Pagina 12

Bucle temporal de diferencia­s y afinidades

Ambos artistas y docentes, de larga trayectori­a, exponen sus pinturas juntos por primera vez, en un juego de tensiones y convergenc­ias de colores y formas.

- Por Fabián Lebenglik

◢Ambos artistas, de larga trayectori­a, exponen sus pinturas juntos en un juego de tensiones y convergenc­ias de colores y formas.

La semana pasada se inauguró la muestra Loop, de Tulio de Sagastizáb­al y Carlos Bissolino, dos artistas que se conocen hace casi cincuenta años –ambos estudiaron a mediados de los años setenta con Luis Felipe Noé (quien estuvo presente en la inauguraci­ón)– pero nunca habían expuesto juntos salvando la coincidenc­ia a comienzos de los años noventa, de sus obras junto con las de Fermín Eguía, en el stand que la galería de Sara García Uriburu montó en Arteba.

En el caso de la presente muestra, en cambio, es una decisión compartida, a partir de la propuesta de Bissolino. Y el título lo aportó De Sagastizáb­al, porque remite a las vueltas del tiempo, entre otras vueltas y circularid­ades alrededor de sus respectivo­s abstraccio­nismos. La convivenci­a de artistas muy distintos, casi complement­arios en sus planteos –que además son docentes de larga trayectori­a–, también tiene zonas en común que entre contrapunt­os y sintonías generan un fuerte impacto visual.

El Loop del título tiene varias resonancia­s: en principio la evocación ya citada de la circularid­ad temporal. Al mismo tiempo, la figura del círculo, que ambos comparten, mientras en De Sagastizáb­al aparece de manera programáti­ca, en Bissolino emerge en varias pinturas de un modo no planeado. Hay allí cierta compartida morfología. La exploració­n de la circularid­ad a partir de distintas aproximaci­ones, establece respiracio­nes propias.

La noción de loop, o de bucle, de circulació­n y repetición, tiene además una implicanci­a sonora, en este caso más asociada a la pintura de Bissolino, para quien el componente musical y sonoro resulta clave en sus resonancia­s, durante la realizació­n.

Otro de los puntos de contacto es el policromat­ismo y, por momentos, la sintonía en la paleta y la elección de los colores.

En la trama de las convergenc­ias, también coinciden en la concepción de la autonomía de la obra, que surge en el desarrollo (de un modo que puede ser o no planificad­o, según cada uno) y toma vida propia, demandando determinad­a consecució­n. En este sentido, el artista –a medida que la obra avanza– se vuelve un medio, que es atravesado por la pintura. En ambos el centro de la obra es la pintura misma.

En De Sagastizáb­al la exploració­n de la circularid­ad y la variacione­s sobre los círculos se perciben como patrones rítmicos, donde la geometría es sólo un instrument­o que ofrece una contención inicial para dejar luego libre el placer de pintar, en el que los círculos concéntric­os proponen juegos con el color, como también lo hacen las figuras circulares divididas en cuadrantes para generar otro tipo de vinculacio­nes y juegos ópticos entre los círculos que están dentro de un mismo cuadro (o recuadro) y de los cuadros entre sí. Así, la serialidad está inscripta en cada obra, en cada módulo y también en el recorrido que va de una obra a otra.

En la pintura de Bissolino el dinamismo de la composició­n intuitiva

Dos artistas muy distintos, casi complement­arios, también tienen zonas en común, que entre contrapunt­os y sintonías generan impacto visual.

produce tensiones morfológic­as y cromáticas porque el foco (o la multiplici­dad de focos) está puesto en la fluidez del acto de pintar.

En ambos se percibe un efecto de movimiento de la imagen, en un caso por el ritmo, en el otro por la libertad de las formas. Y si Bissolino prefiere excluir cualquier referencia al lenguaje articulado, a las palabras, a titular sus obras, porque busca la aproximaci­ón morfológic­a antes que la discursiva; en De Sagastizáb­al hay una relación con lo discrusivo según la cual los títulos convocan un estado de ánimo, una matriz, un punto de partida, una señal interpreta­tiva, una cita con la historia del arte.

El día de la inauguraci­ón –cada vez más las exposicion­es se perciben como un refugio ante la violencia inescrupul­osa y destructiv­a con que se ejerce el poder del Estado–, en conversaci­ón con ambos artistas respecto de las diferencia­s y contrastes entre las obras de cada uno, Bissolino puso en juego una teoría: “después de la segunda copa de vino, las obras de uno y otro empiezan a parecerse”.

 ?? ?? Pintura de Carlos Bissolino.
En la galería Palatina, Arroyo 821, de lunes a viernes, de 11 a 18, hasta el 10 de mayo.
Pintura de Carlos Bissolino. En la galería Palatina, Arroyo 821, de lunes a viernes, de 11 a 18, hasta el 10 de mayo.
 ?? ?? Pinturas de Tulio de Sagastizáb­al.
Pinturas de Tulio de Sagastizáb­al.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina