Por Eduardo Fabregat
“¿Qué hacemos? ¿Nos vamos, o quieren una más?”, pregunta Santi Motorizado, y llega un rugido de 100 mil gargantas que deja claro el veredicto. Entonces El Mató a un Policía Motorizado vuelve a recordar a la “Chica de oro”, y el Parque Bicentenario se convierte en un bloque de saltos y voces que le prometen a Jenny que sí, algún día todo será nuestro. Muchas cosas han pasado desde aquella Dinastía Scorpio de 2012, y lo del Festival REC de Concepción es un jalón más para una banda que paladea los frutos de tantos años de trabajo desde la independencia. El público chileno se los hace saber, porque también hubo coro instantáneo con “Medalla de oro”, y con “Yoni B” y con “Más o menos bien” y sigue la lista. Y así se va armando el final de un festival de alto impacto, que deja sorprendido hasta al argentino conocedor, que apenas tenía idea de lo que se cocinaba en Conce.
La novena edición del REC quedará en la historia por su record de convocatoria, y abre la puerta para empezar a diluir ese desconocimiento. El sábado, el regreso de Los Bunkers a su ciudad hizo estallar las expectativas, con 150 mil personas casi empatando la convocatoria de las dos fechas de 2023. El domingo, otras 100 mil se acercaron a los cuatro escenarios –tres al aire libre, uno en el Teatro Regional BíoBío– donde volvió a expresarse una saludable combinación de diversidad estilística y buen nivel artístico. Y lo de “diversidad” no es eufemismo ni exageración: la segunda jornada permitió ir del filoso pospunk de Yakuza 3000 a la solvencia de años de Gondwana y UB40 en el cultivo del reggae, y de allí a la historia viva de Congreso -leyenda de la Nueva Canción chilena- y la pura cepa pop de Cami, que no necesitó más que una base disparada y un dúo de cuerdas para conquistarlo todo a fuerza de una garganta privilegiada y sin manipulaciones.
El día de cierre, además, no tuvo las preocupaciones de la jornada anterior: desde temprano, el sol denunció su presencia y favoreció que el Parque se fuera llenando no solo de los jóvenes universitarios que son norma en la ciudad, sino también de familias enteras que repartieron el ocio dominguero entre la música, la feria de productores regionales y los stands con diversas iniciativas concientizadoras sobre el reciclaje y el cambio climático, la donación de órganos, los derechos de las mujeres. El espíritu relajado era idéntico al del sábado, que dejó un dato bien ilustrativo: en una concentración de miles y mi