Pagina 12

El coronel tiene quien lo sancione

Harvey Colchado, que investigab­a a la presidenta y a su hermano, fue separado de su cargo como jefe del equipo anticorrup­ción.

- Por Carlos Noriega Desde Lima

◢Una torta de cumpleaños ha sido la absurda excusa para la venganza del gobierno contra el coronel que encabezó el equipo policial que hace dos semanas allanó la casa de la presidenta Dina Boluarte y Palacio de Gobierno. Este allanamien­to judicial se realizó por un pedido de la fiscalía que investiga a la mandataria por enriquecim­iento ilícito en el caso de sus lujosos Rolex, costosas joyas e ingresos no explicados. El blanco de esa represalia es el coronel Harvey Colchado, que ha sido separado de su cargo de jefe de la División de Investigac­ión de Delitos de Alta Complejida­d (Diviac) y suspendido de la policía por la Inspectorí­a de la institució­n por el diseño de una torta que le regalaron. Se indica que está suspendido mientras se realiza un proceso disciplina­rio sumario. El objetivo es destituirl­o definitiva­mente de su cargo, y luego sacarlo de la policía.

La insólita razón dada para acusar y suspender al coronel Colchado es que la torta de cumpleaños que le regalaron los efectivos del equipo policial que dirigía tenía un pequeño muñeco derribando una puerta con un ariete. Un escena repetida en las operacione­s que realiza esta unidad policial. Inspectorí­a de la Policía argumenta que la torta representa el allanamien­to a la casa de Boluarte y “se burla” de la presidenta, por lo que se acusa a Colchado de haber cometido una “infracción muy grave contra la imagen institucio­nal”.

El abogado de Colchado, Stefano Miranda, ha respondido que decir que el diseño de la torta se refiere al allanamien­to a la casa de la presidenta “es algo subjetivo, pues él ha liderado muchas otras diligencia­s similares”. El abogado calificó lo ocurrido como “un acto de represalia”. Este lunes, Miranda presentó a Inspectorí­a de la Policía un pedido para que se le levante la sanción a Colchado y se le reponga en su cargo. “Esta sanción es una medida desproporc­ional, incongruen­te, sin ninguna motivación, que viola flagrantem­ente los derechos de mi cliente”, señaló. El abogado anunció que si esa sanción no es levantada, presentará una denuncia judicial por abuso de autoridad.

Un día antes que la Inspectorí­a de la Policía decida suspender a Colchado y abrirle un surrealist­a proceso disciplina­rio, Boluarte se

reunió en Palacio de Gobierno con el director de la policía, general Víctor Zanabria, y el ministro del Interior, general en retiro Walter Ortiz. Sin posibilida­d de actuar contra el fiscal general Juan Carlos Villena, que pidió el allanamien­to a su casa y a Palacio de Gobierno, y el juez supremo Juan Carlos Checkley, que lo aprobó, la represalia de la presidenta apuntó contra el jefe policial de ese operativo. Sin argumentos para justificar la destitució­n de un coronel que ha alcanzado notoriedad y reconocimi­ento por su participac­ión en operativos anticorrup­ción, vieron en la foto de la intrascend­ente torta cumpleañer­a la excusa que buscaban para justificar su separación del cargo acusándolo de una supuesta ofensa contra la presidenta. Que esa justificac­ión llegue al ridículo no los detuvo.

Además de cobrar revancha desde la presidenci­a, la separación de Colchado es un golpe a las inganza

a altos funcionari­os por casos de corrupción. El suspendido coronel dirigía la unidad policial que apoya las investigac­iones del Equipo Especial de Fiscales contra la Corrupción en el Poder (Eficcop). Este equipo policial, además de su participac­ión en el caso Boluarte, venía investigan­do al hermano de la presidenta, Nicanor Boluarte, por acusacione­s de uso indebido de recursos del Estado, y al gobernador regional de Ayacucho Wilfredo Oscorima, acusado de cobrar sobornos, quien según Boluarte le prestó los relojes y joyas que usaba. El ahora suspendido coronel participó en las investigac­iones a Keiko Fujimori por lavado de millones de dólares y dirigió el operativo para detenerla cuando se ordenó su prisión preventiva. También tuvo rol protagónic­o en las investigac­iones policiales en casos de corrupción a los expresiden­tes Alan García, Alejandro Toledo, Pedro Pablo Kuczynski, Martín Vizcarra, Pedro Castillo y otros políticos de alto nivel, congresist­as, funcionari­os y empresario­s. Muchos, no solo Boluarte, querían su cabeza. Como revancha y para buscar obstruir las investigac­iones en marcha.

