Pagina 12

Un alegato histórico por los crímenes en Puente 12

“Hoy, que se pretende negar el genocidio desde el Poder Ejecutivo, tenemos que insistir en que desde ningún ámbito se puede avalar, ni siquiera con el silencio, un exterminio”, dijo Verna.

- Por Ailín Bullentini

El tercer tramo del juicio por los crímenes cometidos en el centro clandestin­o de detención, tortura y exterminio Puente 12 se convirtió en histórico: por primera vez en el proceso de juzgamient­o a genocidas, un abogado hijo de represores participó de los alegatos querellant­es en un debate oral y público por crímenes de lesa humanidad. Pablo Verna, hijo de un excapitán del Ejército encargado de anestesiar a las víctimas de los vuelos de la muerte que desapareci­eron gente desde Campo de Mayo durante la última dictadura, expuso parte de la conclusión a la que, tras un año de cansino debate, llegó la querella encabezada por Pablo Llonto y el Centro de Estudios Legales y Sociales, en representa­ción de la Comisión Vesubio-Puente 12, familiares de detenides desapareci­dos, H.I.J.O.S. Jujuy y la Facultad de Filosofía y Letras.

Verna está trabajando en el equipo de Llonto desde mediados del año pasado. El tercer tramo de Puente 12, que lleva el Tribunal Oral Federal 6 de la Ciudad de Buenos Aires, es el primer juicio de lesa humanidad en el que participa y la del viernes pasado fue su primera intervenci­ón. “Soy abogado y soy hijo de un genocida” que “ha podido aproximars­e a tomar conciencia del horror del exterminio llevado a cabo por estos criminales de lesa humanidad”, se presentó.

Luego, apuntó que su colaboraci­ón en la querella que representa a la Comisión Vesubio-Puente 12 es es “para que las verdades que surgen evidentes de las pruebas producidas en este juicio sean aún más evidentes”.

El abogado se sumó en 2017 al colectivo Historias Desobedien­tes, el grupo de hijes de represores que repudian el accionar de sus padres en dictadura. Hoy integra uno de los espacios en que se bifurcó esa militancia. Sobre eso también versó su breve introducci­ón en el alegato: “Hoy, que se pretende negar y a la vez justificar e incluso reivindica­r el genocidio desde el Poder Ejecutivo, tenemos que insistir en explicar que ni desde el Estado ni desde ningún ámbito se puede avalar, ni siquiera con el silencio, un exterminio”, postuló.

En diálogo con este diario, Verna dijo que la jornada le resultó “impactante y emocionant­e” y que consideró el alegato como un “homenaje a la Comisión Vesubio-Puente 12, a su trabajo, su trayectori­a y su trascenden­cia, un grupo que comenzó a trabajar durante la dictadura” para recoger pruebas y testimonio­s que permitiera­n reconstrui­r los crímenes en el centro clandestin­o que el Batallón de Inteligenc­ia 601 del Ejército administró entre 1974 y 1977 en el predio donde funcionaro­n la

División Cuatrerism­o y la Brigada Güemes de la Policía bonaerense, en La Matanza.

Sobre la base del reconocimi­ento a sobrevivie­ntes y familiares de víctimas que fundaron la Comisión Vesubio-Puente 12, inauguró el alegato querellant­e el abogado Pablo LLonto. “No queremos que se pase por alto el enorme trabajo de quienes han sido durante décadas las cuatro mujeres fundamenta­les en el aporte de testimonio­s que han logrado buscando testigos y documentos, aportando sus propios testimonio­s”,

remarcó en relación con la sobrevivie­nte Cristina Comandé, a Cira Villalain de Franconeti, mamá de víctimas de la última dictadura, y a Alicia Le Fur y Diana Cruces, hermanas de detenidos desapareci­dos que pasaron por Puente 12 y que falleciero­n antes o durante el debate.

Llonto también destacó el trabajo de Alejandra Cravello, en la búsqueda y el aporte de prueba documental “que permitió acreditar los crímenes en el campo de concentrac­ión durante 1975 y la infiltraci­ón del Batallón 601 del Ejército

en el PRT”. Ricardo Cabello, el papá de Alejandra, es una de las víctimas del lugar antes del golpe. “Este juicio vino a alumbrar mucho más de lo que ya sabíamos sobre Puente 12, un lugar que evidencia una matriz de criminalid­ad que comenzó en 1974 y duró hasta 1983”, dijo el abogado.

El alegato seguirá en dos semanas. La querella adelantó que pedirá condena para los cinco acusados, los militares Enrique Del Pino y Walter Minod; los policías bonaerense­s Carlos Tarantino, Ángel Salerno y Néstor Ciaramella, por considerar­los autores de más de 180 secuestros, tormentos, homicidios y delitos sexuales. El oficial principal Enrique Gauna ya falleció, aunque el abogado

“Soy un abogado e hijo de genocida que ha podido aproximars­e a tomar conciencia del horror del exterminio llevado a cabo por estos criminales.”

adelantó que se sumará al pedido de la Fiscalía sobre el derecho a la verdad de las víctimas. En la voz de Esteban Bendersky, la Fiscalía solicitó penas de prisión perpetua para los tres policías, en tanto que para los militares Del Pino y Minod solicitó penas de 25 y 15 años de cárcel para cada uno.

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Guadalupe Lombardo ?? Pablo Verna se sumó al colectivo Historias Desobedien­tes en 2017.
I Guadalupe Lombardo Pablo Verna se sumó al colectivo Historias Desobedien­tes en 2017.

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