¿Cuándo devalúa Milei?
◢¿El dólar oficial puede subir solo 26,8 por ciento en el año contra una inflación que estará entre 150 y 200 puntos porcentuales más arriba?, plantea en su último informe el economista Sergio Chouza, titular de la Consultora Sarandí. El incremento del tipo de cambio de 26,8 por ciento en 2024 es lo que prometen Javier Milei y Luis Caputo al establecer un esquema de aumentos mensuales del 2 por ciento en la cotización de la divisa. El Presidente y el ministro de Economía afirman que no se moverán de ahí. Sin embargo, con una tasa de inflación tan alta, la ganancia cambiaria tiende a desaparecer y en el mercado cada día son más los que se preguntan lo mismo que Chouza: “¿Cuándo devalúa Milei?”.
El enorme salto del dólar del 118,3 por ciento en el inicio de la gestión, junto a la liberalización de precios y al aumento de impuestos a las importaciones, provocó una estampida inflacionaria que ya acumula 90,2 puntos en cuatro meses (25,5 por ciento en diciembre, 20,6 en enero, 13,2 en febrero y 11 en marzo). Es decir, la mayor competitividad cambiaria por la devaluación se está esfumando rápidamente y quedaría totalmente evaporada en un par de meses.
El tipo de cambio real multilateral, de hecho, ya es similar al que existía antes de la devaluación de diciembre. Este indicador del Banco Central mide el precio de los bienes y servicios de la economía argentina en relación a sus doce principales socios comerciales, como China, Brasil, Estados Unidos y la Unión Europea. El último día de Alberto Fernández como presidente se ubicaba en 80 puntos, para trepar a 161 luego del fogonazo devaluatorio de Milei. Este viernes finalizó en 96 puntos, por debajo de 100, que sería el nivel de equilibrio.
Esos 96 puntos del tipo de cambio real multilateral son los mismos que había el 11 de agosto del año pasado, antes de las PASO y de la devaluación que produjo Sergio Massa inmediatamente después de esa elección (que llevó el indicador a 115). “En ese entonces el FMI aducía que había una apreciación cambiaria del 40 por ciento”, recuerda otro informe de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE). “Es previsible que las presiones por un nuevo ajuste cambiario no provengan sólo de los exportadores, sino también de dicho organismo internacional”, advierte el documento del centro de estudios que preside Mercedes Marcó del Pont.
Exportadores
El tipo de cambio que reciben los exportadores con el mecanismo de “dólar blend” se desplomó 34,7 por ciento contra la inflación en los últimos cuatro meses, producto de la apreciación del dólar oficial y de la caída nominal del contado con liquidación, precisa el informe de la Consultora Sarandí.
Se denomina dólar “blend” porque los exportadores están autorizados a liquidar sus divisas en un 80 por ciento en el mercado oficial y el 20 por ciento restante en el mercado de contado con liquidación, a modo de concesión para mejorar su nivel de ingresos. Es la misma fórmula que encontró Sergio Massa como ministro de Economía para evitar la devaluación formal del dólar oficial. Pero al achicarse la brecha entre éste último y el contado con liquidación, el beneficio se licúa.
Allí es cuando surge el terror al silobolsa. “El empeoramiento de las condiciones comerciales para los exportadores puede reducir el potencial de ventas. El acopio de la cosecha siempre es una alternativa viable”, apunta Chouza. La respuesta a esta cuestión clave se dará en el transcurso de los próximos dos meses, en la liquidación de la cosecha gruesa, que es el momento del año con mayor ingreso de divisas para el Estado y crucial para la sostenibilidad del programa económico.
“Por ahora las declaraciones juradas de exportación evidencian que los exportadores mantienen cautela. En maíz, el tonelaje declarado para exportar a lo largo del año equivale al 40 por ciento de la producción estimada para 2024, y en soja, apenas al 16”, alerta FIDE.
Fragilidad
La fragilidad del frente externo agranda la incertidumbre. La acumulación de reservas que exhibe el Gobierno como principal fortaleza esconde la postergación del pago de importaciones. “Entre diciembre de 2023 y febrero de 2024 se habilitó el pago de apenas el 27 por ciento de las importaciones registradas en la Aduana, lo que arroja una diferencia entre las importaciones devengadas y pagadas de casi 9500 mil millones de dólares”, señala FIDE.
