La misma casa, “otra vida”
La historia de esta casa es la de tantas en tiempos pandémicos: nació como refugio de fin de semana pero -cuarentena mediante- se convirtió en vivienda permanente. Ubicada en el barrio El Naudir de Escobar, es hogar de una pareja joven con dos hijas. Eugenia Domenech y Mariela Avanzi de Fortunata Home, se ocuparon de rediseñar cada ambiente para este nuevo fin.
(Izq.) La escalera, con estructura metálica y peldaños de madera, parece flotar en el espacio. (Der.) Al otro lado del muro se ubica la cocina, separada del living por medio de un volumen conformado por un gran bloque de estantes de madera de petiribí que llegan hasta el cielorraso, en el que se insertaron a medida los electrodomésticos grandes (hornos, cava de vinos y heladera side by side) y se dejaron a mano los pequeños. Enfrentada, la zona de lavado y preparación de alimentos propone muebles de madera laqueada blanca (todo el amoblamiento es de @deotrotiempo) y mesada y bacha de Corian gris. Al centro, una barra alta esbelta y moderna, funciona como zona de desayuno y comedor diario. “La idea en esta cocina fue que todo estuviera a la vista, fácimente ubicable. Esta es una casa pensada para poder compartir con familia y amigos, por eso se buscó que sea práctica”, explica Vero, la dueña de casa.
Para el dormitorio principal, con vista a la laguna, se eligió una paleta de azules y grises combinada con madera oscura. “Pensamos en un dormitorio con los colores del mar”, cuenta Eugenia, una de las diseñadoras. Todos los muebles fueron proyectados y hechos a medida por el equipo de Fortunata Home. El respaldo de cama es de pana color gris oscuro, las mesas de luz son cubos de madera lustrada y como luces de noche se eligieron unas lámparas colgantes de cada lado de la cama. Las cortinas son de gasa sobre un black out y la funda de edredón es de tussor off white. Todo práctico y lavable, ideal para una familia con chicos. (Arr.) La suite incorpora un antebaño, con una doble bacha de Corian blanco y espejo pegado a filo.
(Arr.) Blanco con toques de rosa y visón para el cuarto de Jazmín, de 9 años. Un sommier doble con respaldo entelado, y un escritorio de diseño liviano como zona de de tareas y estudio, conforman el espacio. (Arr. Der.) En el dormitorio de la más pequeña de la casa (Pilar, de 6 años) la consigna fue generar un cuarto apto para recibir amigos y primos. Por eso las decoradoras armaron un diseño en base a dos camas superpuestas y una tercer plataforma suspendida que sirve tanto de cama auxiliar como de refugio con colcheneta incluida para jugar; todo en melamina símil madera color claro (Egger). La ropa de cama en tonos neutros se matiza con almohadones en verdes y rosados.
(Ab. Der.) Un rincón con vista a la laguna para leer o hacer las tareas, con pizarrón de pie incluído.
(Izq. y der. ) La galería es el espacio de encuentro de la casa. Pensada para hacer reuniones, se proyectó como un amplio espacio semicubierto que se integra fácilmente con el interior por medio de ventanales corredizos secuenciales que se apilan en los extremos. La gran mesa de aluminio con bancos del mismo diseño y las distintas variantes de zonas de living, refuerzan este concepto chill out. Los mueles son de @livingpampa. En el piso, placas de cemento premoldeadas que se extienden también a la zona de solarium que enmarca a la pileta con borde infinito.