Crisis de consumo e inflación por las nubes
La inflación se desacelera, pero desde niveles estratosféricos y a un paso lento. En abril hay nuevas subas de precios regulados y persiste la incertidumbre cambiaria.
gumbres subió 26,2 por ciento, por el alza de la lechuga y el tomate, mientras que leche, productos lácteos y huevos lo hizo en un 16,9 por ciento, a partir del alza del 18,8 por ciento de la leche fresca en sachet y avances de entre el 15 y el 20 por ciento en quesos y manteca. El yogur firme subió 13,6 por ciento. El rubro de aceites subió 11,6 por ciento, seguido de carnes y derivados (9,8), pan y cereales (8,5), café, yerba y cacao (10,4) y aguas minerales y gaseosas (10,2).
A pesar del derrumbe del consumo y de la supuesta mayor agilidad para las importaciones, prendas de vestir volvió a estar por encima del promedio de inflación, con un alza del 12,2 por ciento mensual. También el rubro de salud se ubicó nuevamente arriba del promedio a partir de las cuotas de las prepagas y también de los medicamentos. En este punto, hasta el propio Caputo advirtió a las empresas que se les fue la mano con los aumentos y que están “declarando la guerra a la clase media”.
El sector de transporte también quedó arriba del promedio, resultado del ajuste de tarifas en distintas regiones, que actualizaron sus valores en sintonía con los incrementos de febrero en AMBA y algunas de las principales ciudades del país, a partir de la eliminación del Fondo de Compensación al Interior y el incremento de los combustibles.
Para abril, el Gobierno asegura una fuerte desaceleración de los precios en alimentos y bebidas. Sin embargo, también hay fuertes aumentos en luz, gas y agua que prometen tener impacto en el índice. Las prepagas volvieron a aumentar sus cuotas, al tiempo que los combustibles anotaron otra actualización de los precios.