“A modo de referencia, entre enero de 2022 y noviembre de 2023, período en el cual el Gobierno anterior pisó el pago de importaciones y dio lugar al actual problema de la deuda comercial, el Banco Central pagó el 78 por ciento de las importaciones devengadas. En 2021 pagó el 97 por ciento y en 2020, el 99. Es decir, en los tres primeros meses de gestión, el Central habilitó divisas para cancelar pagos de importaciones en un porcentaje que se ubica muy por debajo del promedio histórico”, puntualiza el documento.
Deuda o muerte
En definitiva, el esquema montado por el Gobierno se vuelve cada vez más dependiente del crédito que pueda conseguir. “La posibilidad de acceder a financiamiento fresco es condición necesaria (ciertamente no suficiente) para garantizar una mínima gobernabilidad de la economía y lograr legitimidad suficiente para avanzar en transformaciones estructurales todavía más profundas”, explica FIDE.
“El desplome de los ingresos, la recesión o el incremento de la desocupación son daños colaterales frente a la prioridad gubernamental de dar señales al mercado de que el ajuste es sostenible 2fy habilitar el acceso lo antes posible a fondos financieros del exterior”, concluye.
Entre ejecutivos de finanzas, representantes de grandes empresas y consultores del establishment existe el convencimiento de que Caputo conseguirá fondos frescos por parte del FMI. Así lo consignó una encuesta de la consultora de D’Alessio Irol entre 300 representantes de esos espacios hace dos semanas, con un 70 por ciento de respuestas que se manifestaron confiadas en esa posibilidad.
Caputo, igual que con Macri, va otra vez a la carga para sostener con deuda un plan económico que desangra a las mayorías populares.
◢Numerosos centros de panaderos de la provincia de Buenos Aires se declararon en una “crisis terminal”, ante los fuertes incrementos de precios en las materias primas y las tarifas de energía, que los coloca al borde de la desaparición. La crisis se trasladó sobre los puestos de trabajo, “venimos suspendiendo y echando gente”, reconocieron desde el sector y proclamaron que si no les dan una solución esta semana, tomarán medidas de protesta ante el Gobierno. Costos en dólares para una actividad barrial que enfrenta caída en las ventas.
“Seguimos recibiendo continuos aumentos, no solamente de los insumos, materias primas y el combustible, sino que ahora sufrimos un terrible tarifazo en la facturas de luz y de gas, de casi un 220 por ciento”, expresó Martín Pinto, presidente del Centro de Industriales Panaderos de Merlo. “No conformes con eso, ya nos adelantaron que en las próximas facturas continuarán las subas de las tarifas, para compensar a las empresas de energía por los años que no pudieron aumentar sus precios”, agregó.
Ante esto, junto con el presidente de Industriales Pymes Argentinos, Daniel Rosato, los panaderos elevaron un pedido de segmentación tarifaria de la luz para las panaderías artesanales, pero no obtuvieron respuesta de parte del Gobierno. “Con más de 200 panaderos de la provincia de Buenos Aires estamos trabajando en la convocatoria a una manifestación en la Secretaría de Comercio y vamos quedarnos allí hasta que nos reciban y nos den alguna solución”, expresó Pinto.
La crisis en el sector terminó repercutiendo sobre los puestos de trabajo, “venimos suspendiendo y echando gente”, reconoció el representante panaderil y afirmó que se trata de negocios de barrio, que muchas veces no llegan ni a pymes, pero que dan trabajo en la zona, ayudan a las familias y comedores comunitarios, tienen un rol central pero parecen representar poco para el Gobierno.
A los panaderos se les hace cada vez más difícil soportar la carga de los costos en permanente aumento, “nos dolarizaron todos los costos –sentenció Pinto–, una cubierta para un vehículo cuesta 300.000 pesos y el repuesto para una máquina que en noviembre costaba unos 60.000 pesos ahora está casi 300.000 pesos”. Los tarifazos, los insumos en dólares y la eliminación del Fondo Estabilizador del Trigo Argentino (FETA), en un contexto de fuerte caída de las ventas, pusieron al sector al límite.
Fondos fiduciarios afuera
El Gobierno decidió eliminar el FETA a partir de abril, era uno