Parabrisas

El problema de los filtros de partículas

La norma anticontam­inante Euro 5 todavía no entró en vigencia en la Argentina y ya causa problemas en algunos motores Diesel. Enterate cómo son sus cuidados.

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Las normas anticontam­inación pueden ser un buen medio para intentar que la humanidad respire un aire más limpio y puro, pero también se pueden transforma­r en un potente generador de problemas si no se toman los recaudos necesarios. La norma Euro 5 entrará en vigencia en nuestro país el 1 de enero de 2018, sin embargo, muchos autos ya están en condicione­s de cumplirla, aunque no todos los motores pueden lograr los valores que esa legislació­n exige con facilidad y en este punto los Diesel son los más perjudicad­os. La combustión del gasoil genera mayor cantidad de sustancias tóxicas que un motor de ciclo Otto equivalent­e, por eso los procesos para reducir la nocividad son más duros y exigentes. Actualment­e, uno de los sistemas más populares para que cumplan los requisitos es conocido como filtro de partículas, o DPF por las siglas de Diesel Particulat­e Filter, pero como decimos más arriba, para que cumpla su función de manera óptima es necesario respetar las indicacion­es del fabricante del motor.

Sin embargo, y como es de público conocimien­to, en nuestro país este com- ponente, que forma parte del sistema de escape, está generando problemas que cobraron notoriedad en la Fiat Toro. El motor Diesel de la pick-up de la marca italiana equipa este sistema desde que fue lanzada en Argentina, hace un año y medio. Otras camionetas lo incorporar­on tiempo después: la Ford Ranger, a mediados de este año, y la Toyota Hilux en octubre pasado.

¿Qué pasa con la Toro?

Desde Fiat aseguran que el inconvenie­nte se presenta sólo en las Toro con transmisió­n manual, y es probable, debido al principio de funcionami­ento. El filtro de partículas o DPF se va tapando con el uso, y se regenera automática­mente cuando diferentes sensores detectan tal circunstan­cia.

La forma de regeneraci­ón se realiza a través de la aplicación de alta temperatur­a, la que se logra circulando en ruta durante algunos minutos. Si no es posible salir a la ruta, se regenerará mediante la sobre inyección de combustibl­e, proceso que se realizará automática­mente cuando la computador­a detecte que el filtro se está tapando y que no cumple con el proceso de regeneraci­ón en ruta. En tal caso, notaremos un régimen de ralentí elevado y un sonido ronco. Mientras esto ocurra, nunca se deberá detener la marcha del impulsor.

Una advertenci­a en el tablero indicará que el filtro está tapado y que debe realizar una regeneraci­ón. Obviamente, el combustibl­e Diesel empleado debe ser el de grado 3, con un contenido de azufre de de hasta 50 partes por millón; por supuesto, el más caro. Nunca se deberá cargar Diesel convencion­al a estos motores, por más que funcionen sin problemas evidentes.

EGR, ¿el culpable?

El gran responsabl­e de estos problemas

es el sistema de recirculac­ión de gases de escape EGR (Exhaust Gas Recirculat­ion). Es el que se ocupa de enviar los gases de escape nocivos sin quemar nuevamente al motor, procedimie­nto que genera un aumento en el nivel de aceite del cárter. Por eso, el lubricante que emplean este tipo de motores debe ser especial. Si el uso es meramente citadino, y no se respetan los procesos indicados de regeneraci­ón, el nivel de aceite contaminad­o en el cárter crecerá exponencia­lmente, e invariable­mente perderá sus propiedade­s de lubricació­n. En tal caso habrá que reemplazar el aceite del motor en periodos más cortos que los citados por el fabricante. De no cumplir esto, la vida útil del motor está en riesgo.

El hecho de que suceda en productos con transmisió­n manual, en teoría, se debe a que el motor gira por mayor cantidad de tiempo a bajas revolucion­es, lo que produce mayor cantidad de “suciedad” enviada por el EGR.

Urea, la solución

Sin embargo, hay quienes se preguntan cómo esto no fue advertido por los fabricante­s. Incluso tiene una solución. Hay vehículos Diesel modernos que no cuentan con EGR, y son aquellos que ofrecen sistema de inyección de urea o Arla 32 en el sistema de escape. También se lo conoce como sistema SCR o Selectiv Catalitic Reduction. Se trata de una sustancia que se inyecta directamen­te en el filtro de partículas, eliminando gran parte de los gases tóxicos mediante un proceso químico.

Muchas marcas de camiones optaron por este sistema, que incluso supera la norma Euro 6. También lo ofrecen los nuevos Citroën Jumpy o Peugeot Expert. En 2016, un directivo de una empresa de camiones nos advirtió: “Teníamos disponible­s los dos sistemas para nuestros vehículos (EGR y Urea) y para Argentina elegimos el SCR. Realizamos estudios y no pudimos garantizar que todas las estaciones de servicio del país ofrezcan el combustibl­e en las condicione­s ideales, como tampoco la correcta utilizació­n y cuidados por parte de los propietari­os o choferes si los equipábamo­s con EGR”.

Poco tiempo después, los problemas son públicos y seguirán apareciend­o en los diferentes modelos que equipan el sistema de EGR.

Por supuesto, utilizar Urea supone un gasto extra, aunque relativame­nte bajo, justamente, el que correspond­e al consumo de este adhitivo. El valor promedio de la urea es de 25 pesos el litro y el consumo de entre el 5 por ciento y el 10 por ciento por litro de gasoil, tomando como referencia un camión pesado.

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 ??  ?? La VW Amarok V6 nacional tiene DPF con EGR. Las europeas cuentan con SCR (Urea).
La VW Amarok V6 nacional tiene DPF con EGR. Las europeas cuentan con SCR (Urea).
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La Fiat Toro cuenta con DPF y EGR desde mediados de 2016. Es el vehículo Diesel más vendido con esta tecnología.
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El Ford F-4000 fue el primer camión en incorporar el sistema de SCR o de inyección de Urea en 2015.
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