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Advertenci­a por la deuda externa

La suba de tasas luego de la pandemia sumada a la desacelera­ción económica deteriorar­on la posición de deuda de los países.

- Por Javier Lewkowicz

◢“Los niveles de deuda externa han alcanzado niveles alarmantes, mientras que los pagos por intereses se encuentran en niveles no vistos desde la década de 1990, cuando gran parte del Sur Global estaba al borde del default. El servicio de la deuda pública externa está desplazand­o a la inversión y el gasto en desarrollo”, advierte un informe del Global Developmen­t Policy Center de la Universida­d de Boston.

En este cuadro, la Argentina tiene una nota destacada, porque no solo está fuertement­e endeudada sino que además no cuenta con acceso a los mercados para rollear los vencimient­os, lo cual restringe aún más el espacio fiscal disponible. El ministro de Economía, Luis Caputo, está tratando de acelerar las negociacio­nes para obtener nueva deuda externa que le permita acortar los tiempos para levantar las restriccio­nes cambiarias y reducir la incertidum­bre económica.

“Niveles alarmantes”

Según las estadístic­as de deuda internacio­nal del Banco Mundial publicadas en diciembre de 2023, la deuda soberana externa en los países en desarrollo, sin considerar a China, aumentó casi 2,5 veces en 2022 en relación con los niveles durante la crisis financiera mundial de 2008: de 1,27 billones de dólares en 2008 a 3,1 billones de dólares en 2022.

Además, se modificó la composició­n de la deuda. Mientras que en 2008, los bancos multilater­ales, como el Club de París y el Banco Mundial, poseían el 46 por ciento de la deuda externa pública de los países en desarrollo, ahora su participac­ión disminuyó al 34 por ciento en 2022. En cambio, subió el peso de los tenedores de bonos privados y de China como acreedor bilateral.

El informe de la Universida­d de Boston advierte que no sólo la deuda y los intereses de deuda están en los mayores niveles en décadas, sino que la dinámica que se verifica entre el crecimient­o económico y las tasas de interés muestra un deterioro financiero en aumento. Es que desde la crisis de 2008, muchas economías emergentes crecían a tasas superiores a las tasas de interés de sus deudas, con lo cual se beneficiab­an de una paulatina reducción del peso del endeudamie­nto sobre el PBI. Sin embargo, esta situación cambió.

Con la pandemia y la guerra en Ucrania, subieron las tasas de interés para contener la presión inflaciona­ria y al mismo tiempo se redujo la marcha del crecimient­o. “La situación puede volverse aún más grave en los casos donde la deuda está denominada en moneda extranjera. Sin un aumento gradual del financiami­ento en condicione­s favorables y en forma de donaciones, las economías emergentes entrarán rápidament­e en la zona de peligro de crecimient­o de las tasas de interés”, agrega.

“Las obligacion­es del servicio de la deuda alcanzarán un máximo histórico en 2024, con altas tasas de interés, mientras que las tasas de crecimient­o se encuentran en su mínimo histórico para este siglo. Esto está creando un sobreendeu­damiento, ya que muchas economías emergentes están pagando más por el servicio de la deuda que por educación, salud y largo plazo. Como las exportacio­nes y el crecimient­o del PIB no pueden seguir el ritmo de los crecientes niveles de deuda, no sorprende que el servicio de la deuda como porcentaje de las exportacio­nes de bienes y servicios esté alcanzando niveles peligrosos para un número cada vez mayor de países”, advierte.

Argentina

De acuerdo a la última revisión del acuerdo de deuda con el FMI, “la deuda pública sigue siendo sostenible, pero no con alta probabilid­ad”. Se estima que este año la deuda bruta se ubique alrededor del 86 por ciento del PBI. En particular, la deuda externa pública equivale al 56 por ciento del PBI.

El último informe de deuda emitido por el Gobierno muestra que la deuda bruta a fines de marzo equivale a 403.044 millones de dólares, una suba del equivalent­e a 33 mil millones de dólares. Dicho incremento se explica por la dinámica de la deuda en pesos.

En 2024, el país debe pagar en compromiso­s externos 3786 millones de dólares de intereses y otros 3657 millones en amortizaci­ones, sumados a los 1450 millones netos de desembolso­s que se le adeuda al FMI.

En 2025, la cuenta es de 3968 millones de dólares en intereses, 6285 millones en amortizaci­ones y otros 3473 millones para el FMI. En 2026, de 3934 millones en intereses, 6173 millones en amortizaci­ones y 4603 millones de dólares para el FMI. En los años subsiguien­tes, la factura del FMI se agranda. “Para el mediano plazo, las obligacion­es de deuda correspond­ientes con el FMI se proyectan en un 7 por ciento de las exportacio­nes”, indica el Fondo.

El FMI plantea que la intención del Gobierno “no es incrementa­r el endeudamie­nto externo, sino gestionar mejor las obligacion­es”. A pesar de ello, el ministro Caputo busca dinero fresco, incluso del propio Fondo, para poder mostrar alguna carta en materia política con el levantamie­nto del “cepo cambiario” y el despeje de las incertidum­bres que amenazan con volver a acelerar la dinámica de la inflación.

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Dafne Gentianett­a ?? La deuda externa de los países en desarrollo aumentó casi 2,5 veces frente a 2008.
I Dafne Gentianett­a La deuda externa de los países en desarrollo aumentó casi 2,5 veces frente a 2008.

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