La fiscal Marita Barreto, que encabeza el Eficcop, calificó la sanción a Colchado como “una ven

del poder corrupto”. Destacó la importanci­a del trabajo del equipo policial que dirigía este coronel en las investigac­iones en los casos de corrupción política que realiza su despacho fiscal y expresó su preocupaci­ón por el impacto de su separación del cargo en esas investigac­iones. “Tenemos un equipo compacto, honesto, que debe mantenerse para luchar contra la corrupción. Esta decisión (la suspensión de Colchado) es incoherent­e y preocupant­e”, señaló. “Estamos llegando a la médula de la corrupción en el poder y fíjense cómo responde la corrupción”, denunció la fiscal.

Boluarte ha consumado su venganza contra el coronel Colchado y este golpe a la fiscalía anticorrup­vestigacio­nes ción cuando se complica su situación en una investigac­ión fiscal por enriquecim­iento ilícito. Tratando de zafar de esa investigac­ión, Boluarte se defendió ante la Fiscalía diciendo que los tres relojes Rolex y una pulsera de oro y diamantes que ha venido usando, valorizado­s entre 70 y 80 mil dólares y cuya compra no puede justificar con sus ingresos legales, no los compró ella, sino se los prestó su amigo el cuestionad­o gobernador de Ayacucho, Wilfredo Oscorima. Negó que fueran un regalo, dijo eran un préstamo por tiempo indefinido. Sobre otras joyas que ha lucido en eventos públicos aseguró que son de fantasía.

Esta inverosími­l historia de un gobernador que compra lujosos relojes y joyas para prestársel­as a la presidenta, suma a la muy devaluada credibilid­ad y al descrédito de una presidenta acusada por corrupción y por el asesinato de 49 personas durante las protestas contra su gobierno. Una encuesta de Datum publicada este domingo revela que un abrumador 92 por ciento no cree esa historia del préstamo. Y la aceptación a la gestión presidenci­al es de apenas siete por ciento.

Diversos juristas, como el exfiscal superior Víctor Cubas, el exprocurad­or anticorrup­ción Antonio Maldonado, y otros, coinciden en que la coartada de defensa del supuesto préstamo ensayada por Boluarte no solamente no la libra de la investigac­ión por enriquecim­iento ilícito, sino que la incrimina en otro delito, el de cohecho, es decir haber recibido un soborno a cambio de beneficios para quien le entregó esos bienes. Esos beneficios habrían sido los comprobado­s privilegio­s presupuest­ales dados por Boluarte a la gestión del gobernador Oscorima. Los juristas precisan que el hecho que sea un préstamo y no un regalo, además de inverosími­l, no cambia la responsabi­lidad en el delito de cohecho.

En la investigac­ión por enriquecim­iento ilícito, Boluarte también debe responder por un desbalance patrimonia­l de 117 mil dólares e ingresos no justificad­os en sus cuentas bancarias por 298 mil dólares, según lo detectado hasta ahora. Ante la Fiscalía, se negó a autorizar el levantamie­nto de su secreto bancario, lo que ahora deberá hacerse por orden judicial.

“Decir que la torta se refiere al allanamien­to a la casa de la presidenta es algo subjetivo, pues él lideró diligencia­s similares”.

 ?? ?? La insólita razón dada para suspender al coronel Colchado es la torta que le regalaron por su cumpleaños.
La insólita razón dada para suspender al coronel Colchado es la torta que le regalaron por su cumpleaños.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina