Mirador natural

En un barrio ubicado en las afueras de la capital cordobesa, el estudio del arquitecto José Luis Lorenzo junto a su colega José Fourcade proyectó esta casa noble y decidida: un bloque lineal y de muy fácil circulación, con amplias aberturas embutidas en los muros y unos patios al frente que hacen de fuelle entre la vivienda y el afuera. Muebles y objetos familiares aportados por el delicado ojo de Gloria, la dueña de casa, hacen el resto.

El toilette es completamente blanco, con paredes pintadas en un tono muy claro y un dibujo de un desnudo femenino prolijamente enmarcado. La mesada es de mármol de Carrara con una bacha de madera de apoyar. Sobre la mesada, una serie de frascos y perfumeros de cristal antiguos.

(Pág. izq.) El baño principal es completamente blanco y está sectorizado. Tanto la mesada como las placas del sector de ducha son de mármol de Carrara, con bacha realizada en el mismo material (Expolajas). La iluminación de acero y vidrio (Luminika) acompaña el espejo existente. Distintos canastos y bancos de mimbre y caña malaca dan la pincelada cálida. La carpintería de aluminio negro (Anodal) se abre hacia el jardín de la casa. El piso es un estucado blanco. (Pág. der.) El dormitorio de la hija fue resuelto en forma muy simple. Una mesa de luz de laca blanca, con un velador Tolomeo de aluminio (Luminika), acompaña una cama sin respaldo sobre la que se ubicó una fotografía de un paisaje. Una escalera de madera blanca muy etérea lleva hacia un entrepiso donde se ubica un escritorio y la zona de relax de este ambiente que abre hacia una gran terraza con vista de 360 grados.

Esta imagen del contrafrente permite apreciar la disposición de los dos volúmenes laterales que unen el corazón social de la casa, la pileta rodeada de un piso atérmico y el deck donde se ubican las reposeras, los camastros y la sombrilla de madera. En la amplia galería, con sillones de planchuela de hierro, mesa del mismo material y sillas de madera, la iluminación corre por cuenta de las lámparas Mauro, grandes y metalizadas (www.lafeliz.com). Un cielorraso de madera muy espaciada otorga escala y calidez a este espacio.

Un recorte del frente, hacia uno de sus lados. La cochera es semicubierta, con una pérgola de madera y cañas; el solado exterior es de hormigón pretensado (Pretol) y todos los muros se revistieron en símil piedra color PH 300 (www. espaciositex.com.ar). La conexión con el exterior se logra con una doble visual hacia el frente y hacia el fondo desde el comedor. También los espacios de circulación suman aberturas que permiten estar en constante contacto con la frondosa vegetación que rodea a la casa.

La casa se para en el terreno como un bloque lineal que permite abrir todos los ambientes hacia el norte y ubica las circulaciones y servicios hacia el sur, tanto en la planta baja como en la planta alta. A pedido de los dueños se buscó separar los dormitorios; por un lado, el de la hija, ubicado en el volumen de madera más alto, con un estudio superior con acceso privado y terraza propia. Por otro, el de los padres, en el otro extremo de la planta, con su baño y vestidor. Y entre ambos, un área social que se abre hacia cada lado de la casa: hacia el frente con unos patios tipo fuelle entre el adentro y la calle, y hacia atrás con una galería que mira al amplio jardín. La puerta colorada, acompañada de dos volúmenes laterales de madera que esconden estos patios internos, es la gran protagonista de la casa.

El living de la casa, que se abre a la galería exterior y el jardín circundante a través de carpinterías corredizas de aluminio color negro embutidas en los muros (anodal.com.ar), está armado en base a dos sillones enfrentados, con una mesa de centro tipo bandeja sobre la que se ubicó una serie de cajas antiguas de distintos tamaños, materiales y procedencias. Una generosa alfombra oriental que abriga el piso de alisado color cemento en grandes paños. Sobre la pared, un serie de pinturas antiguas provenientes de casas anteriores de la familia. Y de costado, una lámpara Tolomeo en aluminio anodizado. Cierran este living tres bancos de madera y resina (Gonzalo Gutiérrez Urquijo). Las cortinas son de lino y le otorgan liviandad al ambiente (Graciela Miralles ).

(Pág. izq.) El comedor se resolvió con una mesa antigua de madera y seis sillas Brno originales, tapizadas en cuero negro. Sobre un arrime de madera con patas torneadas y debajo de “Elefante”, la colorida obra de arte de Beatriz Fuentes, sorprenden un samovar ruso de metal, una bandeja de plata y tres antiguos jarros de plata colonial. En el comienzo de la escalera hacia la planta alta de la casa, un traje chino antiguo de niño, prolijamente enmarcado. Las cortinas siguen la línea de este ambiente y son de lino (Graciela Miralles). La cara que mira hacia el frente se abre hacia uno de los patios que ofician de fuelle entre el interior y la calle. (Pág. der.) Este patio interior, que da al comedor de la casa, está presidido por una escultura de Alberto Bastón Díaz en hierro oxidado. La vegetación da un marco muy lindo a la envolvente de madera, con sus listones horizontales.

(Pág. izq) En este rincón del living, una mesa de joyero antiguo con valijas de ratán y objetos de distintas procedencias acompaña a una obra de Aldo Sessa. (Pág. der.) La cocina fue resuelta con muebles de melamina blanca con tiradores de aluminio y las mesadas son de granito Negro Sudafricano (expolajas.com). Las alacenas otorgan horizontalidad al equipamiento. Los electrodomésticos son de acero inoxidable y las cortinas negras de Microband (Estudio Zeta). Aquí el piso es de porcellanato gris de 50 x 50 cm.