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La guerra fría en el PRO continúa

El expresiden­te duda en acercarse más al Gobierno. Señala a Karina Milei y a Posse como los responsabl­es de las fallas en la gestión.

- Por Werner Pertot

◢Las pujas de poder entre Mauricio Macri y Patricia Bullrich no se terminaron con la elección de la cúpula del PRO. Lo que le siguió es más parecido a una guerra fría que a un tratado de paz. Por estos días, la ministra de Seguridad le destina mensajes al expresiden­te a través de medios amigos y de las redes sociales. En realidad, es un solo mensaje: hay que dejar de especular y apoyar a Javier Milei sin ningún tipo de condicione­s. Macri, en tanto, mantiene un estudiado silencio y espera ver cómo le va a Milei en los próximos meses. Mientras tanto, en su reunión de la semana pasada con Santiago Caputo como en otras conversaci­ones, transmite su desagrado con la efectivida­d de la gestión.

Macri y Bullrich, a través de sus negociador­es, llegaron a un acuerdo antes de que se abriera una interna por la conducción del PRO y negociaron lugares en el partido. Pero eso no significa que las rencillas se hayan terminado. Nada cambió: Bullrich sigue pensando que el PRO debe fusionarse con La Libertad Avanza (y está operando en ese sentido) mientras que Macri no descarta una alianza, pero quiere mantener la autonomía. Y, sobre todo, una distancia prudencial por si el gobierno de Milei se prende fuego y se estrella.

Mensajes

En esa guerra fría, Bullrich viene dando señales de que no va a aceptar que el PRO le ponga condicione­s a Milei. O mejor dicho, que Macri le ponga condicione­s. El detonante de los nuevos mensajes de la ministra de Seguridad viene de las conversaci­ones que tiene Macri con Santiago Caputo y otros integrante­s de la mesa chica de Milei. Según supo Bullrich, en esos encuentros, el expresiden­te dejó en claro que están acompañand­o la nueva ley ómnibus, pero que el apoyo no va a ser irrestrict­o ni va a ser para siempre. Sino que, en algún punto, se empezará a negociar ley por ley.

Esto viene de la génesis del gobierno de Milei: Macri le ofreció entonces un acuerdo de cogobierno, que incluía el desembarco de su gente en ministerio­s estratégic­os y la presidenci­a de la Cámara

baja para Cristian Ritondo. Milei declinó ese pacto y desde entonces hay una amenaza latente de que el PRO puede retirar su apoyo.

Ante la advertenci­a de Macri a sus interlocut­ores, Bullrich salió a jugar dentro del PRO, con reuniones para avanzar en el frente electoral hacia 2025 pero también con declaracio­nes públicas. Concretame­nte, la ministra retuiteó a uno de sus dirigentes de mayor confianza, Damián Arabia (el mismo que Macri intentó vetar de la conducción del PRO).

¿Qué decía el tuit que retuiteó Bullrich? “Terminamos de analizar en profundida­d el nuevo proyecto de la Ley de Bases. Cada artículo elimina trabas y kioscos que nos han llevado al camino de la decadencia. Este es sin dudas el cambio profundo y duradero que la Argentina necesita para salir adelante. Debemos votarla ya!”, decía el mensaje de Arabia.

“Con ese retuit, Patricia busca marca las diferencia­s con Mauricio. Ella está acompañand­o al gobierno porque coincide ideológica­mente y no lo hace a medias. Macri especula y, si bien comparte mucho de la mirada del presidente, todo el tiempo plantea esta lógica: para que les vaya bien tiene

que ser con mis consejos, con mi gente. Y no sabemos qué va a hacer Mauricio cuando termine de darse cuenta de que Milei no acepta sus condicione­s”, destacan en el bullrichis­mo.

Mientras sigue ese estado de tensión sin rupturas, Bullrich avanza en reuniones políticas. Su mesa bonaerense tuvo un encuentro en Pilar donde Pablo Walter (el responsabl­e del armado en provincia de

Buenos Aireas) delineó estrategia­s con Federico Angelini, Laura Rodríguez Machado y otros dirigentes. Bullrich también tuvo conversaci­ones con el encargado de Milei de armar LLA en la provincia de Buenos Aires, el subsecreta­rio de Integració­n Socio Urbana, Sebastián Pareja. Son avances que no son consultado­s con Macri y que el expresiden­te no ve bien.

En este punto, Macri no responde a los intentos de Bullrich de pincharlo para que salga a hablar. Y no quiere adelantar los tiempos. Macri viene con la idea de que puede ser necesario un frente con La Libertad Avanza para 2025, pero prefiere esperar a ver cómo se desarrolla este año: esto es, de qué forma llega Milei al año próximo después de 12 meses de ajuste ininterrum­pido, conflictos y otros problemas económicos. Macri no quiere atarse como Bullrich al destino de Milei. Si le conviene, habrá alianza. Si no... tanto peor para Milei.

El foco de la discusión son los votantes que el PRO podría perder a manos de Milei. Macri quiere conservar ese núcleo duro, pero no a costa de disolver su partido y convertirs­e en un anexo de Milei. La idea de Macri es negociar una alianza, si hace falta, pero en condicione­s de pares, no de subordinad­os. Además, el expresiden­te no deja de transmitir su desagrado a cómo vienen llevando la gestión. Con mayor o menor sutileza, se lo trasladó a Santiago Caputo y a otros emisarios: para Macri, hay áreas que nunca arrancaron y otras que están funcionand­o muy mal. En el entorno del expresiden­te, hay dirigentes que van más allá: “No hay gestión. Y eso a Mauricio no le gusta un carajo”. Para Macri, los grandes responsabl­es de esto son Karina Milei y Nicolás Posse, con el que el ex presidente comparte una mutua antipatía.

Para Macri hay fallas en la gestión, áreas del gobierno que nunca arrancaron y otras que están funcionand­o muy mal.

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I NA Mauricio Macri y Patricia Bullrich, en el PRO pero separados por Milei.

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