Pagina 12

Sonidos desde el Brasil profundo

El compositor argentino-francés Gabriel Sivak presentará esta noche una obra nacida de su experienci­a en el territorio Xingu.

- Por Santiago Giordano

◢En el quinto programa de esta temporada en el Teatro Colón, la Orquesta Filarmónic­a de Buenos Aires ofrecerá un programa variado, en el que el Concierto para piano en La menor Op. 16 de Edvard Grieg –con la participac­ión del gran pianista suizocanad­iense Teo Gheorghiu como solista– y la Sinfonía Nº12 en Re menor Op. 112 de Dimitri Shostakovi­ch, dialogarán con Lágrimas de Tahuarí, obra del compositor argentino-francés Gabriel Sivak que se estrena en Buenos Aires. El concierto tendrá lugar hoy a las 20 y contará con la dirección del venezolano Manuel Hernández Silva.

Podrían ser las licencias imaginaria­s que permite la referencia a las tradicione­s folklórica­s, entendidas como paleta de sonidos y catálogo de gestos identitari­os, lo que mancomuna las obras del programa. Hay ecos de Noruega en el Concierto para piano de Grieg, que apela a las tradicione­s folklórica­s de su tierra natal desde su vivencia romántica, del mismo modo que la Rusia de Prokofiev, que evoca en su sinfonía los hechos de 1917, se recompone en su Sinfonía Nº12. En la misma dirección, Lágrimas de Tahuarí, de Gabriel Sivak, es la reconstruc­ción sonora de una experienci­a directa en el Amazonas. En 2022 el compositor vivió un tiempo entre los indios Kuikuros, en el Brasil profundo, desde donde regresó con las ideas y la comprensió­n necesarias para cumplir con el encargo de la Orquesta des Pays de la Loire y la Fondation Banque Populaire.

Como supieron hacer Heitor Villa-Lobos y más acá en el tiempo Egberto Gismonti, ante un mundo desconocid­o, Sivak se nutrió de naturaleza exuberante y experienci­as fuera de lo común, que le brindaron a su música otras texturas sonoras, colores étnicos y rítmicas tribales, además de sensibiliz­arlo sobre el aspecto destructor del hombre frente a la naturaleza. “Hacía tiempo que venía con la idea de una obra inspirada en el Amazonas. En 2019, cuando se incendiaba frente a los ojos del mundo entero, mientras Bolsonaro decía que no era para tanto, empecé a escuchar dentro de mi cabeza una música en la cual había más sustancia para escribir, y esa sustancia estaba condiciona­da por la coyuntura. Ahí decidí concretar el proyecto”, cuenta Sivak a

Los textos sobre biodiversi­dad de Humboldt y los de antropolog­ía de Levi-Strauss acompañaro­n la tarea de recolecció­n de materiales sonoros útiles que Sivak emprendió para comenzar a trazar la obra. “Profundicé las investigac­iones en la música del Amazonas y poco después llegué al territorio Xingu, una reserva donde viven trece etnias. Ahí mismo empecé a compo

PáginaI12.

ner, pero con la idea de darle un giro de tuerca dramático a la obra, una especie de teatro musical, pensando más en dar testimonio de cómo se vivía en ese territorio, que en exponer una mera descripció­n sonora del paisaje. Más denuncia que color, digamos”, cuenso

ta el compositor. “Cuando tuve una cantidad importante de bocetos, empecé a selecciona­r, basándome también en mi experienci­a en la selva”, agrega.

Lágrimas de Tahuarí se articula en cinco momentos. “Entrada no mato”, el primero evoca el ingrea la selva y el ritual Kwarup con el que los indios exorcizan el dolor por la muerte de un ser querido. “Ahí traté de reinterpre­tar con la orquesta europea los sonidos de las flautas, que utilizan mientras caminan, apelando a la técnica de multifónic­os con los fagots”, explica Sivak. El segundo movimiento es ‘Huka-Huka’ y tiene que ver con un arte marcial practicado por los indígenas, una especie de sumo pero muy movido y sensual, para el que fui creando una textura rítmica con pizzicatos en las cuerdas. El tercer movimiento es ‘Aguas de Buriti’. Ahí la música sugiere la inmersión en la naturaleza. Buriti es el río donde nos bañábamos, que evoqué con una sonoridad de instrument­os sumergidos, que me resultó muy sugestiva”, continua el compositor.

“Danse et polyrythmi­e”, el cuarto movimiento, es una especie de imagen fija de la naturaleza cuantiosa. “Lo estructuré basándome en grabacione­s de campo que hicimos metiéndono­s en la selva en moto con un indio. Con ese material sonoro de insectos y cosas varias elaboré una serie de loops que resultó una base rítmica que trasladé a las cuerdas”, comenta Sivak, que para el final “Kuikuros” apeló a un ditirambo rítmico propio de las etnias del territorio Xingu. “Siento que con

“Compuse pensando más en dar testimonio de cómo se vivía en ese territorio, que en exponer una mera descripció­n sonora.”

esta obra llegué al paroxismo de mi relación con Brasil, su música y su cultura”, concluye Sivak, que hace unos años compuso Suite Capoeira, para cuarteto de cuerdas, inspirado en rítmicas nordestina­s, y fue durante un tiempo arreglador del guitarrist­a y compositor Toquinho.

Radicado en París desde 2005, Sivak, que en la actualidad trabaja en una ópera en colaboraci­ón con Alejandro Tantanián, ocupa un lugar destacado entre los compositor­es franceses de esta época. Sus obras son interpreta­das regularmen­te en Francia por los solistas de la orquesta nacional de Francia, el coro de niños de Radio France, La orquesta des Pays de la loire, La orquesta de Picardie y La orquesta Colonne, por nombrar algunas; parte de su producción está grabada en cuatro álbumes monográfic­os. El más reciente, Danza en las aguas de Buriti (Casa Velazquez, 2023), contiene la grabación de Lágrimas de Tahuarí. “Es un orgullo muy grande volver a Buenos Aires y que mi música suene en el Teatro Colón, con la Orquesta Filarmónic­a. Es de alguna manera un círculo que se cierra en mi vida, esperando que se abra uno nuevo”, concluye Sivak.

 ?? ?? En 2022 el compositor vivió un tiempo entre los indios Kuikuros.
En 2022 el compositor vivió un tiempo entre los indios Kuikuros.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina