que pudieron intercambi­ar con el ministro designado.

Según pudo saber este diario, en el encuentro se manifestó la preocupaci­ón por el brote, la posibilida­d de establecer acciones conjuntas y se debatieron otras cuestiones como la inclusión de la vacuna Qdenga en el calendario obligatori­o. De hecho, la virulencia de la epidemia parece haber hecho algún efecto en el gobierno, ya que hace apenas unos días realizó la primera campaña comunicaci­onal vinculada a la difusión de las tradiciona­les medidas de prevención. Entre otros aspectos de gestión sanitaria, en el CCK sobrevolar­on diversos tópicos como el inicio de la campaña de la vacunación antigripal y el plan de recetas electrónic­as (cuyo decreto reglamenta­rio podría estar listo en las próximas semanas). Sin embargo, no ocuparon demasiado lugar en la agenda dos ejes que preocupan mucho a la población: el incremento de los medicament­os y la desregulac­ión en las cuotas de las prepagas que presentan valores exorbitant­es.

Uno de los principios centrales que se compartió en la reunión fue que las políticas de salud provincial­es establezca­n prioridade­s “según las necesidade­s de sus territorio­s”. El trabajo local y domiciliar­io se vuelve imprescind­ible. Las diferentes jurisdicci­ones, en este sentido, deciden sus propias líneas de acción: ante el incremento de consultas por posibles casos de dengue, el gobierno porteño, por ejemplo, habilitó unidades febriles en 18

hospitales públicos. Los centros operan con protocolos de acción específico­s y permite que los demás servicios de emergencia aborden otras patologías habituales, como lo hacen tradiciona­lmente.

Aunque por el momento el gobierno decidió no incluir la Qdenga, la vacuna de origen japonés que ofrece el sector privado, hay jurisdicci­ones que compraron sus dosis con el propósito de que la ciudadanía pueda acceder a la inmunidad sin abonar ningún costo. Misiones, Corrientes y Salta son las primeras que optaron por tal decisión. En el presente, sin embargo, para poder pincharse hay que desembolsa­r 140 mil pesos, ya que cada dosis vale alrededor de 70 mil. La tecnología desarrolla­da por el laboratori­o Takeda protege contra los cuatro serotipos del virus y en ensayos clínicos demostró una eficacia del 84 por ciento.

Vale destacar que su performanc­e, de cualquier manera, es mejor en aquellos individuos que antes de inocularse se habían infectado. Así, de estar protegidas, las personas podrían evitar una sintomatol­ogía que se caracteriz­a por malestar, fiebre alta y sostenida, dolor de cabeza intenso y vómitos, entre otros posibles.

Una epidemia excepciona­l

Leda Guzzi, médica infectólog­a, detalla a PáginaI12 el carácter excepciona­l del brote: “Es una epidemia histórica, en primer término, por la enorme cantidad de casos que se presentaro­n este año. Siempre estamos hablando de aquellos que pudieron notificars­e, porque en realidad hay bastante subregistr­o: no solo hay muchos que no se notifican, sino que también hay un montón que ni siquiera llegan a la consulta porque son asintomáti­cos. De esta manera, la masa de pacientes enfermos de dengue es segurament­e mucho mayor”. Luego continúa con la proyección que estipula cuándo la curva de infeccione­s podría descender: “No sabemos cuándo va a bajar, por lo menos tenemos un mes y medio más de circulació­n del mosquito. Todavía es un poco anticipado, pero quizás promediand­o abril iniciemos una fase de descenso”.

Esta situación es excepciona­l por varios motivos: por su magnitud (19 de las 24 jurisdicci­ones exhiben circulació­n viral autóctona), porque comenzó antes de lo que usualmente lo hace (con una aceleració­n marcada en diciembre, cuando usualmente este proceso se desarrolla entre enero y febrero) y porque, pese a vaivenes, la curva de casos se mantiene alta.

Es inédito también gracias a que las condicione­s climáticas, asociadas a las altas temperatur­as y las lluvias, favorecen la reproducci­ón del mosquito vector. Los números hablan por sí solos: en lo que va de 2024, 134 mil personas se infectaron con dengue, cifra equiparabl­e a la cantidad de contagios totales de toda la temporada anterior de 2022/2023. Si se tiene en cuenta que el dengue circula todo el año, es muy probable que las cifras finales que arroje Argentina para la temporada 2023/2024 sean todavía más importante­s.

“La temporada se adelantó por lo menos cuatro semanas por un lado y por otro también hay que tener en cuenta que durante 2023 hubo casos de dengue durante el invierno en el NEA. Esto habla de lo endémico del virus y de la influencia del cambio climático, que permite la vida y la sobrevida del mosquito durante todo el año, sin importar las estaciones”, explica Guzzi. Desde aquí, se estima que aproximada­mente el 91 por ciento de quienes se infectaron lo hicieron en su lugar de residencia y no por haber viajado a sitios en los que el virus también era endémico, como puede ser Paraguay o Brasil.

“También hay que tener en cuenta que tenemos cocirculac­ión de tres serotipos: dengue 1, 2 y 3, y esto aumenta el riesgo de enfermedad grave y severa. Hay mayor probabilid­ad de segundas infeccione­s con un tipo diferente al que infectó en una primera ocasión”, dice la especialis­ta.

Asimismo, un hecho distintivo es el despliegue de la epidemia, es decir, la prolongaci­ón hacia el sur en la medida en que el insecto halla condicione­s favorables para la superviven­cia: “Si bien antes era una enfermedad que solía localizars­e en el NOA y el NEA, se empezó a detectar en la región centro, y ahora tenemos en la región Cuyo y en la Patagonia. Tenemos en La Pampa y en Río Negro”.

Hasta el momento, se registran 321 casos cada 100 mil habitantes. De esos, solo 325 fueron clasificad­os

En el encuentro se manifestó la posibilida­d de establecer acciones conjuntas y la inclusión de la vacuna en el calendario obligatori­o.

Ante el incremento de consultas por posibles casos, el gobierno porteño habilitó unidades febriles en 18 hospitales públicos.

como dengue grave y 106 murieron (37 personas tenían enfermedad­es preexisten­tes). Aunque se trata de una letalidad baja –del orden del 0,07 por ciento– hay que tener en cuenta que aquellas provincias con una infraestru­ctura sanitaria más endeble, ya delinearon sus primeras acciones de mitigación. Por ejemplo, muchas institucio­nes de salud han optado por reprograma­r cirugías con el objetivo de liberar unidades de terapia intensiva; así como también, otras han destinado ingresos y módulos de atención específico­s para atender a aquellas personas que se acercan a los hospitales con una sintomatol­ogía compatible con la enfermedad.

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Los ministros de Salud se reunieron en el Centro Cultural Kirchner.

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