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Es la nueva marca de origen chino que llega al mercado nacional. Probamos el crossover compacto que, con poco más de cuatro metros de largo, se convierte en el escalón de acceso. Muestra estilo joven, y ofrece equipamiento adecuado y amplio interior.
Por RENÉ VILLEGAS / Fotos: ALEJANDRO CORTINA RICCI
Las decisiones empresariales llevan años de planeamiento, donde no faltan momentos en los que las dudas se hacen presentes, más que nada cuando surgen imprevistos. En la Argentina, los encargados de tomar decisiones deben contar, a su vez, con cierta cuota de suerte, porque las contingencias están a la hora del día.
En 2018, el grupo Car One hizo debutar a las marcas Haval y Great Wall, justo cuando el dólar comenzaba una escalada que se intensificó un par de meses más tarde. Y todavía faltaba una marca más: Changan. No hay dudas de que a todos estos planeamientos les faltó cierta cuota de suerte, porque esta marca -que se pronuncia “Chanan” y que al día de hoy ofrece una gama compuesta por dos crossovers-, acaba de pisar suelo nacional, justo cuando las ventas caen y el mercado comienza a sentir los primeros coletazos de la crisis.
En un entorno en el que los SUV y crossovers son el nuevo boom de ventas, Changan ofrece
dos modelos de este tipo. El más costoso, CS75, se posiciona en el segmento mediano-grande, con un motor 1.8 de 177 CV y un precio de 28.900 dólares.
Pero, sin dudas, el caballito de batalla de esta nueva marca será el CS15, un crossover del segmento B disponible en tres niveles de equipamiento, desde los 16.500 dólares. Justamente, nos pareció oportuno contar con uno de estos para una primera prueba a un producto de la marca, en este caso el Luxury, con transmisión automática de doble embrague, que es el más costoso de la oferta, puesto que se comercializa a 19.500 dólares.
Juventud
A simple vista, hay algo para recalcar de este nuevo producto que llega importado desde China: su diseño exterior, sobre una carrocería de 4,10 metros de largo, con una distancia entre ejes de 2,51 metros. Por proporciones se asemeja claramente a un crossover del segmento B. Lo más parecido es un Peugeot 2008 (similar en alto y ancho, con seis centímetros más largo, y tres extras de entre ejes). Como dato curioso, los espejos exteriores son una copia fiel de los del Ford EcoSport, modelo al que toma como estandarte para nuestro mercado.
Si bien exteriormente ofrece personalidad de sobra, el interior peca en este aspecto. Algunos aditamentos parecen no combinar con el resto del auto, como las salidas de ventilación en ambos extremos (símil Peugeot 308), o una pantalla táctil de nueve pulgadas, que incluso sobresale del espacio destinado para tal fin entre ambas salidas de ventilación, quedando como un agregado a
la fuerza. El funcionamiento de la misma -con un sistema operativo similar al de una tableta-, resulta algo lento de interactuar, mientras que el sol le proporciona molestos reflejos. La calidad general del interior no está nada mal, aunque algunos plásticos (en la parte baja o incluso la visera del tablero) denotan cierta falta de esmero. Sin embargo, está mejor presentado que algunos modelos hechos en el Mercosur.
Reluciente
Dos esferas principales con instrumentos por agujas conforman el tablero, que en su parte central aloja una computadora de a bordo y marcadores digitales de nivel de combustible y temperatura de agua del motor. A través de un volante multifunción que sólo se regula en altura, la postura de conducción no es un punto favorable. Esto se debe a una butaca elevada y una pedalera cercana, que deja las extremi- dades inferiores colgadas, una posición poco natural, que incluso se agudiza con conductores de mayor altura. Los comandos son, en general, intuitivos y suaves, mientras que la combinación de colores de los asientos (con símil cuero rojo y negro), no resulta fácil de aceptar.
Por su parte, las plazas traseras ofrecen un espacio considerable, tanto para piernas como en cuanto a la altura libre para las cabezas. El pasajero central tendrá la ventaja de un piso completamente plano, pero no dispondrá de apoyacabeza. El baúl -que según datos oficiales admite 361 litros-, resulta pequeño a la vista e inocultable al medirlo: pensamos que realmente se aproxima a los 300 litros. El auxilio es de quince pulgadas, una menos que las ruedas titulares, que emplean llantas de aleación en negro y partes pulidas, de diseño muy simple.
En materia de confort está equipado con acceso y arranque manos libres, encendido automático de luces, cámara de visión trasera y control de velocidad crucero, dotación acorde por ser el más equipado de la oferta. Asimismo, cuenta con techo panorámico de vidrio, compuesto de una amplia lámina que continúa la línea del parabrisas hasta las plazas traseras. La cortina parasol doble deja pasar bastante claridad, algo que repercute aún más al